El lobo ibérico, en peligro

Desde hace unas semanas estamos oyendo hablar del lobo ibérico y no precisamente porque haya buenas noticias para ellos. El 20 de marzo supuso un punto de inflexión, tras algunas décadas de regulación proteccionista que han permitido cierto aumento de la población. No olvidemos que a mediados del siglo XX (no hace tanto) el lobo ibérico estuvo cerca de la extinción. El 20 de marzo el Grupo Parlamentario Popular presentó en el Congreso de los Diputados una enmienda al Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario. Dicha enmienda tendrá como consecuencia la salida del lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), listado en el que entró hace tres años y medio. Esto en la práctica significa que se podrá volver a cazar lobos al norte del Duero y, de hecho, ya está ocurriendo. Cantabria ha anunciado que matará 41 lobos (el día en que se escribe este artículo llevan ya nueve) y Asturias 53. Galicia ha dicho que autorizará la caza “en casos muy concretos de daños recurrentes” y Castilla y León esperará hasta que el Gobierno envíe el informe sexenal sobre el estado de la especie.

No se debe despreciar el hecho de que el camino para conseguir rebajar la protección del lobo ibérico haya pasado por la ley de desperdicio alimentario, es decir, que el “argumento” legal haya sido que por culpa de los lobos se “desperdicia” mucha carne. También merece la pena fijarse en quiénes han apoyado la enmienda del Grupo Popular: Vox, Junts y PNV. Lo de Vox era obvio. PNV quizá tiene menos motivos para preocuparse por el lobo: en Euskadi solo hay dos manadas, que ni siquiera residen de manera fija allí. Y Junts, con el lobo declarado especie “extinta como reproductora” en Cataluña, tampoco debe tener pesadillas con el asunto.

Toda situación es susceptible de empeorar

El 9 de mayo el Parlamento Europeo aprobó la propuesta de la Comisión Europea de debilitar la protección del lobo en virtud de la Directiva Hábitats de la UE, pasando de “estrictamente protegido” a “protegido”. Como reconocen los propios cazadores, la medida es fruto de años de presión de diversos agentes, destacando el papel de la Federación Europea de Caza y Conservación (FACE) y la Organización Europea de Propietarios de Tierras (ELO). En el Estado español este cambio supondrá que se podrán cazar lobos no solo al norte del Duero, sino también al sur del mismo.

Aunque es obvio que hay un conflicto de intereses entre la ganadería extensiva y los lobos, es curioso ver cómo se abandera la caza no solo como la mejor manera de control poblacional, sino prácticamente como la única. Quizá el lobby de la caza no se mostraría tan apasionado con la implementación de otras medidas que no conllevan la muerte de lobos. Un rápido repaso a la evidencia científica al respecto nos dice que no hay pruebas de que los ataques al “ganado” se reduzcan matando lobos [podéis ver un artículo que repasa y comenta diferentes investigaciones aquí]. Más bien parece que ocurre lo contrario: al desestructurar las manadas, se hace más difícil para los lobos cazar animales silvestres y se centran más en animales explotados por la ganadería.

Así que en nombre de la ganadería extensiva local se aprueba una medida que no parece que vaya a ayudarles demasiado pero que, sin embargo, representa el sueño dorado de los cazadores. ¿Será casualidad que este tipo de medidas estén avanzando en un momento de auge de las derechas en Europa?

Dónde están los animales

Aunque el tema y su instrumentalización vienen de lejos, estos últimos meses de marzo, abril y mayo están siendo especialmente relevantes para la situación de los lobos. Cambios legislativos, noticias, declaraciones por parte de políticos y organizaciones ecologistas, protestas, etc. Se puede leer que el lobo es peligroso para nuestra seguridad, que hacen falta más mastines para que protejan los rebaños, que para los ganaderos es muy difícil reclamar las indemnizaciones, que el lobo es bueno porque regula los ecosistemas, que deberíamos comprar carne de ganadería extensiva amigable con los lobos, que el lobo nos ayuda a hacernos preguntas sobre quiénes somos, etc. Lo común a la inmensa mayoría de intervenciones es que ponen a los lobos, a las cabras, a los mastines, etc., a nuestro servicio y calculan su valor en función de lo que nos pueden aportar. Quienes dicen estar preocupados por las cabras se mueren de ganas por disparar a los lobos; quienes defienden a los lobos no le dan ninguna importancia a que las cabras acaben en el matadero. Es importante defender a los lobos, en parte porque trazan una línea en las posibilidades de la defensa de los animales silvestres: si se puede tirotear lobos, ¿qué opciones tiene la tórtola europea? Pero, por encima de todo, es importante defender a los lobos por los mismos motivos que es importante defender a cualquiera que sufra un abuso de poder. Ni más, ni menos.

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2 comentarios en «El lobo ibérico, en peligro»

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