Ni la muerte de una compañera nos impedirá seguir trabajando
Inma tenía 57 años. Llevaba trabajando desde 2008 como teleoperada para la empresa Konecta, la mayor empresa de contact center en España. 15 años de su vida. El 13 de junio de 2023, Inma murió durante su jornada en unas oficinas de la multinacional en Madrid, en plena campaña de Iberdrola. La reacción inmediata de la empresa no fue parar la actividad, sino decirle a sus compañeras que siguieran trabajando, al menos durante una hora, junto a su cadáver. Lo justificaron alegando
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