
En verano, las que podemos, nos regalamos unas semanas de pausa y desconexión. No por la bondad de nuestros jefes, sino gracias a los siglos de lucha obrera que nos han permitido conquistar derechos como unas semanitas de descanso estival. Sin embargo, no porque nosotras detengamos nuestro ritmo, el mundo hace lo propio con el suyo: ni la vida se detiene, ni tampoco la represión estatal que tan rutinaria nos parece. Por ello, al reincorporarnos, nos damos de bruces con la dura realidad de que la libertad de varias compañeras corre peligro por su labor activista. Vamos a hablar de algunos ejemplos.
Detenidas por solicitar la entrada de ayuda humanitaria a Gaza
Según un informe de la organización Defender a quien Defiende, el movimiento social que sufrió más persecución en 2024 fue el propalestino. Y todo apunta a que 2025 será igual.
El pasado 28 de julio, un centenar de personas se concentró frente a la embajada de Egipto en Madrid para exigir al Gobierno de El-Sisi que abriera el Paso de Rafah y permitiera la entrada de camiones cargados de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.



Según relatan varias asistentes, la policía empezó a identificar a manifestantes al azar y, cuando algunas pidieron explicaciones, comenzaron los empujones y las identificaciones, bajo el pretexto de que estaban incurriendo en desobediencia o, incluso, en agresiones a agentes de la autoridad. En total, cinco personas de distintas edades y procedencias resultaron detenidas y podrían enfrentarse a acusaciones que comportarían elevadas penas de prisión.
Detenidas por protestar contra la presencia de Israel en la Vuelta ciclista
Las protestas contra la presencia del equipo Israel-Premier Tech, propiedad del multimillonario Sylvan Adams (amigo y aliado político de Netanyahu) están siendo todo un ejemplo de lucha popular, pese a que desde algunas instituciones y medios de comunicación se esté intentando criminalizar a las activistas diciendo que “mezclan política con deporte”. Con el paso de los días y el discurrir de las etapas, las protestas de activistas y espectadores contra el genocidio en Gaza van en aumento. Los cortes de carretera ocurridos en Catalunya y la movilización masiva que obligó a los organizadores a suspender el final de etapa en Bilbao han conseguido colocar el foco del debate político sobre la competición ciclista.

El paso por Asturies y Galiza no ha sido menos, con una gran movilización contra la presencia del equipo sionista en la carrera. Sin embargo, allí la Guardia Civil ha respondido con cargas, porrazos y detenciones. Al cierre de esta edición, doce activistas han sido detenidas cerca de Oviedo por sujetar una pancarta y encadenarse entre sí para bloquear el paso y otras diez en Monforte de Lemos y O Corgo por hechos similares. Y a la competición todavía le quedan algunos días para terminar, incluyendo su final en Madrid.
Detenida una manifestante antitaurina en Palma
El 7 de agosto se celebró una concentración de unas 150 personas en el Coliseo Balear de Palma de Mallorca, en cuyo interior se estaba asesinando a un toro en una corrida. En un momento dado, un grupo de nazis se acercó a las manifestantes y comenzaron a insultarles y tirarles cosas, sin que la policía interviniera para pararles. Acto seguido, la policía avanzó hacia las manifestantes y lesionaron a cuatro compañeras, deteniendo a una de ellas, a la que acusan de agredirles.
Tras salir en libertad, la compañera anunció que se está planteando presentar una denuncia contra los agentes por detención ilegal y lesiones.
Los 6 de Zaragoza cumplen 500 días en prisión
En enero de 2019, se celebró un mítin de Vox en Zaragoza. Cientos de antifascistas acudieron a protestar contra el acto y se produjeron algunos disturbios y enfrentamientos contra la policía. Seis chavales acabaron siendo detenidos por estos hechos y, pese a que no se podía individualizar su conducta concreta, fueron condenados como “coautores” de los hechos. Los cuatro mayores de edad detenidos recibieron penas de 4 años y 9 meses de prisión, mientras que a los dos menores se les impuso una libertad vigilada.
En el momento en el que escribimos este texto, los cuatro adultos llevan 511 días entre rejas. Han transcurrido también más de 500 días desde que pidieron el indulto de los cuatro chicos, del cual no se ha recibido respuesta alguna por parte del Ministerio de Justicia. Tampoco ha acordado el Ministerio del Interior el régimen de semilibertad o tercer grado penitenciario que han solicitado.

Las 6 de la Suiza siguen privadas de libertad
Mejor suerte están teniendo las compañeras de CNT Xixón que fueron condenadas por acudir a una serie de piquetes en el marco de un conflicto laboral con la pastelería La Suiza. Ingresaron en el Centro Penitenciario de Asturias a principios de julio y, al poco tiempo, fueron clasificadas en tercer grado, por lo que se encuentran en un régimen abierto en un Centro de Inserción Social anexo a la cárcel.
Las compañeras pueden salir por el día y deben volver al CIS a pernoctar, por lo que no viven con plena libertad y su grupo de apoyo ha anunciado que las movilizaciones continuarán. Sobre todo, porque – al igual que sucede con los compañeros de Zaragoza – el Gobierno no ha resuelto la solicitud de indulto, por lo que resulta imprescindible hablar del caso, visibilizarlo y presionar a las autoridades, para hacer decantar la decisión hacia el lado de las trabajadoras y no de la patronal.
