Entrevista al Colectivo Autónomo Lima Barreto y a la Federación de Organizaciones Sindicales Revolucionarias de Brasil

Brasil es el país más extenso de América Latina, un territorio con un gran peso social y político en el continente, con la lengua portuguesa como idioma oficial y principal, obviamente resultado de un proceso colonizador, muy similar a la lengua española, y con quien queremos construir relaciones políticas y de apoyo mutuo. Por ese motivo hemos querido entrevistar al Colectivo Autónomo Lima Barreto y a la FOB, Federación de Organizaciones Sindicales Revolucionarias de Brasil, a la que pertenece. Cuando se ha realizado esta entrevista Brasil se encontraba inmerso en pleno periodo electoral, donde elegían entre el neofascista de Jair Bolsonaro o el socialdemócrata Lula da Silva, y a través de esta entrevista queremos conocer mejor el contexto brasileño, la lucha sindical, estudiantil, social y revolucionaria. Es decir, nos interesan los movimientos en que más allá del electoralismo se organizan las clases populares para luchar por una transformación anticapitalista de la sociedad.

Todo Por Hacer (TxH): Contadnos acerca de vuestro colectivo autónomo Lima Barreto, ¿cuándo surge este proyecto? ¿en qué ámbito social es vuestra acción? ¿qué luchas afrontáis en la actualidad?

El Colectivo Autónomo Lima Barreto surge en el año 2020, en medio del contexto de pandemia. El grupo inicial que buscaba la afiliación a la FOB ya sentía la demanda de una mejor estructura organizativa. Sin embargo, ya teníamos una amplia experiencia en la articulación de acciones revolucionarias, como las Jornadas de Junio en 2013, donde la ciudad de Natal tuvo importancia y protagonismo en la lucha. También en la ola de ocupaciones de centros escolares contra el Proyecto de Reforma Constitucional, que limita el techo del gasto público en áreas prioritarias como salud y educación, o la Ocupación de la Rectoría de la UFRN en 2019. Nos damos cuenta de la importancia de estar organizados federativamente con otros grupos para poder articularnos a nivel nacional, ya que vimos que el avance de los sectores reaccionarios era fuerte, y los grupos más revolucionarios no podían ser rehenes de reaccionar tan solo a la coyuntura inmediata.

Como es un colectivo estudiantil, su primer foco de lucha fue en relación a la Enseñanza Remota de Emergencia (adoptada en todo el país durante la pandemia), que materializó un proyecto de la entidad capitalista Banco Mundial, que terminó por profundizar el déficit educativo de las clases sociales más vulnerables. Actualmente estamos enfocados en combatir los recortes en las inversiones públicas en educación y en la articulación práctica de colectivos antifascistas para las acciones cotidianas, además de tener un proyecto de apertura de una sede, en una comunidad periférica de la capital Natal, para ampliar nuestra inserción popular.

TxH: Sabemos que el nordeste de Brasil es un territorio con una notable conciencia de clase, y que la población que lo habita es en su mayoría afroamericana, ¿cómo ha afectado la llegada de Bolsonaro estos últimos años directamente a la vida en vuestro territorio?

En primer lugar, debemos señalar que, aunque la aceptación del actual presidente está por debajo del promedio nacional en la región, Bolsonaro sigue teniendo un apoyo considerable en las principales ciudades de la región nordeste, incluso entre los estratos más pobres de la población, a nuestro entender por algunas razones, tales como: un retraso histórico en la educación, ya que la región nororiental es, hasta el día de hoy, la más afectada en este sentido; acoso electoral por parte de los empresarios; el uso de noticias falsas; los incesantes ataques de la prensa al PT y el acoso a las iglesias que se comprometían con el Gobierno. Aun así, siendo el Nordeste la región más pobre del país, cada acción del presidente termina siendo más dramática para esta población, como se evidencia si analizamos el “mapa del hambre” de Brasil, donde se señala el Nordeste como la región más afectada por esa coyuntura.

