
Dirigido por Pablo de la Chica. Prime Video. 2025. 95 minutos
“Hola, soy yo, Carlota. Perdona por desaparecer, pero todo se ha acelerado y necesito hablar contigo. Ya conoces mi situación de testigo protegido, y te pido por favor que, cuando termines de escuchar este mensaje, lo borres. No me fío nada de esta red”.
Así comienza el documental que narra la historia de cómo la activista Carlota Saorsa se infiltró en Vivotecnia durante 18 meses. En abril de 2021 se publicaron unas imágenes estremecedoras del interior del laboratorio, en las que se evidenciaba el trato que recibían los animales. El documental relata cómo Carlota fue contratada como técnica de laboratorio y logró trabajar allí durante 546 días, registrando lo que ocurría —y, lamentablemente, sigue ocurriendo— en ese lugar. Es la primera vez que se obtienen imágenes desde el interior de un laboratorio en el Estado español, además de tratarse de la infiltración más larga de este tipo jamás realizada.
La narración fluye con el ritmo de un thriller, sin caer en exageraciones. Y es que el lobby de la experimentación animal puede resultar verdaderamente aterrador. Las imágenes de los animales han sido cuidadosamente seleccionadas para permitir que el público comprenda la historia; aunque son duras y dolorosas para cualquiera con un mínimo de sensibilidad, el enfoque narrativo permite continuar con el relato.
Pablo de la Chica, director y productor, ha trabajado junto con Carlota y un amplio equipo durante cuatro años para revelar la realidad de un laboratorio de experimentación animal que, por desgracia, no se diferencia de otros. La principal diferencia es que, de Vivotecnia, tenemos imágenes; de los demás, todavía no. Durante los 96 minutos de duración, es fácil ponerse en la piel de Carlota, que por motivos de seguridad ha sido interpretada por la actriz Goize Blanco. A día de hoy, Vivotecnia se encuentra inmersa en un proceso judicial y Carlota es testigo protegido.
Se agradece que, aunque brevemente, el documental también contextualice la lucha por la liberación animal mediante entrevistas con otros activistas.
Actualmente puede verse en Prime Video, que —por motivos que aún desconocemos— ha decidido financiarlo. Suponemos que se debe a que es una historia nunca antes contada y, como suele ocurrir, la realidad supera la ficción. Una verdad muy oculta que merece ver la luz, y que ha puesto nervioso al lobby de la experimentación animal, que ya está rabiando por que todo esto se sepa.