
“El abandono de la utopía y del concepto ético de la revolución ha conducido las ideologías revolucionarias a su esclerosis y ruina” – Octavio Alberola
“Convertir el anarquismo en una rutina, un hábito, que solo se exterioriza ciertos días y en una intimidad sectaria en la que se habla mucho de revolución pero en la que no se hace nada para hacerla sería negarlo y reducirlo a un simple entretenimiento” – Octavio Alberola
La noticia del fallecimiento de Octavio Alberola el pasado día 23 de julio, me agita el pensamiento y me obliga a escribir unas palabras a su memoria.
Conocimos a Octavio Alberola a través de los recuerdos compartidos con compañeros del Sindicato. Algunos habían sido alumnos de José Alberola, su padre, en la escuela racionalista de Fraga, en los años treinta del siglo XX. No eran recuerdos reducidos a lo puramente anecdótico de la familia Alberola Suriñach y del niño Octavio que fue, durante su estancia en Fraga, que también, fueron conversaciones sobre su acción militante e intelectual y la lectura del libro Octavio Alberola y Ariane Gransac. El anarquismo español y la acción revolucionaria 1961-1974, además de artículos suyos aparecidos en la prensa libertaria de esos años. Conversaciones enriquecedoras, que iban más allá de compartir o no su manera de entender La Idea o de idolatrar a su persona. En lo que sí se coincidía, era en la de valorar su compromiso firme y desinteresado y su profundo humanismo.
Fraga fue uno de los lugares de infancia donde vivió, gracias a la azarosa vida de su familia. Su padre, el maestro racionalista y militante anarquista José Alberola y su madre Clara Suriñach, maestra, compañera y colaboradora fiel en la ardua tarea de sembrar la semilla del conocimiento por pueblos y ciudades de la España pobre y obrera. Siembra que la familia Alberola Suriñach llevaría consigo por tierras de México, donde vivirán el exilio forzado por la guerra y el fascismo, y que el activismo libertario de Octavio prolongaría por diferentes latitudes de América y Europa y su lucha antifranquista en España.
Con el final de Octavio Alberola, en el Movimiento Libertario perdemos no solo a un compañero de los más lúcidos del pensamiento anarquista actual, alejado siempre de posiciones dogmáticas; también de “posibilismos varios”. Se nos va también una parte de nuestra historia, de las más interesantes y fructíferas. Compañero que ha permanecido activo y atento, presto a compartir, desinteresadamente, dando ejemplo de vida y compromiso. Nos quedamos con el legado escrito y activismo militante que sin duda nos ayudará a enriquecer nuestro pensamiento y la acción venidera.
Animo desde aquí a la lectura de uno de sus últimos libros, Revolución o Colapso, Entre el Azar y la Necesidad. Y la excelente biografía de Agustín Comotto, El Peso de las Estrellas.
Sirva esta carta abierta para mandar abrazos fraternos a toda su familia y compañer@s más próximos, desde las mismas tierras que baña el Cinca y que un día compartió Octavio Alberola.
Salud y anarquía
J. Carlos Chiné. Albañil y anarcosindicalista en el medio rural
Fraga 27 julio 2025