Entrevista a Tartaruga, proyecto de pedagogía libre

1. ¿Qué es Tartaruga?

Tartaruga es un proyecto de pedagogía libre dirigido a niñ@s de entre dos y seis años basado en respetar sus necesidades e intereses y acompañarles en su evolución personal, intelectual y afectiva.

Un espacio de experimentación, relación y juego donde se confía en la capacidad innata de l@s niñ@s para guiar sus aprendizajes. No se obliga a nadie a hacer algo que no quiera, pues se parte de los deseos e intereses de cada niñ@, favoreciendo el reconocimiento interior de sus necesidades y la toma libre de decisiones e iniciativas, sin juzgarle, aceptándole tal como es.

Guiad@s por valores clave como el respeto, la aceptación, la autoestima, la autonomía, la expresión libre, la coeducación, los límites, y el conocimiento de sí mism@ y del entorno. Creemos en la “no intervención” del/la adult@, en facilitar en lugar de imponer, en escuchar y dialogar para crear un ambiente de seguridad física y afectiva, donde los niñ@s puedan desarrollarse desde la espontaneidad y la confianza en si mism@s.

Dentro de esta concepción del aprendizaje, dejamos fuera los refuerzos, tanto positivos como negativos, así como los juicios de valor, ya que nos parece que generan una relación de dependencia hacia la adulta.

La funciòn de lxs adultxs en Tartaruga es acompañar. Entendemos por acompañante una persona adulta que se encuentre emocionalmente cercana al/la niñ@ y que le siga en sus procesos (sin llevarle de la mano, sin guiarle), yendo por detrás para percibir lo que realmente le sucede. Así, lxs adultxs no intervenimos en el juego infantil, ni proponemos actividades programadas, sino más bien nos situamos en un segundo plano y ponemos en juego nuestra mayor herramienta: la observación. Observamos intereses, observamos necesidades motrices, emocionales, materiales; observamos relaciones sociales… sin juicios, nos dedicamos a observar para después actuar en consecuencia.

Entendemos que esta es la única manera de dar prioridad a l@s niñ@s, confiando en que nadie mejor que ell@s mism@s puede guiar su aprendizaje, para darle verdadero protagonismo,  lxs adultxs tenemos que estar en segundo plano.

El acompañamiento se da de igual a igual, por lo que lo primero que intentamos quitarnos de encima es la figura del/la maestr@ y con ésta, ese rol que asume todo el peso del aprendizaje infantil. Ahora partimos de nosotr@s mism@s, como personas intentamos conocernos, aceptarnos y partir de ahí para relacionarnos con l@s demás.

Lxs acompañantes nos ponemos al servicio de las necesidades de l@s nin@s. Esto implica un trabajo diario y constante entorno al desarrollo  infantil, para que este tenga su mayor plenitud.

Esto se traduce, por un lado, en una organización constante del espacio,  por otro en la disposición y elección de los materiales más adecuados para lo que están requiriendo l@s pequeñ@s y por último, en poner los límites y ayudar a asimilarlos y en cubrir y atender sus necesidades afectivas.

2. ¿Cómo nació Tartaruga?

Tartaruga se formó cuando nos enteramos que el espacio en el que estaba el proyecto “Pequeñ@ compañer@” se quedaba libre, allá por el 2009. En cuanto nos enteramos, nos juntamos cuatro amig@s que trabajábamos en educación y probamos a pedir el espacio a la gente del Ateneo Libertario de Villaverde-CNT con la idea de realizar un proyecto educativo no-autoritario y participativo, a lo que CNT nos dijo que sí. Quizás en este proceso también tiene importancia el hecho de que una de nosotras acababa de tener una hija y veíamos por nuestra experiencia en escuelas que no queríamos esa “educación” para nuestr@s hij@s, ni para l@s hij@s de nuestr@s compañer@s.

Cuando tuvimos el sí de CNT convocamos una reunión en el Ateneo, sobre todo difundida por blogs de crianza natural. A la primera reunión vinieron unas 30 personas para enterarse de qué pasaba ahí, y poco a poco fuimos afianzando qué queríamos hacer, disminuyendo en número hasta quedar un grupo de 9 familias y cuatro acompañantes, lo que nos permitió conocernos mejor. Éramos gente decepcionada con la opción educativa que se ofrecía desde las instituciones y con ganas de crear algo nuevo y respetuoso para l@s peques.

A la par que íbamos definiendo el proyecto educativo fuimos acondicionando el espacio y poniéndolo a nuestro gusto. Por cómo estaba el edificio contiguo no pudimos llegar a estar allí con nuestras peques y tuvimos que movernos a La Prospe, dónde estuvimos de enero a julio del 2010. De La Prospe nos fuimos porque ese espacio no tiene patio y tanto para nosotr@s como para l@s peques es muy importante. Tuvimos un año de parón porque algun@s acompañantes y algunas familias se fueron fuera de Madrid, y otras escolarizaron a sus hij@s. Después de ese año hemos vuelto con energías renovadas y ahora estamos en el Centro Social Okupado Casablanca (www.csocasablanca.org, en la calle Santa Isabel, 21, <M> Antón Martín).

3. ¿Qué experiencias educativas os han influido a la hora de crear Tartaruga?

Por un lado, tenemos diferentes referentes de escuelas libres con las que sentimos gran afinidad por estar construyendo espacios de autonomía para l@s niñ@s, espacios que ponen como prioridad el respeto a sus necesidades y procesos de desarrollo. Uno de ellos es el Jardín Pirata y otro, con mayor distancia geográfica de por medio, fue el Pestalozzi, la escuela de l@s Wild y la teoría elaborada a partir de esta experiencia, la cual nos ha guiado bastante en nuestro día a día en Tartaruga.

