Lili y sus vecinas luchan para que se investigue la muerte de su marido en comisaría 

Lili pasó la madrugada del 14 de abril de 2018 llamando a la comisaría de Padre Amigo, en Carabanchel. La policía había detenido a su marido, pero nadie quería atenderla. La madre de Stefan se personó varias veces, le respondieron con largas. «Mi suegra va a la comisaría a las 15:15h y le dicen que Stefan está bien, que ya le pondrán en libertad. Según el informe forense llevaba muerto desde las 12:00h«, nos cuenta.

Esa noche Stefan había salido de fiesta con unos amigos por el barrio. Les paró una patrulla de policía para pedirles el NIE y se lo llevaron a comisaría por no llevarlo encima. En el informe médico aparecerá más tarde que Stefan fallece por causas naturales. Pero él era un joven de 28 años, padre de dos hijos, sin patologías.

Hay poca información sobre lo que le sucedió a Stefan; su muerte nunca se investigó a fondo. No se tomaron declaraciones a los testigos, no se presentaron las fotografías protocolarias del cuerpo del fallecido y se negó un segundo informe forense. Lili sí consiguió las grabaciones de la comisaría. «Le llevan en un punto donde según ellos no tienen cámaras. Se ve como los agentes le llevan a rastras. Uno se saca la porra, otro se pone los guantes. Desde ahí es cuando Stefan sale mal y pide que le lleven a un hospital. Ellos no dicen nada, aunque al final deciden llamar al SAMUR. Hay un forcejeo. Lo tumban bocabajo, le ponen la inyección, un sedante. Y ya lo mueven a rastras al calabozo y lo tiran bocabajo«. En ese momento eran casi las 6 de la mañana. Nadie revisa cómo está hasta las 13:30h. Era demasiado tarde: ya había fallecido.

Lili sabe que no ha sido una muerte natural. Explica que el cuerpo de su marido presentaba hinchazones y otras señales de violencia física. Cree que ésta, junto al sedante administrado – pese a que tenía alcohol en sangre – y la prolongada desatención por parte de agentes y sanitarios, fue la causa de la muerte. Lili contrató en 2018 a un abogado, pero no acabó contenta con su trabajo. Nadie se pregunta qué ha pasado con este vecino de Carabanchel: ni la comisaría de Padre Amigo, ni el Samur, ni la Administración, ni el sistema judicial. El informe médico dice que «fallece por causas naturales«, sin especificar cuáles, y el caso se cierra.

Las vecinas como salvavidas

Esto no termina aquí: la historia de Stefan y de Lili da un vuelco cuando acude al Sindicato de Vivienda de Carabanchel tras pasar por un desahucio. Gracias a éste entra en una vivienda de un bloque okupado de Sareb y entabla una fuerte amistad con sus vecinas, también integrantes del colectivo. Son ellas quienes, al conocer el caso de Stefan, deciden ponerse manos a la obra para impulsar la lucha de Lili por esclarecer lo sucedido. “Hicimos lo que mejor sabemos, juntarnos. Llamamos a amigas y colectivos del barrio y formamos una asamblea. Así nace el Grupo de Apoyo a Lili«, relata A, una de estas.

El grupo reactiva la batalla legal contratando un nuevo abogado y solicitan la reapertura de la causa. Sin embargo, esto se desestimó en enero. «Esperamos la resolución del recurso y el avance por lo legal, pero también tenemos otras vías de lucha. El apoyo mutuo y los cuidados son centrales para nosotras. Acompañamos a Lili y a su familia, intentando colectivizar las consecuencias materiales y emocionales de la muerte de Stefan«, subraya A. Así, este grupo también trata la precarización a la que se ha visto abocada Lili, los efectos que tiene en sus vínculos familiares y el bienestar general de esta vecina.

La pesadilla de Padre Amigo

El grupo publicó hace un mes un llamamiento en redes para que otras personas víctimas de abusos en la comisaría de Padre Amigo y la policía de Carabanchel contaran su testimonio. Recopilaron decenas de vivencias con nexos comunes al caso de Stefan. Todas comparten un mismo final: no hay consecuencias para los agentes. 

Estas historias, que se van subiendo a la cuenta de Instagram del colectivo (@grupodeapoyolili), relatan malos tratos en las calles de barrio y en su comisaría. Son variadas, desde objetos personales que se «pierden» en Padre Amigo hasta agresiones a una mujer víctima de violencia de género en su propia vivienda: «Acabe con 7 traumatismos en la cabeza y distintas lesiones por todo el cuerpo, la denuncia ha quedado archivada«, cuenta en un mensaje al grupo.

Varias experiencias también comienzan como la fatídica noche de Stefan: con detenciones por no portar el NIE y posteriores palizas en los calabozos. «Me pararon y no llevaba el NIE, para identificarme me llevaron a la comisaría, insultándome para que contestara y me pegaran con más rabia«, señala anónimamente otra persona.   

Padre Amigo es una comisaría conocida por casos de mala praxis. En 2015 se destapó un caso de falsificación de pruebas (colocaban huellas de detenidos en casos sin resolver) de la Brigada de Policía Judicial. Acabaron detenidos por falsedad en documento público, detención ilegal, omisión del deber de perseguir delitos, revelación de secretos y encubrimiento catorce policías, incluidos el inspector jefe y el subinspector. La comisaria de aquel entonces, Gloria Martínez Arriaga, ya implicada en una investigación donde sus subordinados fueron denunciados por coacciones, fue apartada de sus funciones. Algo que no impidió que en 2018 la Generalitat Valenciana la condecorase al mérito policial.

Ahora Lili junto con sus amigas y vecinas del barrio, está decidida a que prosiga la investigación de lo que pasó en Padre Amigo el 14 de abril de 2018. Quizás no contemos con muchas herramientas, pero tenemos memoria. La muerte de Stefan no se perderá en el tiempo.

Grupo de Apoyo a Lili

Más información en este artículo de El Salto

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