Las relaciones armamentísticas de España e Israel han sido “más lucrativas que nunca” desde octubre de 2023

52.615 personas han muerto en Gaza desde que Israel desató su campaña de exterminio el 7 de octubre de 2023, según los datos oficiales de la Franja, los cuales no incluyen a los desaparecidos. Muchos estudios sugieren que la cifra real podría ser muy superior.

Además, más de un millón de niños padecen hambre a diario en el enclave palestino debido al bloqueo de entrada de ayuda humanitaria impuesto por el Estado genocida de Israel desde hace dos meses. Este aislamiento total comenzó durante el alto el fuego y no permite la entrada de ningún tipo de comida a la Franja. En el momento en el que escribimos estas líneas, el número de casos llegados a los hospitales y centros médicos por desnutrición grave ha superado los 65.000 y han fallecido 57 personas por esta causa.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas expone que el 91% de la población en Gaza vive una situación de inseguridad alimentaria grave y que más de 345.000 personas en Gaza se encuentran en la fase 5 de hambruna, que supone la inanición total. Además, ha alertado que la reserva de alimentos está a punto de terminar y que el riesgo de muertes masivas es inminente, especialmente en niños y personas mayores. El uso de la hambruna es un arma de guerra más para Israel.

Pedro Sánchez anunció en octubre de 2024 que “sin armas no hay guerra” y ese mismo mes pidió el fin “de la exportación de armas” a Netanyahu. Sin embargo, los registros oficiales que dan evidencia del comercio de armas a nivel internacional niegan la intención publicitada por el Gobierno de dejar de cooperar a nivel militar con Israel.

Un estudio publicado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau abunda en lo que ya se había denunciado desde distintas organizaciones: “Nunca antes tantas empresas españolas o asentadas en España habían desarrollado tantos proyectos conjuntos con empresas israelíes, y nunca antes la industria israelí había conseguido adjudicarse contratos del Ministerio de Defensa español en semejante cantidad (número de contratos) y volumen económico. […] El grueso de las relaciones armamentísticas entre España e Israel tras esa fecha no solo se ha mantenido, sino que, en distintos ámbitos, son más vivas, abundantes y lucrativas que nunca desde que ambos países establecieran relaciones diplomáticas en 1986«.

La venta de armas a Israel desde octubre de 2023

Las empresas israelíes, sus filiales españolas y empresas españolas con acuerdos de transferencia han rubricado hasta 40 contratos desde que el 7 de octubre de 2023, hace ahora un año y medio, Israel desatase una campaña de genocidio. El informe indica que, entre octubre de 2023 y el 31 de marzo de 2025 —último mes con datos disponibles—, Israel ha reportado 88 importaciones por valor de 5,3 millones. Este dato, que indica que España ha seguido vendiendo armas, “casi multiplica por cinco” lo que aparece en el portal oficial del Ministerio de Industria, Datacomex.

Este portal muestra que se han producido exportaciones en al menos nueve categorías. El estudio se basa únicamente en los códigos que se corresponden completa e inequívocamente con material de defensa y armas aunque, como señalan sus autores, hay códigos de difícil identificación que podrían sumarse al listado. Dada su ambigüedad, estos han quedado descartados a la hora de hacer el cómputo. Entre esas categorías más lábiles destaca el monto de 42 millones de euros en vehículos terrenos y componentes.

Sobre las categorías que sí corresponden fuera de toda duda a dos códigos, el 93 y el 8710, armas y municiones y carros y automóviles de combate, destaca el casi millón de euros en municiones y cartuchos “para armas de guerra”, con el código 93063030. Otra partida, de 1,2 millones se encuadra en la categoría cinco de Datacomex y se refiere a la exportación de sistemas de dirección de tiro.

La mayor parte de lo exportado, al contrario que en los años previos al 7 de octubre, se han destinado a particulares (el 98,5% de lo exportado).

El contraste, se produce, no obstante, cuando se cotejan los datos oficiales del Estado español con la información pública israelí. Bajo los mismos códigos, los que comienzan por 93, Israel registra un comercio superior a cinco millones de euros, 3,2 millones más que los 2.045.920 euros que el portal del Ministerio español refleja en sus registros.

