La ultraderecha desata una “caza del inmigrante” por las calles de Torre Pacheco

Alrededor de unas 2.000 personas se concentraron en la tarde del viernes 11 de julio a las puertas del Ayuntamiento de la localidad murciana de Torre Pacheco, convocadas por el alcalde de la localidad, Pedro Ángel Roca Tornel (PP), tras la agresión perpetrada dos días antes contra Domingo, un vecino de 68 años de la localidad. Pese a que no se ha detenido a nadie por esta agresión los autores, parece ser, podrían ser tres jóvenes de origen magrebí, como no se cansa de recordarnos Vox en sus redes sociales.

Pogromos el viernes

Una vez terminada la concentración, miembros de la organización política xenófoba y populista Frente Obrero desplegaron grandes pancartas con la cara pixelada de la víctima bajo el lema “ni uno más”, empezando a calentar el ambiente. Poco después, algunos grupos de vecinos racistas y de fascistas venidos de fuera comenzaron una persecución por las calles de jóvenes de aspecto magrebí al grito de “hijos de puta”, “moros de mierda” o “iros a vuestro puto país”.

La violencia se concentró principalmente en el barrio de San Antonio, donde existe una mayor presencia de vecinos pachequeros migrantes. En redes sociales proliferan vídeos de persecuciones, a pedradas, de jóvenes de ascendencia magrebí. En otro, una turba agresiva y descontrolada rompe la luna de un vehículo ocupado a golpe de muleta y agrede a sus ocupantes.

A pesar de las persecuciones, agresiones e incluso un intento de acceder a los domicilios de las personas perseguidas, las fuerzas policiales (que habían anunciado que habían llevado refuerzos a la ciudad) no realizaron ninguna detención en la primera noche de violencia. «23 trabajadores detenidos en la huelga del metal de Cádiz y 0 nazis detenidos en la cacería fascista de Torre Pacheco. Por lo que sea«, tuiteó Gabriel Rufián.

¿Quién incita a la violencia?

En las horas previas a la concentración, organizaciones vinculadas a la extrema derecha como Deport Them Now caldearon el ambiente a través de grupos en Telegram donde a través de consignas como “esto es una guerra civil” o “si no encuentran a los culpables, que se coja a los familiares”, llaman a “prender fuego” a cualquier comercio magrebí: “teterías, kebabs, hasta mezquitas. Nos importa tres cojones ya si son honrados o no”. Además, en estos grupos se han compartido nombres y direcciones de personas magrebíes mientras algunos participantes aseguraban tener “el rifle preparado”. “¿A dónde hay que ir? Tengo coches y armas de sobra para quien le falte”, puede leerse en algunos de los mensajes a los que puede acceder cualquier persona.

A través de la misma plataforma de mensajería, también organizaron “cacerías” para los días 15, 16 y 17 de julio, con la intención de buscar a los agresores “y darles justicia directa para reunirlos con Alá”, dicen textualmente.

Por su parte, la empresa Desokupa, a través de su propietario, Daniel Esteve ha anunciado en YouTube que está coordinando la presencia de grupos en Torre Pacheco a principios de la próxima semana para “poner orden, os vamos a enseñar que nuestros abuelos no se tocan, ¿quién se apunta?”. “Somos todos mayores, tenemos pelos en los huevos y el que quiera venir a jugar será bien recibido” dice en la grabación para advertir a continuación que “habrá que asumir lo que venga”.

Torre Pacheco se ha levantado, están cansados de ver por qué calle van y a qué hora; los responsables de estos sucesos son PSOE y PP, que son los que han traído a los inmigrantes y han generado esta inseguridad”, dijo el presidente de Vox en la Región, José Angel Antelo, a la par que convocaba una concentración en la ciudad para el sábado 12 de julio bajo el lema «Defiéndete de la inseguridad».

El periodista Julián Macías ha publicado un hilo en Twitter desgranando de forma magistral cómo la ultraderecha está instrumentalizando el bulo y el racismo para capitalizar los sucesos de Torre Pacheco:

