Contra las anexiones y la agresión imperial

Una declaración de anarquistas rusxs contra la agresión rusa en Ucrania

Ayer, 21 de febrero, se llevó a cabo una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de Rusia. Como parte de este acto teatral, Putin obligó a sus servidores más cercanos a “pedirle” públicamente que reconociera la independencia de las llamadas “repúblicas populares” de la República Popular de Luhansk [LPR] y la República Popular de Donetsk [DPR] en el este de Ucrania.

Es bastante obvio que éste es un paso hacia una mayor anexión de estos territorios por parte de Rusia, sin importar cómo se formalice (o no se formalice) legalmente. De hecho, el Kremlin deja de considerar a la LPR y la DPR como parte de Ucrania y finalmente las convierte en su protectorado. “Primero el reconocimiento de la independencia, luego la anexión”: esta secuencia ya se elaboró ​​en 2014 en Crimea. Esto también se desprende de las absurdas “dudas” de Sergei Naryshkin, director de inteligencia rusa, en la reunión del Consejo de Seguridad («Sí, apoyo la entrada de estos territorios en la Federación Rusa«).1 Dado que la reunión, como resultó, se transmitió una vez grabada [en lugar de en directo], y estas “dudas” no se eliminaron, sino que se dejaron, la intencionalidad es clara.

En un «llamamiento al pueblo» esa misma noche, Putin pareció “estar de acuerdo” con estas solicitudes y anunció el reconocimiento de la LPR y la DPR como estados independientes. De hecho, dijo lo siguiente: “Estamos tomando una parte del Donbass, y si Ucrania mueve el barco, que se culpe a sí misma, no lo consideramos un estado en absoluto, así que tomaremos aún más. ” Según el decreto de Putin, las tropas rusas ya están ingresando al territorio de la LPR y la DPR. Éste es un claro gesto de amenaza hacia el resto de Ucrania y especialmente hacia las partes de las regiones de Lugansk y Donetsk aún controladas por Ucrania. Esto ya es una ocupación real, aunque antes ya estaba ocupada de facto por los poderes rusos.

No queremos defender a ningún Estado. Somos anarquistas y estamos en contra de cualquier frontera entre naciones. Pero estamos en contra de esta anexión porque solo establece nuevas fronteras, y la decisión al respecto la toma únicamente el líder autoritario, Vladimir Putin. Éste es un acto de agresión imperialista de Rusia. No nos hacemos ilusiones sobre el Estado ucraniano, pero para nosotros está claro que no es el principal agresor en esta historia. Ésta no es una confrontación entre dos males iguales. En primer lugar, éste es un intento del gobierno autoritario ruso de resolver sus problemas internos a través de una “pequeña guerra victoriosa y la acumulación de tierras” [en referencia a Iván III].

Es bastante probable que el régimen del Kremlin organice algún tipo de espectáculo de “referéndum” sobre las tierras anexionadas. Tales actuaciones ya tuvieron lugar en Donetsk y Lugansk en 2014, pero ni siquiera Moscú reconoció sus resultados. Ahora, aparentemente, Putin ha decidido cambiar de idea. Por supuesto, no se puede hablar de ninguna “votación libre y secreta” en estos territorios, que están bajo el control de bandas militarizadas que dependen completamente de Moscú. Aquéllos que se oponían a estas bandas y en contra de la integración con Rusia fueron asesinados u obligados a emigrar. Por lo tanto, cualquier “referéndum sobre el regreso del Donbass como un barco perdido a su puerto natal” será una mentira propagandística. Los residentes de Donbass podrán formular su decisión solo cuando las tropas de todos los estados, y en primer lugar de la Federación Rusa, abandonen estos territorios.

“¡No a la guerra entre naciones! ¡No a la tregua entre clases!”. Un mural en Moscú promoviendo la Acción Autónoma.

El reconocimiento y la anexión de la DPR y la LPR no traerán nada bueno a los habitantes de la propia Rusia.

Primero, en cualquier caso, esto conducirá a la militarización de todas las esferas de la vida, un aislamiento internacional aún mayor de Rusia, sanciones y una disminución del bienestar general. La restauración de la infraestructura destruida y la inclusión de las “repúblicas populares” en el presupuesto estatal tampoco serán gratuitos: ambos costarán miles de millones de rublos que, de lo contrario, podrían gastarse en educación y medicina. No lo duden: los yates de los oligarcas rusos no se harán más pequeños, pero todos los demás empezarán a vivir peor.

En segundo lugar, el probable agravamiento de la confrontación armada con Ucrania significará más soldados y civiles muertos y heridos, más ciudades y pueblos destruidos, más sangre. Incluso si este conflicto no se convierte en una guerra mundial, las fantasías imperiales de Putin no valen ni una sola vida.

En tercer lugar, esto significará una mayor expansión del llamado “mundo ruso”: una loca combinación de oligarquía neoliberal, poder centralizado rígido y propaganda imperial patriarcal. Esta consecuencia no es tan obvia como el aumento del precio de las salchichas y las sanciones a los teléfonos inteligentes, pero a la larga es aún más peligrosa.

Te instamos a contrarrestar la agresión del Kremlin por cualquier medio que creas adecuado. Contra la toma de territorios bajo cualquier pretexto, contra el envío del ejército ruso al Donbass, contra la militarización. Y, finalmente, contra la guerra. Sal a la calle, corre la voz, habla con las personas que te rodean, ya sabes qué hacer. No te quedes callado. Pasa a la acción.

Incluso un pequeño tornillo puede atascar los engranajes de una máquina de la muerte.

¡Contra todas las fronteras, contra todos los imperios, contra todas las guerras!

Publicado en avtonom.org. Extraído y traducido por CrimethInc

Comparte y difunde
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad