

Director: Gala Hernández. 2022. Filmin. 38 min.
Everybody hurts, pero ¿a quién culpamos?
El fenómeno incel aglutina a un gran número de hombres alrededor del mundo que comparten una única cosa: ser célibes de forma involuntaria, es decir, tener deseos de formar una pareja pero ser marginados de la esfera afectiva-sexual por cuestiones de clase, raza, corporalidad, herramientas sociales, capacitismo, neurodivergencia, etc. Da igual cual sea el motivo, se sienten rechazados por las mujeres y ese rechazo les genera una profunda misoginia y sueños de violencia contra las que consideran causantes de todos sus males. Sueños que en algunas ocasiones se han llegado a materializar y han acabado con vidas como la de Ashley Noelle Arzaga, asesinada en el año 2020, por citar una de las acciones más graves emprendidas bajo los valores incel.
¿Podríamos regresar una mirada compasiva a este odio? Es ésto lo que explora el video-ensayo de La mecánica de los fluidos de Gala Hernández, busca regresarle la humanidad a esta escoria machista y darles la categoría víctimas-victimarios de un sistema patriarcal capitalista. Indaga cómo el funcionamiento de las apps de citas les invisibiliza y hace imposible que hagan “match” con usuarias de esa misma app. Cómo las relaciones humanas están cada vez más mediadas por la tecnología, castrando habilidades sociales y endureciendo el individualismo per se en nuestras sociedades. Detrás de cada uno de estos hombres hay un profundo dolor, un ser vivo atormentado por el fracaso y la soledad más inconmensurable.
Partiendo de la base de que el sistema es una máquina de infelicidad para todas, todos y todes, como cantaría la banda R.E.M en los 90’s: Everybody hurts. Todo mundo sufre, la cuestión es ¿qué hacemos con ese sufrimiento? ¿y hacia dónde canalizar esa rabia?. Queda claro, que uno de los principales campos de batalla ideológicos hoy en día es dar respuesta a estas preguntas. Por ejemplo, la crisis de la vivienda es algo que afecta a todas las personas urbanitas, ¿a quién responsabilizar de ello y sobre quién los reflectores?, quizás, ¿a los grandes rentistas, a la industria inmobiliaria, a los grandes especuladores o incluso al estado?, o ¿por qué mejor responsabilizar a la migración acaparadora y a los okupas? Es una cuestión del prisma ideológico que eliges para leer la realidad, pero lo real, lo que se impone es la precariedad.
No podemos negar el sufrimiento detrás de cada incel, y, además, podemos indagar en los factores que lo administran y lo hacen girar hacia un odio crudo y descarnado contra las mujeres. Regresando al ejemplo anterior, no podemos negar la crisis de vivienda, pero sí podemos cuestionar la maquinaria mediática de Ana Rosa Quintana, gran rentista y especuladora que noticiero tras noticiero siembra miedo contra la migración y la okupación. Todo un sistema que se despliega y adoctrina utilizando todos los medios a su disposición y fabrica al enemigo necesario para mantenerse inalterado.
No es falta de empatía con el dolor, ni entender que se trata de hombres fuertemente manipulados, por eso mismo, la luz debe de arrojarse sobre los titiriteros de la obra, a aquellas personas que instrumentalizan el malestar señalando quién es antagonista común y causante del sufrimiento. Algo que La mecánica de los fluidos se queda corta en abordar. Eso no demerita el placer de verla y la maravillosa sensibilidad de la artista, simplemente no la hace un documento audiovisual que indague y explique a profundidad sobre este fenómeno.