Los/as mayores de la Còlonia Güell evitan el cierre de su consultorio

En los últimos meses, el Govern de Catalunya ha aplicado duros recortes presupuestarios en diferentes áreas como Sanidad, Educación, Servicios Sociales, etc., y aunque no han faltado las protestas durante todo el año (importantes manifestaciones en Barcelona y en otras ciudades, concentración frente al Parlament durante la aprobación de los presupuestos, paros de trabajadores/as, etc.), la Generalitat no ha dado un paso atrás, más bien todo lo contrario. Pero en la Còlonia Güell, los/as vecinos/as no han querido ser ellos/as quienes paguen sus medidas de ajuste.

Los recortes en Sanidad, que giran en torno al 10%, han provocado el despido de trabajadores/as, el retraso o la paralización en la construcción de nuevos hospitales, el cierre de plantas y centros, la clausura de diferentes servicios, etc. Esto sumado a la política del nuevo conseller de Sanidad, Boi Ruiz, antiguo presidente de la patronal de hospitales privados, nos hacen entrever que la excusa de la crisis está sirviendo al Govern de Catalunya para iniciar una privatización progresiva de los servicios sanitarios públicos. Por si fuera poco, el personaje en cuestión, animó a los/as ciudadanos/as a contratar seguros médicos privados.

El tijeretazo del que estamos hablando incluía el cierre del único centro sanitario de la Còlonia Güell, un pequeño consultorio con una doctora y una enfermera. Los/as mayores de la zona, la mayoría antiguos/as trabajadores/as de la industria textil y, debido a su edad, los/as más afectados por esta medida, tomaron la iniciativa y decidieron ocupar el consultorio para evitar su cierre. Tras más de una semana de ocupación, los/as vecinos/as reunidos/as en asamblea aceptaron la propuesta de la Conselleria de Salut, aunque implicaba una reducción en el horario de apertura de tres horas semanales, pero asegurando que continuarían la lucha por recuperar el antiguo horario.

Durante los días que duró la ocupación, los/as vecinos/as realizaron diferentes turnos para permanecer las veinticuatro horas del día en el centro, organizaron las comidas, recibieron múltiples muestras de solidaridad y decoraron todo el barrio con pancartas en balcones y calles.

Esta lucha, donde la unidad de la gente y una forma de actuar alejada de los cauces institucionales han estado presentes, les ha permitido una pequeña victoria, que esperamos sirva para animarnos a recuperar la autoorganización y la acción directa como herramientas de lucha.