  • Todo comienza con la difusión en varias cuentas de Twitter de los rostros, nombres y matrículas de 5 personas, así como un vídeo de alguien, con acento español, agrediendo a un sintecho. El primero en difundir este vídeo fue Pablo González Gasca, número 10 en las listas de Vox por Burgos, que hace año y medio fue visto en un concierto neonazi. Actualmente es el responsable de márketing digital de Vox y líder de Revuelta. 9 minutos después de que lo publicara, Revuelta lo publicó también en sus cuentas.
  • Ni el vídeo, ni la lista, se sostienen: Domingo ha dicho que él no es quien aparece en el vídeo y que los 5 identificados como sus agresores no podrían ser, ya que a él se le agredió uno en compañía de otros dos.
  • Después de que lo publicaran, Estado de Alarma TV también lo subió a sus medios.
  • Pese al bulo, altos cargos de Vox, como Rubén Pulido (Sevilla) o Alvise Pérez difundieron en sus canales los rostros de estos 5 individuos, con mensajes como «no merecen el anonimato» o «que rulen las caras». Posteriormente, ambos las borraron cuando se comprobó su falsedad, pero ya es demasiado tarde: las fotos están circulando activamente por redes.
  • Posteriormente, estas fotografías circularon por cuentas cercanas al entorno de VOX, como HerQles, Arturo Villa, Españabola, Javier Villamor, David Santos, Dani Desokupa y neonazis como Alberto Caliu.
  • Después, el mismo Caliu y otros usuarios, en respuesta a la lista de Pulido, ampliaron la información incluyendo al jugador local de fútbol sala, Abderrahim Meddiche, el cual tuvo que salir a dar declaraciones explicando que él no tenía nada que ver con los hechos. Domingo confirmó su inocencia.
  • José Garré, concejal de Vox Murcia y las cuentas de Vox de Murcia también difundieron el falso vídeo. Su líder regional, Antelo, lo retuiteó.
  • A continuación, decenas de cargos y militantes de VOX difunden el vídeo falso; entre ellos el asesor Arturo Villa diciendo que no debe quedar ningún moro en España y Luis Gestoso, exdiputado por Murcia, mintiendo diciendo que ya han sido detenidos unos marroquís.
  • Roberto Vaquero, líder del Frente Obrero, también se sumó a la difusión del vídeo, mencionando en sus redes a Dani Desokupa.
  • Unas horas después, otra cuenta llamada General Hispano empezó a difundir otro vídeo en el que aparece un señor de El Algar que se hizo una herida en al tropezarse por ir borracho, alegando que había recibido otra paliza de marroquíes. EspDespierta (cuenta de Gasca), David Santos (youtuber cercano a Vox), Alvise, Caliu, HerQles, Escalona (EDA tv), Vox Murcia y Desokupa compartieron este contenido falso, pese a que incluso simpatizantes de Vox les avisaron de que era mentira.

En definitiva, una extensa red de políticos, empresarios, influencers, youtubers y neonazis se han afanado en remover las más bajas pasiones de los vecinos de esta localidad murciana, incitando al odio, arengándoles a salir a la calle y organizar pogromos. Como ya ocurrió el año pasado en Reino Unido y en EEUU, sus mensajes están teniendo eco más allá de las fronteras nacionales y se están difundiendo en canales ultraderechistas de toda Europa, donde ponen a España como ejemplo de inseguridad provocada por migrantes.

Por su parte, medios ultraderechistas banalizaron las cacerías racistas y centraron sus esfuerzos en describir la paliza recibida por Domingo. Por ejemplo, OK Diario utiliza el término «echarse a la calle» en un artículo titulado «Torre Pacheco se echa a las calles tras la paliza a un anciano y la Guardia Civil aumenta su presencia«, poniendo énfasis en que los vecinos protestaban con lemas como «Stop violencia», «Sánchez vete ya», «No más ilegales» o «Sufrimos las consecuencias de no tener fronteras fuertes». Por su parte, Voz Pópuli en su titular «Los vecinos de Torre Pacheco no olvidan: ataques a los magrebíes como respuesta a la agresión a Domingo, de 68 años» se acerca de manera peligrosa a la justificación de la violencia racista.

Mientras tanto, la comunidad árabe del barrio de San Antonio pasó la noche del viernes en alerta, con temor a recibir agresiones o algo peor.

Violencia nazi y autodefensa el sábado

El sábado 12 de julio arrancó con la concentración convocada por Vox en Torre Pacheco, en la que Antelo se negó a condenar la violencia del día anterior, celebró que Torre Pacheco se alzara contra la «violencia importada» y aseguró que deportaría a todos los inmigrantes ilegales del país. “Torre Pacheco se ha levantado, están cansados de ver por qué calle van y a qué hora; los responsables de estos sucesos son PSOE y PP que son los que han traído a los inmigrantes y han generado esta inseguridad”, dijo. Y añadió “que los españoles tenemos la capacidad de defender a los nuestros, para eso estamos aquí”.

Por la noche, tras dos días de mensajes llamando a empezar una nueva cruzada en Torre Pacheco, la ciudad era un polvorín. «La “caza” al migrante en Torre Pacheco ha continuado en la noche de este sábado, tal y como habían amenazado en los últimos días los ultra que se organizan a través de algunos grupos en Telegram y otras plataformas para poner en marcha “patrullas”. Su objetivo, migrantes magrebíes, foco de las persecuciones de estos exaltado«, informa eldiario.es.

