Distintos caminos, un mismo objetivo

A continuación publicamos dos noticias que muestran dos formas diferentes de luchar para alcanzar un mismo objetivo: el movimiento libre de las personas. Por un lado anunciamos el fin de la huelga de hambre que iniciaron 300 inmigrantes el 25 de Enero en Grecia (Atenas y Tesalónica) en busca de su legalización y una igualdad de derechos, y que termina tras alcanzar algunas de sus demandas. Por otro, la destrucción de un centro de internamiento de extranjeros (CIE) en Italia tras una serie de protestas de los/as migrantes ante las continuas repatriaciones forzosas.

Los/as 300 inmigrantes en Grecia abandonan la huelga de hambre

El pasado 9 de marzo los/as 300 inmigrantes (250 en Atenas y 50 en Tesalónica) que se mantenían en huelga de hambre desde hacía 44 días decidieron abandonarla al ver aceptadas parte de sus demandas por el gobierno griego:
-El tiempo de residencia necesario para la aplicación del permiso de residencia permanente pasa a los 8 años (frente a los 12 anteriores).
-Los días cotizados anuales necesarios para la renovación del permiso temporal de residencia (tarjeta rosa que se renueva cada 6 meses) se reducen de 200 a 120, y para tener asistencia sanitaria, de 80 a 50.
-Los/as 300 huelguistas podrán solicitar permisos de residencia temporales de forma consecutiva hasta que cumplan los 8 años necesarios para obtener el permiso de residencia permanente.

A continuación se reproduce el comunicado realizado por el grupo de apoyo a los/as 300 inmigrantes Iniciativa Solidaria:

La decisión del Gobierno de cumplir parte de las demandas de los/as 300 inmigrantes en huelga de hambre demuestra que la única lucha perdida es aquella que no se practica. También nos demuestra que ni la Unión Europea, ni el FMI, ni el Banco Europeo, son invencibles. El firme espíritu militante y la amplia solidaridad social pueden dar frutos tangibles.
Es obvio que se necesitará una lucha larga y difícil para terminar con el apartheid contra los/as trabajadores/as extranjeros/as que se vive en Grecia y Europa. Sin embargo, no debe haber duda de que el esfuerzo de los/as 300 abre un nuevo camino de esperanza.
Nos gustaría dar las gracias a todos/as aquellos/as (y había muchos/as…) que han apoyado esta difícil lucha desde los primeros días en la Facultad de Derecho[1], hasta los hospitales. Pero por encima de todo, nuestro mayor respeto a los/as 300 luchadores/as de los/as que toda la clase trabajadora puede enorgullecerse”.

Centro de retención de inmigrantes en ruinas tras los disturbios incendiarios de las últimas semanas

Tras un mes de disturbios, quema de colchones, sabotajes y daños a la propiedad, las personas detenidas en el CIE (Centro para la identificación y deportación) de Gradisca (Gorizia, Italia), han llegado, literalmente, a demoler sus jaulas. El centro ya había sido inutilizado por diferentes disturbios desde que abrió hace cinco años, hasta el punto de que menos de la mitad de las instalaciones estaban realmente operativas. La llegada de jóvenes que han vivido las revueltas recientes en el Magreb fue el detonante.

Durante las semanas pasadas, los incendios se habían convertido en un aspecto cotidiano de la revuelta. El 27 de febrero, se alzaba el quinto fuego en menos de 30 días: el primero fue el 28 de enero, el segundo fue el 14 de febrero, con la llegada de 50 personas provenientes de Túnez desde Lampedusa (que se saldó con tres celdas quemadas), y el último comenzó el martes 22 de febrero (con otras once celdas quemadas en los días sucesivos).

Ladrillo a ladrillo, pared a pared, los/as inmigrantes indocumentados/as han destruido poco a poco todas las celdas (16 en total). La policía intentó varias veces controlar la situación, cinco personas fueron detenidas, pero después de un tiempo la situación se volvió inmanejable. Ante esta circunstancia la policía declaró: “El centro de detención ya no está disponible. Durante estos cinco años, todos los sistemas de seguridad, el refectorio, dispositivos de control… han sido destruidos y no tienen reparación, esta semana el trabajo se completó con las destrucciones sucesivas de las habitaciones”. Dijeron que la situación se volvió incontrolable cuando 50 tunecinos/as fueron transferidos/as desde Lampedusa. Desde entonces ha habido una escalada de incendios “de rutina, casi estudiado: los migrantes sabían exactamente cuáles eran los defectos del centro de detención”.

Tras esto, sólo quedaba una celda con ocho camas para más de 105 detenidos/as, los/as inmigrantes tuvieron que hacer arreglos para dormir en las zonas comunes. El centro ya no existe.

Y, aunque el Estado italiano está tratando de ocultarlo, la destrucción de la estructura ha dado sus frutos; más de 30 migrantes han sido puestos/as en libertad, con la condición de abandonar Italia, otros/as 20 están esperando la misma resolución. Por el momento no se plantean transferir a los/as demás a otros centros puesto que éstos están completamente llenos y especialmente teniendo en cuenta la reducida capacidad que poseen tras las revueltas que en los últimos dos años han destruido parte del espacio disponible.

Sin olvidar que…

En estos últimos meses, también cabría destacar que protestas similares se han venido produciendo en varios centros de internamiento de inmigrantes a lo largo de Europa, en Steenokkerzeel (Bélgica) y en Vincennes (Francia), finalizando en ambos casos con incendios parciales de las instalaciones e intentos de fuga por parte de los/as migrantes.

Extraído de www.contrainfo.espiv.net, www.klinamen.org, www.libcom.org y www.acorpsperdu.net (publicación nº 1).

[1] Los/as 300 huelguistas estaban divididos/as entre Atenas (250) y Tesalónica (50). Los/as de Atenas se encontraban inicialmente en la Facultad de Derecho, hasta que fue sitiada por la policía, amenazando con romper el asilo universitario, ante lo cual los/as huelguistas decidieron trasladarse a otro edificio particular, cercano a la Facultad Politécnica.

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