Además, desde el 7 de octubre de 2023, las empresas de defensa y seguridad israelíes, sus filiales o terceras empresas en relación con productos israelíes han sido adjudicatarias de al menos 40 contratos de instituciones españolas, por un valor de 1.041 millones de euros. Las empresas adjudicatarias del grueso del volumen económico de esos contratos pertenecen a las compañías Elbit Systems y Rafael. Una parte sustantiva de ese dinero llega a Israel, lo que da al régimen sionista el acceso necesario a mercados para hacer viable la ocupación y las operaciones militares que han supuesto, de momento, más de 52.500 asesinatos en Gaza

Lo que España ha comprado de Israel

Con respecto a lo que España compra de armamento a Israel, el informe es claro, “nunca se ha importado tanto como tras el 7 de octubre de 2023”. España ha importado «armas y municiones» israelíes valoradas en más de 15 millones de euros, además de otros 21,6 millones de euros bajo el código aduanero que comprende «carros y automóviles blindados de combate, incluso armados» y sus «partes«. 

De esta manera, en 2024 se registró la segunda cifra más elevada en los negocios armamentísticos con Israel. «El récord fue en 2023, y más de la mitad se importó en el último trimestre. Es decir, nunca España ha importado tanto como tras el 7 de octubre de 2023«, señala.

Los cálculos se hacen a través de los registros de los mismos códigos: los de la familia de armas cifrados bajo el número 93 y los del código 8710. El flujo de compras registrado por Datacomex señala que en 2024 se importó material por 22 millones en ambas categorías y que en los dos primeros meses del año ya han sido ocho millones. Además, en los últimos tres meses de 2023, ya desatado el castigo colectivo a la población de Gaza, el Gobierno registró importaciones superiores a doce millones de euros.

Tránsito de buques

En relación con el tránsito y el transbordo de material de defensa con destino a Israel, el documento señala que en 2024 «se produjeron al menos tres denegaciones o amenazas de denegación a barcos que portaban material militar con destino a Israel y el Gobierno español afirmó que no autorizaría ningún otro tránsito«.

Sin embargo, «con o sin autorización«, las escalas continuaron mediante cuatro vías: «Barcos que utilizan la base de Rota; mercantes del Programa de Seguridad Marítima de EEUU que hacen transbordo en Algeciras; navíos comerciales de la compañía israelí ZIM que conectan EEUU con Israel haciendo escala en Valencia y Barcelona; y barcos procedentes de Asia que paran en puertos españoles en su ruta alternativa por el riesgo de ataque en el mar Rojo«.

«Además de los casos reportados de utilización del aeropuerto de Zaragoza para el tránsito aéreo de material militar con destino a Israel, la base de Rota también ha sido identificada como punto de escala de vuelos procedentes de Estados Unidos«, subraya.

Asimismo, el documento remarca que «barcos que transportaban combustible para aeronaves militares JP-8 con destino a Israel también han hecho tránsito o transbordo en puertos españoles«. «Aunque ese combustible no se considera material de defensa, debería ser incluido en dicha categoría«, apunta el Centro Delás.

Podéis leer más información sobre estas compraventas en un artículo de Pablo Elorduy en El Salto y en uno de Danilo Albin en Público.

Y ante esto, ¿qué podemos hacer?

La situación es crítica. Palestina se desangra, mientras Netanyahu y Trump se frotan las manos pensando en culminar la limpieza étnica y en los resorts que montarán en Gaza. Los dirigentes mundiales no hacen nada por poner fin al peor genocidio de nuestro tiempo y quienes protestan son expulsadas de sus centros de estudios o de trabajo, detenidas, multadas, deportadas o asesinadas, en función de la parte del mundo en la que se encuentran. Es muy fácil, en estas circunstancias, caer en la desesperanza. Pero es importante recordar que entre todas podemos poner fin a esta situación. Por eso debemos seguir informando a la gente a nuestro alrededor sobre lo que está ocurriendo, no cansarnos de compartir imágenes sobre el terror al que se somete a la población palestina, presionar a nuestros gobiernos para que dejen de comerciar con Israel, acudir a las manifestaciones que se convocan en nuestras ciudades y sumarse al movimiento BDS, que nos indica en sus páginas qué productos podemos –o más bien debemos– boicotear por colaborar con el régimen israelí, hacer negocio en territorios ocupados o financiar el genocidio. Si nos lo proponemos, podemos hacer que la ocupación deje de resultarles rentable.

El próximo 10 de mayo, días antes del 77º aniversario de la Nakba («catástrofe»), recorreremos el centro de Madrid (de Atocha a Sol), en una manifestación estatal, para exigir el fin del comercio de armas y de relaciones con el Estado de Israel.

Tenemos que seguir luchando por que esto sea así. Se lo debemos a las más de 50.000 palestinas asesinadas en el último año y medio y a todas las que siguen vivas, se niegan a abandonar sus hogares y, con su mera existencia, desafían al colonialismo y mantienen viva la llama de su pueblo.

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