
A lo largo del último mes, centenares de miles de personas a lo largo y ancho del Estado español hemos salido a las calles para participar en grandes protestas contra el genocidio palestino, exigiendo el fin de las relaciones con el Estado israelí. Estas movilizaciones han sido la mayor muestra colectiva de solidaridad con el pueblo palestino desde las manifestaciones de finales de 2023 y una de sus claves ha sido lo concreto y posible de la reivindicación y sus objetivos: acabar con el lavado de cara a Israel en competiciones deportivas, profundizar en el embargo de armas y la libertad de las activistas presas del régimen sionista.
Las primeras protestas contra la Vuelta ciclista
Todo comenzó el 27 de agosto, cuando cinco activistas cortaron el paso del equipo Israel Premier Tech –símbolo de la normalización del Estado sionista y propiedad del multimillonario Sylvan Adams, aliado de Netanyahu– durante la Vuelta ciclista, a su paso por Figueres (l’Alt Empordà). La acción, que se saldó con la detención de sus protagonistas, llamó la atención del mundo entero y, unos días después, miles de personas bloquearon el paso de la carrera en Bilbao, donde no pudo terminar. Desde entonces, la competición vivió interrupciones de sus itinerarios en Euskadi, Galiza y Castilla y León, gracias a las multitudinarias protestas que se generaron a su paso.
Encierro de la Marea Palestina
Coincidiendo con las movilizaciones contra la vuelta, el 2 de de septiembre un grupo de docentes, pertenecientes al colectivo Marea Palestina (educación contra el genocidio) se encerró en el Círculo de Bellas Artes, bajo el lema “No es normal empezar el curso con normalidad”, para exigir al Gobierno que se aprobara el embargo de armas (y su tránsito) a Israel, la ruptura de relaciones comerciales y diplomáticas y la evacuación de los ciudadanos palestinos con familiares en España. Interpelaron específicamente a los ministros de su ámbito profesional, es decir, los de Educación (PSOE), Cultura (Sumar) y Juventud e Infancia (Sumar), los cuales por lo general les han ignorado.

El 8 de septiembre, en plena agitación por las protestas de la Vuelta y el encierro docente (que finalizó el día 10), Pedro Sánchez anunció nueve medidas de presión a Israel que, si bien son insuficientes y cuentan con varios vacíos, no dejan de ser un reconocimiento a la presión ejercida por el movimiento propalestino.
“No pasaron”. Madrid impide que termine la Vuelta
El 14 de septiembre, el centro de Madrid amaneció blindado por la presencia de 2.300 policías, con sus tanquetas, sus porras, escudos y material antidisturbios. Sin embargo, no pudieron hacer nada por impedir que 100.000 personas, blandiendo banderas palestinas, tomáramos el centro, saltáramos las vallas e invadiéramos las calles. “Esta vuelta la gana Palestina” o “Israel asesina, Europa patrocina” resonó por la ciudad.
La Vuelta finalizó con la carrera neutralizada, sin etapa final, ni ceremonia, ni podio. Los ciclistas evitaron pasar por localidades cargadas de manifestantes, como Alcobendas –porque las movilizaciones se dieron por distintas ciudades, no solo por la capital– y se detuvieron a la altura del Palacio Real. Se marcharon en coche y las medallas ya si eso les llegaran por correo a sus casas.

La sensación de victoria fue increíble. Muchas veces acudimos a manifestaciones contra el genocidio por negarnos a quedarnos en casa de brazos cruzados y por compartir de forma colectiva nuestra rabia y tristeza – que no es poco – pero sabiendo que no íbamos a lograr detener la maquinaria de guerra con una mani. Y es que tenemos una dinámica de manifestación tras manifestación, con poco o nulo impacto en la consecución de nuestros objetivos
Pero esta vez fue distinto: había un objetivo –parar la vuelta hasta que se expulsara a IPT– alcanzable y palpable. Y se paró la carrera. La emoción que sentimos al saber que le habíamos arruinado la fiesta a unos pocos poderosos, las caras de alegría, la euforia colectiva, serán difíciles de olvidar. Todo ello sin olvidar que estamos lejísimos de frenar el exterminio.
Grandes manifestaciones en apoyo a la Flotilla y por el segundo aniversario del genocidio
El 2 de octubre, los 43 barcos que formaban parte de la Global Sumud Flotilla y transportaban varias toneladas de ayuda humanitaria a Gaza fueron interceptados en la zona de exclusión israelí y sus 462 tripulantes, procedentes de 57 países distintos, fueron arrestadas y conducidas a una cárcel sionista, donde sufrieron humillaciones y torturas durante algunos días antes de ser expulsadas a Madrid y Roma1.
En respuesta, 15.000 personas bloquearon el principal acceso al Port de Barcelona y varias manifestaciones recorrieron los centros de varias ciudades (10.000 en Madrid y Roma, 4.000 en Bruselas y México, 3.000 en Bilbao, Gasteiz, Logroño, Ginebra, Milán, Nápoles e Iruña…).
Un par de días después, el 4 de octubre, manifestaciones masivas recorrieron los centros de todas las grandes ciudades del Estado. La cantidad de personas (400.000 en Madrid, 200.000 en Barcelona…) nos retrotrajo a movilizaciones pretéritas, como las de No a la Guerra de 2003 o las manis del 15-M de 2011. Estuvimos bloqueadas en Atocha durante una hora mientras una humana avanzaba por el Paseo del Prado y terminaba en Callao. Es difícil no sentir algo de emoción al ver una respuesta tan brutal.

Huelga estudiantil por Palestina
Las movilizaciones por la Flotilla del 2 de octubre coincidieron con la convocatoria de una huelga estudiantil que vació las aulas de miles de institutos y facultades. Unos 6.500 estudiantes recorrieron el centro de Barcelona y otros 4.000 el de Madrid, que terminaron por cortar la A6 durante algunos minutos. Además, decenas de estudiantes se encerraron en la Facultad de Filosofía de la Complutense para exigir la ruptura de relaciones académicas con Israel.


15 de octubre: Huelga general
Por último, el 15 de octubre se ha convocado una huelga general para demandar un alto el fuego permanente, el fin de la venta de armas a Israel, la ruptura de relaciones económicas, comerciales o de cualquier otra índole con el ente sionista, el fin de la ocupación de Gaza y Cisjordania y el respeto a los derechos humanos. Mientras que algunos sindicatos como CCOO y UGT han convocado paros de dos horas a las 10:00, a las 17:00 y a las 02:00, otros como Solidaridad Obrera, COBAS, ACS, CGT y Confederación Intersindical lo han hecho con una duración de 24 horas, por lo que cualquiera se puede sumar durante toda la jornada.

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1Mientras el ejército se encontraba ocupado deteniendo a las activistas, varios pescadores de Gaza pudieron entrar en el mar y faenar por primera vez en dos años, lo cual agradecieron posteriormente en redes. “Hoy podemos volver a comer”, anunciaron.