Navalquejigo vive. La okupación rural madrileña en peligro

En un pequeño rincón de la sierra madrileña, cercano a El Escorial, se encuentra la aldea de Navalquejigo. De origen medieval (declarada en 2006 Bien de Interés Cultural por varias construcciones que datan de los siglos XIII al XVII), sus siglos de historia estuvieron a punto de llegar a su fin cuando en 1989 fue abandonada por sus últimos habitantes, como ha ocurrido en tantísimas poblaciones serreñas del centro de la península a lo largo del siglo XX.

Sin embargo, en 1998 un grupo de personas decidieron instalarse allí, recuperar y rehabilitar poco a poco el espacio y sus casas, devolviendo la vida al pueblo y conservando un entorno repleto de reliquias.

El proyecto

«La okupación rural es, para muchos, la mejor alternativa de vida, un proyecto sostenible y de conservación»

Recogemos a continuación un extracto de la presentación y el comunicado de prensa emitidos por las y los habitantes de Navalquejigo que explica en qué consiste en su proyecto:

Navalquejigo es un pueblecito okupado y rehabilitado de la sierra madrileña. En él vivimos cerca de 40 personas, de diferentes procedencias, ocupaciones o maneras de entender el mundo. Algunxs llevamos más de 20 años de convivencia pacífica, entre nosotrxs y con lxs vecinxs de alrededor, reconstruyendo y mimando este lugar, llenándolo de vida según nuestras convicciones tal como queremos y consideramos que es justo.

Navalquejigo es un asentamiento humano muy particular. Su formación ha sido y es continua y fluctuante, ha albergado a personas muy dispares y grandes historias entre sus muros, es un pueblo que ha visto nacer y crecer, ha vivido dramas y alegrías, mucho trabajo, etapas generacionales de lo más variopintas.. y arte, sobretodo mucho arte.. La mayoría de las personas que convivimos en el pueblo, nos dedicamos o tenemos vínculos con el sector del arte y el espectáculo, circo, músicos, técnicxs de sonido y vídeo, artesanxs…

Creemos en un estilo de vida alternativo y sostenible. Aquí nada se desecha fácilmente, practicamos el reciclaje, cultivamos la mayoría de nuestros alimentos y utilizamos diferentes recursos energéticos como las instalaciones de placas solares y aerogeneradores. Apostamos por la convivencia en armonía y el consenso vecinal, aun así, cada uno es libre de desarrollarse en su propio espacio.

El comienzo de la batalla legal

En el año 2007 se inició un proceso penal y a los pocos meses se llevó a cabo el desalojo de todas las viviendas por parte de la Guardia Civil. Durante 14 meses, muchas de las habitantes siguieron viviendo en el pueblo, en caravanas y tiendas de campaña, hasta que finalmente, la Audiencia Provincial de Madrid revocó la sentencia por la “falta de legitimidad” del denunciante, un ex comisario de la Policía Nacional que se personó como propietario de los terrenos, a pesar de que los había vendido a la constructora Edisan cuatro años antes, quien no los había inscrito aún en el Registro de la Propiedad. El fallo rechazaba igualmente que las viviendas estuvieran en estado de ruina en el momento de ser okupadas, lo cual era uno de los motivos alegados para proceder al desalojo.

A partir de entonces, entra en el juego Edisan. Esta constructora, nueva propietaria de los terrenos, pertenece al grupo San Román y está presidida, de hecho, por José Antonio San Román, sobrino de Fidel San Román, uno de los principales implicados en el famoso caso Malaya de corrupción urbanística.

De nuevo, Navalquejigo en peligro

Tras agotar la vía penal, Edisan recurrió en 2017 a la vía civil para reclamar la posesión de los terrenos que conforman el pueblo, con la intención de ejecutar un plan urbanístico que pone en peligro su patrimonio y que dejaría sin vivienda a sus actuales habitantes.

En diciembre de 2019 se celebró el juicio por la primera de las fincas que componen el pueblo en el juzgado municipal de El Escorial, que fue favorable para los demandantes, y contra el que se interpuso recurso ante la Audiencia Provincial de Madrid.

En febrero de este año, las habitantes de Navalquejigo recibieron la noticia de que el recurso había sido desestimado (es decir, que se confirmaba la condena), por lo que Edisan podría solicitar en los próximos meses el desalojo de esta parte del pueblo (la que engloba la finca a la que hace referencia la sentencia), y sentar jurisprudencia para el resto de procedimientos, poniendo en peligro no solo la integridad, sino la existencia misma de Navalquejigo.

A día de hoy, los y las habitantes del pueblo y varias asociaciones de vecinas se han unido en la Plataforma Salvemos Navalquejigo para tratar de hacer frente al posible desalojo. Igualmente, han comenzado una campaña de crowdfunding (micromecenazgo a través de donaciones online) en GoFundMe para costear los gastos del proceso judicial que se puede consultar haciendo click aquí.

Puedes consultar información actualizada y posibles convocatorias en su Facebook Navaljekigo_vive o contactar con ellas en el correo electrónico navalkejigovive@gmail.com

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