Tanta mierda no puede salir de la misma boca

Eso piensa uno/a siempre, que tanta mala baba no es normal (ni saludable). Pero después de volverse a ver el video con las declaraciones de la presidenta del Círculo de Empresarios, una tal Mónica de Oriol, en las que cargaba contra los/as trabajadores/as sin formación reglada, no te quedan dudas de que esta gente es una impresentable. Tenemos claro lo que piensan, pero no suelen ser tan directos/as, tan ostentosos/as; pero ya se sabe, se calientan y se les suelta la lengua… Al final no pasa mucho tiempo sin que te decepcione el ser humano, sin que el personaje iluminado de turno salga a la palestra a soltar toda una ristra de insultos y menosprecios, y encima le aplaudan.

Y a todo ello, ya no te queda ni desquitarte, al menos con mucho público cerca, no vaya a ser que te detengan por apología del delito. Ni de risas ni de mala hostia, todo les sienta mal. No como a nosotros/as, que debe ser por la pinta de tontos/as que tenemos, pero se ríen en nuestra cara y no pasa nada. Pero eso sí, luego se disculpa la pobre, que se le fue de las manos, que no quería decir las cosas como las dijo, cosas del directo; sin embargo, ella sigue teniendo la razón, que para eso gana más pasta que nosotros/as. Si con esto no nos conformamos es que somos unos/as rencorosos/as.

Pues sí, muy olvidadizos/as para estas cosas no somos, qué se le va a hacer, supongo que será una tara más de nuestra bajeza de clase, pero pasa mes y medio y seguimos con la mosca detrás de la oreja. Más si cabe cuando echas un vistazo al currículum de la señora: una de las dueñas de la empresa de seguridad privada Seguriber Umano, famosa tanto por ser los responsables de la seguridad durante la avalancha que dejó cinco muertas en el Madrid Arena como por los años de negocio en Euskal Herria en el mundillo de los/as escoltas (negocio que ahora, a pesar de la nueva situación, el gobierno sigue ayudando a mantener a través de continuas contratas públicas, así como les abre nuevos pasteles, como el de las cárceles del Estado), y también consejera independiente de Indra, lo que viene a significar que Seguriber ha aumentado la tajada que saca con contratos de seguridad para Indra durante estos años. Todo ello regado con una familia de alta alcurnia, donde destaca el bisabuelo de la criatura, un reaccionario carlista fundador de Talgo e Iberdrola. Lo dicho, la crème de la crème. Y es que con estos antecedentes no hay quien te pare, el típico caso de niña rica y de buena casa que con los años sigue siendo rica y de buena casa.

098_hombreSentadoPensandoPartiendo de ahí, qué decir de unas declaraciones en las que menosprecia a todos/as aquellos/as trabajadores/as sin una formación reglada, reclamando la bajada del salario mínimo interprofesional para ellos/as de forma puntual (suponemos que tan puntual como cuando entraron en nuestro mundo las empresas de trabajo temporal). Y todo ello haciendo gala de un juego muy sencillo: primero sacamos a relucir un caso extremo y muy concreto de pauperización social como son los/as “ninis”, le arrebatamos todo su contenido social y colectivo para desvanecerlo todo en un mera falta de esfuerzo y nivel individual, extrapolamos el ejemplo al común de los/as trabajadores/as sin formación reglada de forma que los denostamos a todos/ as por igual, y ya, con la excusa en la mano, tiramos la piedra a donde nos interesa, que los medios de comunicación se encargarán de dar la cara por nosotros/as. Pues a pesar de las críticas a los insultos de la señora (críticas que por otro lado son de boquilla, pues tras echarse todos las manos a la cabeza, a los pocos días se le publica un artículo de proselitismo en El País, con la excusa de las disculpas), la cuestión de fondo, las coordenadas en las que se mueve su visión sobre el mundo de trabajo son totalmente apoyadas, con o sin matices, por todos. Todo da bastante asco, pero que encima algunas de esas gilipolleces te las diga una niña bien con uno (o varios) títulos en Económicas da risa, ahora resulta que no le saca una plusvalía a sus empleados/ as, que “hay que darles un dinero que no producen”. Se creen que somos estúpidos/as, como si sus importantes beneficios (pues se jacta de que cobra una pasta) fueran fruto de su acción humanitaria para con los/ as pobres sin estudios.

Pero vamos, que esta mujer no es la única en dar la nota en esta dirección, que no hace mucho al presidente del Círculo Empresarial Leonés se le calentó la boca al reclamar un despido más barato y acabó afirmando que el hecho de pagar un finiquito al/la trabajador/a despedido/a era como si él reclamara a éste/a que le pagara 45 días por año trabajado, pues a fin de cuentas, es él el que crea trabajo; o si no, sólo recordar las más recientes declaraciones del responsable de relaciones laborales de la CEOE, en las que denostaba los permisos por defunción de un familiar, llegando a soltar la perla de que la in­clusión de dicha cláusula en la legislación laboral “se hizo pensando que los viajes se hacen en diligencia, pues se dan cuatro días para un permiso por defunción que, evidentemente con los vehículos que hay ahora, se trata de horas de desplazamiento, o a veces de una hora”. Son sólo las salidas del tiesto más sonadas, está claro (lo que no quita que te entren unas ganas tremendas de darles dos bofetones), pero a fin de cuentas representan la cara histriónica de una clase dirigente con las cosas muy claras, que en la actualidad está desatada, pues se saben en posición de fuerza (más de lo normal, me refiero, claro) y aprovechan su momento para apretarnos al máximo. La partida la ganan de calle. Ante todo, desde el momento que nosotros/as decidimos obviar el contexto en el que vivimos, desde el momento en que aceptamos sus reglas del juego y asumimos que son las mejores (incluso las únicas), aunque siempre acabemos perdiendo. Nos han convencido de cualquier cosa, el paro es nuestra culpa, una culpa con mayúsculas e individual, el/la empresario/a es quien crea riquezas, y con ellas nos agasaja, el esfuerzo individual (y sólo él) nos llevará a ascender en la pirámide social, todos/as podemos ser emprendedores/as y sacar adelante un negocio… Nos han hecho olvidar que en todo este tinglado, la clase trabajadora sólo somos una mera mercancía más, un mero resorte que recibe un salario en función de su coste de producción y que como tal se nos trata, y como tal somos susceptibles de formar parte de un plan de optimización de recursos. Y es lo que hay, ni humanidad ni hostias. Al final han conseguido que no seamos capaces de imaginar un mundo diferente, mejor, pero ante todo que ni siquiera veamos la mierda que nos rodea en este. Habrá que empezar por ahí.

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