Una tránsfoba al frente del Instituto de las Mujeres

Isabel García (Las Palmas, 1968), ex responsable LGTBI del PSOE y ex diputada de Igualdad en la Diputación de Valencia entre 2015 y 2019, fue nombrada a finales de diciembre directora del Instituto de las Mujeres por el Gobierno de PSOE-Sumar.

García es fundadora del Feminario de Valencia, un espacio de debate financiado con dinero público que en los últimos años se ha caracterizado por darle voz a Amelia Valcárcel, Rosa Magda o Ángeles Álvarez, feministas transfóbicas vinculadas a la corriente TERF que lidera Carmen Calvo dentro del PSOE. Y en su historial cuenta con varios ejemplos de actos transfóbicos, como (1) varios tuits antiderechos durante la tramitación de la Ley Trans de 2022, (2) tratar como a una mujer al hombre trans Mané Fernández (responsable de políticas trans de la FELGTB) durante un coloquio, (3) defender la ley de rectificación registral de 2007, que obligaba a las personas trans a ser diagnosticadas como enfermas mentales y transitar por un proceso de hormonación durante dos años, para oponerse la Ley Trans, (4) participar en jornadas del feminismo antitrans en la que se trataba de situar a la Ley Trans como una herramienta coercitiva, etc.

Así, el 10 de enero de 2023, García tuiteaba: “Las mujeres trans no existen. Lo hacía en respuesta a un tuit de Víctor Gutiérrez, Secretario de Políticas LGTBI del PSOE, donde este afirmaba que “las mujeres trans son mujeres”. Ese mismo mes tuiteó que “La ley trans no es una buena ley”. Un mes antes, en diciembre de 2022, tuiteó utilizando uno de los hashtags propios de los sectores transexcluyentes: #StopDelirioTrans.

En su perfil de Twitter también hay referencias a lo que los grupos transexcluyentes y la ultraderecha llaman “ideología de género”. Por ejemplo, el 5 de octubre de 2019, tuitea: “La teoría queer avanza sin descanso con el único objetivo de perpetuar el heteropatriarcado y borrar a las Mujeres de lo político”.

Con este pronunciamiento, García usa otra de las palabras clave de los grupos anti autodeterminación de género: la referencia al supuesto “borrado” que las personas trans estarían haciendo de las mujeres cis. Así, las posiciones de García se alinean con las del documento interno de un sector del PSOE que se conoció en junio de 2020 y que, con el título “Argumentos contra las teorías que niegan la realidad de las mujeres” recogía razonamientos contrarios al reconocimiento de derechos de las personas trans.

En este medio nunca hemos dudado en señalar los errores y traiciones del gobierno progresista a la clase trabajadora y a los colectivos vulnerabilizados. Entre muchos ejemplos, podemos citar los de la Masacre de Melilla, el incumplimiento de la promesa electoral de derogar la Ley Mordaza, la no derogación de la Reforma Laboral (limitándose a maquillarla un poco y no tocar sus aspectos más lesivos), dejar vendido al Sáhara a Marruecos, negarse a cumplir la promesa de reconocer el Estado palestino, seguir vendiendo armas a Israel, Ucrania y Arabia Saudí, aumentar el presupuesto en Defensa en plena inflación de alimentos, aprobar una Ley de Vivienda descafeinada muy distinta de la que pedían los movimientos sociales y promover infiltraciones policiales en movimientos sociales. Sin duda, el nombramiento de Isabel García como directora del Instituto de las Mujeres es una traición más dentro de su larga lista.

La reacción antitrans en el interior del Gobierno no es más que la evidencia de que para frenar a la ultraderecha no es suficiente con impedir que gobiernen el PP y Vox, sino que hay que combatir sus marcos ideológicos. El gran triunfo de la ultraderecha es que sus postulados se han ramificado y penetrado en sectores insospechados, hasta convertir en sentido común, en normal o en tolerable lo que es un comportamiento supremacista o fascista. “Socialdemócratas, liberales y conservadores no solo se han visto impregnados de algunas de estas ideas y han adoptado sus marcos, aceptado que van a tener que lidiar con fuerzas reaccionarias, sino que ya implementan muchas de estas medidas. Eso sí, con otras palabras y con una sonrisa. La manera en la que ya afrontan esta nueva situación es diferente en cada escenario, pero el proceso de contaminación del debate público y el arrastre del eje hacia la derecha es evidente”, escribió hace unos días Miquel Ramos en Público.

Por suerte, el nombramiento ha generado una notable reacción de rechazo entre colectivos, activistas y el público general. Por ejemplo, la Federación Plataforma Trans y Euforia Familias Trans Aliadas ha pedido en un comunicado a la ministra de Igualdad que revoque su decisión “y en su lugar ponga al frente a una mujer que defienda a todas las mujeres, también las trans”, por entender las posiciones de la nueva responsable como “transfóbicas y antiderechos trans”. El colectivo Euforia Familias Trans-Aliadas, ha mostrado su “decepción” por ver al frente del Instituto de las Mujeres “a quien ha sido extremadamente agresiva con las madres que representamos a las familias de personas trans”. Tan masiva ha sido la indignación que incluso desde Sumar han tenido que sumarse (valga la redundancia) a la condena y han calificado el nombramiento de “vergonzoso”.

Ya veremos si tanta protesta servirá de algo. Probablemente no. Seguramente el PSOE no se pueda permitir el lujo de destituir a un alto cargo recién nombrado, por lo que obligarán a Isabel García a rectificar sus comentarios tránsfobos y a no hacer demasiado ruido durante los próximos años. Si no promueve el ideario TERF desde su puesto de directora, quizás suponga un pequeño avance para el colectivo.

La verdad es que nos habría gustado ver la misma reacción de rechazo masivo ante la repetición del nombramiento de Marlaska como ministro del Interior. El ex-juez que acumula el récord de condenas al Reino de España en el TEDH por no investigar denuncias de torturas, el ministro que aplaudió el papel de la Guardia Civil durante la Masacre de Melilla, el que infiltró a policías en movimientos sociales, el que miró para otro lado mientras el CNI espiaba (presuntamente) a políticos, periodistas y abogados con el software Pegasus, el que mandó tanquetas a Cádiz para reprimir la huelga del sector del Metal… Otro gran triunfo de la extrema derecha es tener un ministro así. “El bloque reaccionario no necesita colocar a sus representantes en los puestos clave del Gobierno”, escribimos hace un mes. “Seguro que os suena eso de la hegemonía. El mayor triunfo del bloque reaccionario, por mucho que pataleen en estos días, es el PSOE, el Partido del Orden y del Estado, el Partido capaz de presentar como progresista al Juez que legitimó las torturas, los “excesos” democráticos de la lucha antiterrorista, el Juez que, en el verano de 2022, responsabilizó de su muerte a los propios muertos”. Y su nombramiento quizás habría merecido una respuesta más contundente. Posiblemente no lo habríamos evitado pero, como decía el grupo de hip-hop Folie à Trois, una causa no se vuelve injusta por la derrota.

Lo que hay al otro lado asusta, y mucho, y legitima al PSOE como mal menor, pero debemos creer que podemos crear también otro lado, una alternativa nuestra, completamente radical, que mande al traste todo lo que conocemos, que genere esperanza en un cambio posible, para así desterrar los males menores, para así desterrar, para siempre, al PSOE”.

Este artículo se ha escrito a partir de información obtenida de El Salto, Público, Diario Red y este mismo medio, Todo por Hacer

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