La voz de las sin voz: Historia de las radios libres

Resumimos a continuación una presentación del libro La voz de las Sin Voz: el Movimiento de Radios Libres entre la Transición y la Época Socialista (1976-1989) de José Emilio Pérez Martínez, un repaso del nacimiento, articulación y relación problemática con las diferentes legislaciones de todo un ecosistema de proyectos que ha servido para amplificar el mensaje de los movimientos sociales a través de las ondas.

La idea de que hay otra forma de jugar con la radio es casi consustancial al propio medio radiofónico. Ya en 1930 el pensador dramaturgo comunista alemán Bertolt Brecht tiene unos textos que se llaman Teoría de la Radio y que él plantea la duda de hasta dónde puede dar de sí la radio si en vez de utilizarla como una herramienta jerárquica y unidireccional damos a la gente la posibilidad de acercarse al micrófono y hablar. Más tarde Walter Benjamin también tiene reflexiones en esa misma línea. Desde que surge la radio la gente entiende que esta tiene un potencial interesante, porque además la radio es un medio que desde que nace tiene una cultura de toquetear, de juguetear, de trastear, como por ejemplo los radioaficionados, asumiendo que tiene un sesgo de género notable, una especie de Do It Yourself pero antes de los Sex Pistols. Se puede decir que esta otra forma de hacer radio existe desde que existe la radio misma.

En el caso en concreto del Estado español, uno de los ejemplos más paradigmáticos probablemente sea Radio España Independiente, una estación pirenaica puesta en marcha por el Partido Comunista que en realidad emitía muchísimo más allá del telón de acero, desde Bucarest, lo de «pirenaica» era por asustar al Caudillo y que pensará que estaba La Pasionaria con un micrófono escondida en la montaña.

En cuanto a los antecedentes más inmediatos que son los que nos tocan más de cerca tenemos en la década de los 60 las radio piratas en el Reino Unido, gente poniendo a los Beatles a los Rolling en el Mar del Norte, incluso algunos de esos barcos terminaban por hundirse debido a las tormentas marinas. Poco después, a finales de los 70, tanto en Francia como en Italia surgen dos movimientos muy potentes que ya se reclaman radios libres, tenemos referentes como Radio Verte que era una emisora ecologista en París que generó mucho escandalo día de su inauguración porque en un contexto de monopolio estatal tanto en la radio como en la televisión, consiguieron ponerse de acuerdo con un periodista de un programa de televisión de máxima audiencia para que mientras estaba en antena sacara un transistor y dijera que en cierto punto del dial de la FM estaba surgiendo una nueva radio alternativa tras lo que encendió el aparato y se escuchó el contenido. Nos encontramos ya ante una radio distinta: ecologista, muy vinculada a movimientos sociales, que quiere luchar contra el monopolio mediático, todo esto es algo que en el caso del Estado español no va a suceder.

En el caso de Italia tenemos un panorama parecido al de Francia, surgen emisoras muy pequeñas, muy guerrilleras, muy reivindicativa, vinculadas a todo el ámbito de la autonomía obrera de finales de los 70, está el caso mítico de Radio Aliche, una radio de Bolonia que es cerrada en directo porque informando de los disturbios tras el asesinato por parte de la policía de Francesco Lorusso, militante de Lotta Continua.

Todo eso llega a España porque son medios muy potentes y combativos. A la altura de 1976-77 en el estado había muchas ganas de hablar y de expresarse libremente así que esas experiencias sirven de inspiración para lo que serán las primeras radios libres. En el 76 hay algunas pequeñas experiencias que ya están de alguna forma planteando esta vía de la radiodifusión libre y alternativa. Existe radio La Voz del Pobre en Madrid, que en realidad era un grupo de amigos tonteando con con un emisor y Radio Maduixa en Granollers que arranca como una radio muy musical, más como radioaficionados poniendo música y más tarde girarán hace una emisora un poco más politizada. Pero es en 1978-79, con la aparición de Ona Lliure en Barcelona cuando el movimiento nace con fuerza en el Estado. La gente que monta Ona Lliure viene muy influenciada de radios de Francia e Italia porque conocen a la gente que las ha organizado de encuentros internacionales de los que vienen cargados con todo ese bagaje.

Se observa que hay un eje Euskadi, Cataluña, Comunidad Valenciana que parece por donde surgen inicialmente estos proyectos, esto tiene que ver con que Cataluña y Euskadi son dos territorios muy tensionados socialmente y muy movilizados en los 70 y en los 80, el nivel de movilización de la sociedad en euskadi y en Cataluña es bastante intenso y es lógico que entraran por ahí precisamente y por cercanía con Francia. Más tarde empiezan a aparecer las primeras radio libres en Aragón que van a terminar dando lugar a una red muy tupida de proyectos muy longevos y que funcionan muy bien.

Ley de Suarez: 0 licencias

El año 79 se promulga una ley que en teoría facilitaba la aparición de programas culturales y de educación que debería ser una temática muy propicia para las radio libres y sin embargo fue un momento en el que realmente se dificultó su aparición.

A diferencia de Francia de Italia y por sorprendente que parezca, sin querer blanquear en ningún momento el régimen franquista, durante franquismo existe libertad de empresa, es decir, existía Radio Televisión Española, que era la radio del régimen, existía la radio del movimiento, pero La SER, aunque en origen tenía una parte participada por el Estado, era una iniciativa privada, la Cope es una iniciativa privada y existen pequeñas iniciativas comerciales de radiodifusión.

