Hanneke Willemse, in memoriam

Recientemente falleció la historiadora holandesa Hanneke Willemse (1949-2021), una de esas personas que granito a granito y de manera humilde han reconstruido la historia social participando desde el anarcosindicalismo. Ella es una de esas voces que se propagarán como eco imperturbable en el tiempo y que, con bastante probabilidad, muchas de nosotras conoceremos póstumamente, una vez nos ha dejado y deseándole que la tierra le sea leve.

Nacida en la ciudad de Ámsterdam pocos años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, se licenció en Historia en la especialidad de la etapa contemporánea, y singularmente realizó su tesis sobre la Revolución Social y la Guerra Civil española. Pasó largas épocas de su vida en España, concretamente en el municipio de Albalate de Cinca, en la provincia de Huesca, convirtiéndose en una cronista de la historia oral. Continuó sus investigaciones en la línea marcada por su tesis universitaria y fruto de esa labor publicó su libro ‘Pasado compartido. Memorias anarcosindicalistas de Albalate de Cinca, 1928-1938‘.

En los años 80 del pasado siglo realizó un intenso trabajo para recopilar y organizar los testimonios directos de la revolución social de 1936 en los campos aragoneses, concretamente en los pueblos de la comarca del Cinca. Entrevistó a los protagonistas que vivieron aquellos tiempos, y también dejó un relato de las perspectivas anarcosindicalistas en las regiones rurales en los años posteriores a la dictadura. De esa experiencia surgió el documental ‘Ni peones, ni patrones’ (1986), un testimonio de esos hombres y mujeres que colectivizaron los campos y lucharon contra caciques y toda autoridad ajena a los sentimientos solidarios del pueblo.

En el pequeño municipio aragonés donde vivió algunas temporadas, y donde se esforzó por contar su historia viva y jamás olvidada, siempre la recordarán como Ana, la holandesa. Desde la ventana de donde escribía sus investigaciones podía ver la plaza del pueblo, la misma plaza que recorrió la mismísima Emma Goldman en aquel otoño de 1936. 

Además, también fue activista del movimiento Kraker en su país de origen, un movimiento sociocultural de okupación contra la especulación de las viviendas en manos de propietarios que subían abusivamente a principios de los años 80 los precios del alquiler. De ese activismo, también filmó junto a su compañero Jan Groen, un documental titulado ‘No se puede vivir en un tanque’ (In een tank kan je niet wonen, 1981).

La canción de ‘Somos’ de José Antonio Labordeta sobre la tierra aragonesa llegó a calarle bien hondo el corazón para el resto de su vida. Y, sin duda, el legado de Hanneke Willemse nos muestra los caminos de la reconstrucción de una historia comprometida frente a la amnesia histórica programada. En palabras de la también historiadora Almudena Rubio, “se marchó por la mañana desde una retaguardia aragonesa en calma y alegre”.

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