#SinCitaNoHayDerecho

El sistema de petición de cita para la formalización de la solicitud de protección internacional ha sufrido un cambio relevante en muchas de las provincias del Estado. Por ejemplo, en Madrid, antes se pedía cita a través de una página web, ahora hay que llamar a uno de los dos teléfonos habilitados para ello. Si antes ya era prácticamente imposible conseguir una cita, pues, aunque entraras a la web cientos de veces, a diferentes horas, día tras día, el mensaje que aparecía de forma recurrente era el mismo, no hay citas disponibles, ahora esta dificultad se ha multiplicado. Un hecho que parecía imposible, pero, cuando se trata de atacar a las personas extranjeras, el ministro Marlaska tiene una capacidad sorprendente para superarse e ir cada vez más lejos.

En las escasas semanas que lleva este sistema en vigor, son centenares las personas que andan probando una y otra vez sin conseguir que nadie descuelgue el teléfono. El Estado delega por completo la gestión del acceso al asilo en los policías y éstos con un simple gesto, como puede ser descolgar el propio teléfono, pueden bloquear por completo toda una serie de derechos internacionales y nacionales acordados tras la Segunda Guerra Mundial que, en la actualidad, están siendo puestos en cuestión y vulnerados de forma recurrente. Asimismo, como la propia experiencia nos dicta, la policía no ha tenido ni tendrá compromiso alguno con la defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas, más bien lo contrario, por lo que delegar en este cuerpo dicha gestión solo puede derivar en un fracaso absoluto. Además, en el caso de tener la suerte de que el policía de turno descuelgue el teléfono, no hay contemplado un sistema de traducción simultánea, ni nada similar, que garantice que la persona que no hable castellano pueda entender cuándo y dónde es su cita y las instrucciones que se le indiquen. Todo facilidades. Por ello, si bien, se hace necesario despolicializar cualquier rincón social, cualquier gestión colectiva de cualquier asunto, en este ámbito se hace aún más urgente. Incluso dentro de la lógica de las democracias liberales, si nos paramos a pensar en que, supuestamente, la policía es garante de seguridad y perseguidora del crimen, ¿qué sentido tiene que gestionen la llegada y recepción de las personas que buscan protección? ¿Es que acaso nos tenemos que proteger de aquellas que piden ser protegidas?

Por otro lado, el otro objetivo no explicitado del cambio de sistema es eliminar la trazabilidad de la solicitud de la cita. En el anterior sistema, basado en mails o en la reserva online de la cita, podías registrar las respuestas recibidas o las veces que habías entrado y dado de bruces con el mensaje no hay citas disponibles, ahora se complica, por lo que también se limita la prueba en futuras reclamaciones.

En el resto del Estado hay un panorama diverso. En Barcelona, a día de hoy, se realiza también a través de un número que se encuentra operativo tan solo de 8:30 a 11:30, 3 horas al día. En Valencia tan solo opera una hora a la semana, los miércoles, a las 15:00, según una noticia que hemos encontrado en la prensa local. En otras ciudades como Tenerife, Zaragoza, A Coruña, Guadalajara, etc., se requiere un primer contacto vía correo electrónico, y, en Bilbao, hay que acudir presencialmente, un sistema implantado con anterioridad en todo el Estado que llegó a condenar a las personas a pasar varias noches haciendo cola en la calle por una cita. Además, también, con carácter general, se está exigiendo el empadronamiento, un trámite administrativo que suele ser también un escollo para las personas extranjeras en situación administrativa irregular.

Todos estos cambios han aparecido en prensa justificados por la acción de las llamadas mafias que, a través de instrumentos informáticos, supuestamente acumulaban las citas para luego revenderlas, pero, aunque evidentemente estaba ocurriendo, el problema de fondo era la escasez de citas, cuando hay citas de sobra nadie necesita comprar nada. Pero, Interior ha decidido que la mejor forma de evitar la reventa de citas es eliminando casi por completo las citas, una lógica perversa, Marlaska en acción.

Por último, comentar que la legislación contempla la posibilidad de pedir cita también en frontera o en las representaciones diplomáticas de España en otros países, pero, en la práctica, dichas opciones no son más que simple literatura en el BOE. Ni en Frontera Sur ni en ningún Consulado se puede tramitar la solicitud de protección internacional. Por ello, al solo poder solicitar protección internacional estando dentro del país y no existir vías seguras y accesibles de entrada, sumado al bloqueo técnico de acceso a este derecho, se sentencia, aún más si cabe, a las personas que buscan refugio a una situación de irregularidad con todo lo que ello conlleva (explotación laboral, represión policial, exclusión sanitaria, limitación de derechos, impacto psicológico, etc.).

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