Hay libertad de empresa, no hay libertad de expresión y no hay libertad informativa porque hasta el 77 todo el mundo estaba obligado a conectar con el parte. Pero existe libertad de empresa que es algo que en Francia y en Italia no existe. En Francia e Italia las radios libres tienen que competir por liberalizar el mercado, de hecho muchas de las radios que se llaman libres en realidad eran empresas comerciales que lo que querían era disolver el monopolio para hacer dinero con la publicidad. A pesar de existir esa libertad de empresa, el espacio radioeléctrico se considera un bien público que gestiona el Estado que es quién decide quién emite legalmente. Esta ley promulgada por un gobierno de Suarez establece que pueden exisitir radios públicas, privadas y una tercera categoría que eran las radios culturales y educativas. Con lo cual este tipo de emisoras que estaban empezando a surgir tratan de acogerse a esa última categoría y regularizar su situación y sorprendentemente el gobierno no concede una sola licencia bajo esa cateǵoría, la ley da reconocimiento de la existencia de esa realidad pero no ofrece licencias.

Es frente a esa imposibilidad cuando se convoca el Primer Encuentro de Radios Libres del Estado para intentar coordinarse, lo cual supone una de las grandes enseñanzas del movimiento, esa vocación de trabajar en red y de trabajar coordinados a nivel Estatal, porque da igual en qué territorio te encuentres los problemas van a ser los mismos.

El Sexto Encuentro de la Coordinadora de Radios Libres del Estado

El año 83 se celebra el Sexto Encuentro de la Coordinadora de Radios Libres del Estado en el Ateneo Libertario de Villaverde y se llega a un manifiesto que es interesante porque es un acuerdo de mínimos tan potente que hay emisoras hoy en día que lo siguen suscribiendo. Hace un par de años en un encuentro en Zaragoza se intentó revisar y la conclusión a la que se llegó fue que no se veía necesario. Existen otros textos que hacen ejercicios teóricos sobre lo que debe ser una radio libre pero el manifiesto de Villaverde tiene esa importancia porque es sencillo, directo y funciona.

Ley del PSOE: 2 licencias

Así llegamos a 1989, que de hecho es donde el libro pone el límite, cuando salió la Ley de Ordenación de Telecomunicaciones del PSOE que en teoría podía ofrecer licencias a las radio libres pero que en la práctica es más restrictiva que la anterior. Se trata de un momento clave para entender el porqué de la aprobación de esta Ley de Ordenación de las Telecomunicaciones, tres años antes se había celebrado el referéndum por la permanencia de España en la OTAN, una campaña que estuvo mediáticamente muy manipulada, usando Televisión Española, la opción por el NO no tenía medios de comunicación. La Comisión Anti OTAN de Madrid monta ex profeso una emisora en el 84 sólo para hacer la campaña a favor del NO en el referéndum. Si analizamos la ley algunos artículos parecen estar pensados específicamente para dificultar el desempeño de las radios libres, se multa emitir con equipos no homologados, cuando la gente que se estaba autoconstruyendo los emisores, con hasta un millón de pesetas (6000 euros al cambio). 

La ley trae consigo asociado un concurso de licencias que es lo que se celebra en el 89 en el que las radios libres tienen que competir con las comerciales. Las condiciones que se imponen para concursar son desorbitadas y se hizo un esfuerzo descomunal, buscar quién que te firmara los papeles, pagar la fianza, dejar de emitir, etc. y cuando se resuelve el concurso se otorgan solamente dos licencias a radios libres, una en Valencia a Radio Klara y otra en la Comunidad Madrid en Chinchón.

Hay mucha gente que tras tal esfuerzo y la falta de resultados decide no volver a emitir por miedo a las multas, mientras que otra gente retoma la emisión asumiendo que no va a poder pagar en caso de multa y la Federación de Radios Libres de Madrid que es la que recibe el regalo envenenado que supone la licencia en Chinchón trata con muchas dificultades de darle uso hasta que finalmente tiene que deshacerse de ella.

2010 y 2022: ¿Regularizar lo que existe?

Tanto la ley general de la comunicación audiovisual del 2010 como la de julio del 22 tras mucha batalla reconocen la existencia del tercer sector de la comunicación que es una reivindicación viejísima. A pesar de reconocer su existencia, en 2010 no se les reserva espacio radioeléctrico al ser su gestión una atribución autonómica. La ley del 22 va en esa misma línea, contiene la disposición transitoria tercera abre la posibilidad de regularizar aquellos medios con más de cinco años de recorrido, queda por ver cómo se implanta dependiendo de cada Comunidad Autónoma, en qué términos se conceden las licencia y cómo afecta la burocracia a los proyectos.

Contexto Europeo

Somos el único país de Europa en el que el tercer sector de la comunicación es ilegal o sea está reconocido en todos lados y la Unión Europea y la UNESCO dice que es sano, que una sociedad necesita un tercer sector de la comunicación para ser una sociedad democrática. El Consejo de Europa dice que sin un tercer sector de la comunicación se están vulnerando derechos fundamentales en el Estado español.

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