TxH: Vuestro colectivo está integrado en la RECC (Red Estudiantil Clasista y Combativa), contadnos cómo funciona esa organización y cómo es la relación entre el movimiento estudiantil y el movimiento obrero y rural brasileño.

La RECC es una federación estudiantil independiente que se guía por los principios de autonomía, acción directa, apoyo mutuo, democracia de base y antidiscriminación, y forma el brazo estudiantil de la FOB. Tiene con esta federación la paridad de decisión junto con otras secciones de la misma, obreros y populares, por ejemplo. Dado el principio de apoyo mutuo y solidaridad de clase que nos guía, estos diversos sectores de la central sindical actúan conjunta y solidariamente entre sí, cuando estas secciones y sectores presentan determinada demanda en cada localidad. Teniendo en cuenta las dimensiones continentales del país, la aplicabilidad de este principio varía de un lugar a otro.

TxH: Además, estáis afiliados en la FOB (Federação das Organizações Sindicalistas Revolucionárias do Brasil), explicadnos las acciones que realiza esta organización en Brasil. También nos interesa conocer cómo es el movimiento anarquista en el país, y qué relaciones se tienen con otros grupos libertarios.

La FOB pretende rescatar la metodología del sindicalismo revolucionario como principal forma de organización de los oprimidos. No utiliza financiación pública ni privada, dependiendo exclusivamente del aporte de sus militantes, lo que, en consecuencia, garantiza la autonomía de acción. Trabaja desde la organización de estudiantes y trabajadores del área de la educación, así como de recolectores de materiales reciclables, incluyendo la articulación y apoyo a las luchas de los pueblos originarios. El Movimiento Anarquista en Brasil se puede dividir en cuatro grandes grupos genéricos, y sus relaciones entre sí son muy heterogéneas según cada contexto local, serían estos: el Movimiento AnarcoPunk, grupos organizados y federados como CAB (Coordenação Anarquista Brasileira), FOB, Resistencia Popular, o UNIPA; grupos de afinidad que son colectivos independientes y no federados; y el campo del anarquismo cultural está dominado por Anarco Individualistas. A nivel local nos alineamos en acciones de calle y otras intervenciones que exigen más radicalidad con algunos grupos de afinidad libertaria y antifascista.

TxH: Además del movimiento anarquista, ¿qué vinculaciones o luchas en común en Brasil se tienen con otras organizaciones como el movimiento feminista, LGTBI, antifascista, comunidad indígena o con otros sindicatos o movimientos como el MTS (Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra)?

A diferencia de hace un siglo, hoy el movimiento anarquista es muy pequeño, lo que termina limitando el alcance de sus acciones, pero donde está organizado, su actuación en todas estas luchas antes mencionadas está bastante llena de voluntad y compromiso.

TxH: Igualmente, ¿cuáles son vuestras referencias revolucionarias internacionales y con qué otras organizaciones o movimientos a nivel mundial tenéis contacto o realizáis acciones conjuntamente?

La federación tiene conexiones y contacto con varias organizaciones sindicales y revolucionarias alrededor del mundo, ya que tenemos simpatía y alineamiento con la CIT-ICL (Confederación Internacional del Trabajo). Contribuimos a campañas para dar a conocer las luchas de estas otras organizaciones y formamos redes internacionales en apoyo de las Zonas Zapatistas en el sur de México y con la revolución del pueblo kurdo en el noreste de Siria.

TxH: Esta entrevista la estamos haciendo previa a la segunda vuelta de elecciones en Brasil y tras una movilización antifascista muy fuerte contra Jair Bolsonaro, pero ¿qué lectura política revolucionaria hacéis sobre el contexto actual en medio de unas elecciones en las que se elige entre Bolsonaro y el socialdemócrata Lula?

A nuestro entender, las manifestaciones “antifascistas” que se vienen dando desde 2019, se circunscriben a un sesgo institucional y electoral donde, las principales centrales sindicales dominadas por la socialdemocracia, no orientan los aspectos fundamentales que deben ser abordados: ser atacada en la estructura del sistema para garantizar la soberanía autodeterminada de nuestras comunidades; periférico urbano, rural, lugares de residencia, trabajo y estudio. Siempre apoyándose en las resoluciones institucionales, ya sean electorales o CPI (Comisión Parlamentaria de Investigación) más que en la organización del pueblo oprimido en los referidos ámbitos.