«Sobre las 20.30 han empezado a congregarse en la plaza del Ayuntamiento decenas de individuos con camisetas negras, las caras tapadas, gritos de arriba españa y los brazos en alto. “Moros no, España no es un zoo”, “España, una grande y libre” o “España cristiana y no musulmana” son algunas de las consignas que coreaban con rabia, muchos de ellos totalmente alcoholizados. Los rostros estaban a cada momento más desencajados por la ira.

A las 22.00 de esta noche, las amenazas de “cacerías” al migrante han dejado de ser un simple mensaje en un foro de “patriotas”. Los antidisturbios se han tenido que desplegar por el casco urbano de Torre Pacheco y la llama ha prendido en uno de los focos más conflictivos, el barrio de San Antonio, donde el mayor porcentaje de vecinos es de nacionalidad extranjera«.

A las puertas de este barrio —la Guardia Civil había cerrado todos los accesos— tuvo lugar una batalla campal cerca de un kebab donde se encontraban grupos de jóvenes magrebíes, que se defendieron de los violentos fascistas. Las peleas dejaron varios heridos, aunque el número exacto no ha trascendido a medios, así como un detenido. Han circulado algunas imágenes de los heridos, en las que se les veía que vestían indumentaria con simbología nazi, lo cual se ha pasado por alto.

Los medios, una vez más, han tratado de equiparar a los fascistas que salieron de cacería con los vecinos racializados que se defendieron. «Los enfrentamientos implican a dos bandos muy violentos: los migrantes que residen habitualmente en el pueblo y los grupos ultras que llamaban a la ‘cacería’ de los primeros. Durante la jornada de ayer hubo una fuerte presencia policial en Torre Pacheco y la delegada del Gobierno ha solicitado el traslado de los antidisturbios de la Guardia Civil de Valencia. Mariola Guevara aseguró también que están «muy pendientes de las dos investigaciones», es decir, de la que corresponde a la agresión al vecino pachequero que ha servido como trampolín para estas persecuciones, y de la que se está llevando a cabo sobre «las personas que están generando desorden público, lanzando mensajes de odio e incitando a la violencia»«, decía La Opinión de Murcia. Una equidistancia («ni racistas, ni moros») que favorece el discurso xenófobo de que las personas migrantes son tan peligrosas como los nazis que salen a perseguirles.

Supremacismo blanco en las calles y en las instituciones

«Lo que está pasando en este municipio de Murcia a raíz de un hecho puntual de violencia sufrido por un hombre de 68 años, que fue agredido por unos jóvenes “presuntamente de origen magrebí”, es la expresión de una visión concreta del mundo, un supremacismo en el que intervienen elementos como la nación, el idioma, la etnia y la religión, y que ha servido durante siglos para deshumanizar y negar derechos a las personas no blancas«, escribe Paula Cáceres en El Salto.

«Esta violencia supremacista se expresa en los actos contra la población migrante en Torre Pacheco, pero también en la masacre de Melilla de 2022, en la que fallecieron al menos 37 personas y donde desaparecieron otras 76. Por eso, cuando el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirma que lo de Torre Pacheco es “consecuencia de los discursos de la ultraderecha”, olvida que lo ocurrido en Melilla -cuyos responsables políticos continúan en la impunidad- alimenta la narrativa supremacista que valida y sustenta precisamente esos discursos de ultraderecha que él tanto critica.

¿En qué se diferencia una política migratoria que deja morir y agonizar a seres humanos por el solo hecho de intentar ingresar en suelo español, con la turba racista de ultraderecha que está causando terror en Torre Pacheco? En ambos casos el mensaje es el mismo: algunas vidas no importan, algunas personas son desechables«.

El Campo de Cartagena: prosperidad a costa de la explotación

Elvira Swartch Lorenzo, colaboradora del colectivo Afroféminas, ha denunciado en un artículo el racismo de los últimos días, describiéndolo como «una enfermedad que empieza a hacer metátasis» y nos ha recordado que «es una manifestación descarada de cómo la dignidad humana se negocia al precio de la mano de obra barata. Es una historia sabida en el campo Murciano y alicantino, en los invernaderos donde se trabaja de sol a sol: te necesitamos para explotarte, pero luego te señalamos, te culpamos, te deshumanizamos.

La prosperidad de Torre Pacheco se cimienta sobre la precariedad. Son las personas migrantes, más de un 30% de la población , quienes levantan la agricultura, a menudo en condiciones que nadie más aceptaría. Vienen buscando un futuro, huyendo de lo que dejaron atrás, y se encuentran con un sistema que los exprime. Las Empresas de Trabajo Temporal y el trabajo a destajo han profundizado esta inestabilidad. Las inspecciones revelan una realidad cruda de empleo irregular, sin derechos laborales pisoteados.  

He leído testimonios que me duelen en el alma. Migrantes que, desde los años 80, describen vivir «como animales, en casas abandonadas» o en «chabolas sin agua, sin luz ni nada en medio del campo», con más de 200 personas en estas condiciones. La discriminación en la vivienda es tan flagrante que se ven carteles de «prohibido alquilar a moros». Jornadas de hasta 14 horas, siete días a la semana, en invernaderos contaminados, donde la vida se siente como una «cárcel».  

Y la explotación no es solo económica. En septiembre de 2020, en Torre Pacheco, un hombre fue detenido por agresión sexual, abuso y acoso contra al menos cinco mujeres migrantes en situación irregular, trabajadoras del campo. Se aprovechaba de su extrema vulnerabilidad, de la barrera del idioma, de la falta de redes de apoyo, amenazándolas con el despido si no accedían a sus demandas. Estas «prácticas asquerosas» son, tristemente, habituales para muchas temporeras, que no denuncian por miedo a la deportación o por sus hijos. Estos patrones de explotación se manifiestan en detenciones por empleo irregular y casos de agresión sexual, mostrando claramente la incpacidad de las administraciones de hacer cumplir la ley y una profunda vulnerabilidad. Entonces no hubo manifestaciones en Torre Pacheco.

La persistencia de este empleo irregular, a pesar de las leyes, está enraizada en el propio tejido productivo de Torre Pacheco. Es un incentivo perverso donde la ilegalidad se recompensa, y la explotación se convierte en el pilar de un modelo laboral. Cuando las personas trabajadoras regularizadas buscan mejores condiciones, se abre la puerta a más mano de obra irregular, perpetuando un ciclo de abuso que beneficia a unos pocos a costa de la dignidad de muchos. Las mujeres migrantes, en esta intersección de vulnerabilidades, se convierten en las más expuestas, las más silenciadas«.

En un sentido similar se pronuncia David Guzmán en un artículo en El Salto: «Los altercados recientes en Torre Pacheco no son una anécdota aislada, ni el resultado de una “crisis de convivencia” entre “culturas incompatibles”, como algunos quieren hacernos creer. Son la expresión de un sistema que lleva años podrido por dentro. Un sistema que se sostiene sobre la explotación sistemática de seres humanos, en su mayoría inmigrantes, al servicio de una agroindustria basada en producir alimentos baratos para exportar, a costa de todo lo demás: los derechos humanos, el medio ambiente, etc.

Se trata de otra de las externalidades causadas por este modelo de apostarlo todo a la agroexportación en la que llevamos las últimas décadas, pero no sólo se trata de Murcia y el Campo de Cartagena, sino que esta situación se repite en todos los polos agroexportadores, como en Almería dónde también existen recurrentes conatos de violencia. De hecho, se podría hacer un mapa de la llamada conflictividad social migrante y coincidiría, casi matemáticamente, con el de los polos agroexportadores.

[…] El monocultivo agroexportador lleva en su interior una contradicción irresoluble: necesita explotación laboral para subsistir, pero no quiere los efectos ni las inversiones sociales que esta conlleva. Quiere contratar seres incorpóreos al margen de los más básicos derechos humanos y laborales, pero lo único que encuentra cuando los va a buscar son personas.

El 30% de la mano de obra de la agricultura española son personas extranjeras. Ese porcentaje se eleva hasta el infinito en las zonas premium de la agroexportación. En Huelva trabajan en el campo el 89 % de las personas extranjeras contratadas, en Murcia, el 82 %, en Almería, el 62 %, en Lleida, el 51 %. Según el Servicio Regional de Empleo (SEF) y el propio Ayuntamiento, el 83% de los contratos laborales en Torre Pacheco se firman en el sector agrario. Se estima que hay 20.000 trabajadores y trabajadoras que se encontraban trabajando sin contrato y en condiciones de explotación laboral. La lista es infinita.

A nadie le daba por rasgarse las vestiduras cuando leían esas noticias, ni por perseguir a los que explotan a miles de personas en campamentos por ejemplo en Huelva viviendo de manera infrahumana. Ni cuando en misiones internacionales diversas como fue la del relator especial de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Philip Alston, a Huelva, que acabó declarando que las condiciones de vida que vio allí “rivalizan con las peores que he visto en cualquier parte del mundo”.

Es resumen, hemos permitido que exista a través del entramado legal, un mercado laboral diferenciado, con menos derechos que el resto de la población como base de una industria que no es viable y este es el problema y no otro. No se trata de una cuestión de una crisis de inmigración, se trata de una crisis de explotación y segregación de trabajadores y trabajadoras y su solución son derechos y derechos«.

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