Son pocos los sectores que han demostrado tener la dimensión real de la tarea que nos corresponde, que es la de organizar la revuelta y la indignación social a través de las organizaciones de base. Esta tarea es a partir de proyectos donde las personas involucradas identifiquen y discutan sus problemas más sensibles, propongan y descarten soluciones, para que todas las personas interesadas en resolver tales dilemas tengan una amplia participación. Finalmente, busquen colectivamente ejecutar lo pactado, sin descartar en este proceso ninguna táctica, salvo la conciliadora con los poderes dominantes. Estos sectores son los grupos libertarios federados, mencionados anteriormente, grupos de afinidad y sectores más combativos y politizados de simpatizantes organizados. Dicho esto, sabemos que la elección del socialdemócrata Lula representa un cierto freno, a nivel institucional, en esta fascistización y que la reelección del ‘Excrementíssimo’ (Bolsonaro) legitimaría una muy peligrosa milicia dinástica fascista, sin embargo, la elección, queda lejos de ser suficiente para prohibir tanto el fascismo como la usura de las élites empresariales burguesas. Hay que tener en cuenta que la primera vuelta electoral ya definió al congreso y parlamento más reaccionario desde la vuelta a la democracia de 1985.

Una bancada militar verdaderamente fascista, “fundamentada” en una moral cristiana ultraconservadora, representando quizás a la más activa y peligrosa alt-right en América Latina, ya ha sido confirmada en la primera vuelta electoral. Aquí en el estado de Rio Grande do Norte, un militante fascista, un policía exonerado de su cargo por ser investigado en un triple homicidio, vinculado a un grupo de exterminio, fue elegido con un apoyo récord en la historia para el cargo de Diputado de Estado, con más de 88 mil votos (lo que prueba la popularidad y la capilaridad del discurso y las prácticas fascistas en la sociedad brasileña contemporánea), es un ejemplo local del camino que nos lleva la disputa institucional. El propio candidato Lula ya ha mostrado su renuencia a revocar la reforma laboral del golpista Temer, que hace extremadamente vulnerable la seguridad social; o incluso si consideramos los recortes en educación, a pesar de ser profundizados por Bolsonaro (el Excrementíssimo) tienen su efecto en origen en 2014 durante el gobierno de Dilma Rousseff (PT).

TxH: Decía el anarquista gallego Ricardo Mella a los obreros: «votad lo que estiméis conveniente la jornada de las elecciones, o absteneos. Pero no olvidéis nunca que lo primordial es lo que hacéis, con vuestra lucha, los restantes días del año». ¿Qué tareas están pendientes en la lucha en Brasil y cuál es el camino que las organizaciones de clase deben tomar independientemente del resultado electoral?

Rescatando la metodología del Sindicalismo Revolucionario, el proceso electoral se entiende como ineficaz para la liberación de los oprimidos, y como se evidencia, somos críticos con sus resultados. Sin embargo, entendemos que no está a la altura de una organización con enfoque materialista que se guía por la identificación común de los males materiales que la aquejan, para deliberar sobre procesos que no están dentro de su ámbito de actuación, por lo que no corresponde a la organización determinar cuál será la posición individual de sus integrantes frente al reclamo electoral. Estando de acuerdo con Mella, lo más importante es lo que hacemos en nuestra vida diaria. Por tanto, valoramos que la tarea de toda organización con pretensiones revolucionarias es organizar a las masas indignadas y su revuelta, a los millones que desprecian este proceso por falta de acceso a saberes y culturas liberadoras. A través de organizaciones de base que tienen como metodología la acción directa, la autonomía y la combatividad, donde sirven tanto como instituciones del pueblo que sustituirá al orden burgués (algo que ya se hace en algunas comunidades periféricas, urbanas y rurales), como el entorno natural de la organización social cotidiana.

Puedes leer esta entrevista en su portugués original en este enlace

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