Mucho antes de conocer estos proyectos, tuvimos noticia de otros como Summerhill, Montessori, Paideia, etc., escuelas pioneras que revolucionaron el mundo de la pedagogía y abrieron la posibilidad no sólo de cuestionar lo existente, sino también de imaginar y poner en práctica otras formas de aprender y relacionarse con lxs niñxs.

En nuestro camino también se ha cruzado la teoría y la praxis de Freire. De su visión de la educación transformadora y también de la Prospe, referente cercano que la lleva a cabo adaptándola a otros contextos, nos quedamos con el análisis y el rechazo de la educación como herramienta de domesticación, y con la elección consciente de una educación concientizadora y liberadora y una relación de enseñanza-aprendizaje horizontal, en la que los roles de educadora y educando se intercambian.

Aprendemos también de la parroquia de Entrevías y de personas como Martínez Reguera en su lucha contra las cárceles de menores y su construcción de una alternativa real y llena de compromiso, basada en una crianza que genere relaciones de respeto y apoyo entre adultos y niñ@s cuya raíz reside siempre en el amor.

De la educación creadora de Arno Stern, hemos acogido en nuestro actuar el no-juicio a la expresión artística para así poder crear en libertad y de “Moverse en libertad“ de Pickler nos quedamos con el respeto a los ritmos individuales de cada unx en cuanto al desarrollo psicomotriz y en el cuidado que como adultxs hemos de tener para no adelantar los procesos de aprendizaje.

Por último, están las experiencias de nuestra infancia y adolescencia que nos han permitido vivir nuestros primeros espacios de autogestión y disfrute de la montaña en libertad, como es el grupo scout Jaleo.

4. ¿Qué criticáis del sistema educativo?

Creemos que el estado utiliza el sistema educativo como herramienta para mantener y perpetuar la sociedad capitalista en la que estamos inmersxs. Para ello forma personas que necesiten y dependan de factores externos en su aprendizaje, personas que necesiten una aprobación constante en su desarrollo personal, personas que no sepan gestionar su tiempo ni identificar sus motivaciones e intereses, personas desconectadas de sus emociones, personas competitivas, personas cuya felicidad resida en el consumo y no en su capacidad creativa, personas sumisas que estén acostumbradas a obedecer y no cuestionen la autoridad.

Para nosotr@s el fallo del sistema educativo es de carácter estructural, son los pilares que sustentan la institución los que determinan su nefasto funcionamiento. El conocimiento divido por materias, el curriculum diseñado desde arriba, el horario estructurado, la división de l@s alumn@s por edades, la ratio por adulto, el espacio cerrado o la organización jerárquica son algunas de las causas que conllevan una pedagogía totalmente dirigida.

Opinamos que se trata de una institución que  legitima las desigualdades de género por un lado dando continuidad a un sistema patriarcal y por otro las desigualdades sociales, preparando la mano de obra que necesita el sistema; facilitando el acceso al poder a aquellas personas que más recursos, que son las que se pueden permitir másters, academias, profesores particulares, etc.

Las leyes de educación, el currículo, el PEC (Proyecto Educativo de Centro) o las unidades didácticas están llenos de conceptos tales como respeto, interés, diversidad, desarrollo… que hacen de estos documentos papeles mojados. Creemos que la teoría no es coherente con la práctica.

Nosotr@s no entendemos el respeto sin horizontalidad, el interés sin la decisión personal, la diversidad sin individualidad o el desarrollo humano sin libertad.

Además, la escuela tradicional se asienta sobre un significado de aprendizaje el cual no compartimos. Se basa en la creencia de que es necesario enseñar desde una posición autoritaria para que exista aprendizaje. Los conceptos que se manejan en la escuela al estar tan alejados de la vida real imponen un aprendizaje memorístico. Pensamos que no se respetan las diferentes maneras y herramientas que cada cual desarrolla para  aprender.

Por último decir, que aunque no compartamos la forma de funcionar del sistema escolar apoyamos a todas las individualidades y colectivos que luchan cada día dentro de la escuela pública, contra los recortes, por sus derechos laborales, para hacer la estructura más horizontal, para acercarla más a las diferentes necesidades de l@s niñ@s, porque somos conscientes que es la educación más accesible  para la mayor parte de la población.

5. ¿Qué autocrítica os hacéis o en que aspectos creéis que tenéis que trabajar más?

Una de las cosas que tenemos en la cabeza es que nosotras somos personas de clase media y tanto nuestras relaciones como los espacios en los que nos movemos los compartimos con gente del mismo origen. Tartaruga no está llegando en absoluto a colectivos en otra situación económica más precaria y esto hace que nos cuestionemos muchas cosas, provocando tristeza ya que se hace patente una vez más que estamos profundizando en una diferencia de clases sociales.

Otra cosa de la que nos hemos dado cuenta, quizás más recientemente, es que personas que hemos estado cerca de movimientos sociales tenemos interiorizado conceptos como autogestión u horizontalidad y a veces damos por hecho que todo el mundo los va a conocer. Y lo que es más importante, también se da por hecho que todo el mundo sabe cómo se funciona en proyectos horizontales. Nuestra experiencia actual nos está confirmando que esto no es así, por lo que creemos que hay que trabajarlo colectivamente.

Otro punto flojo que vemos es que, ante la escasez de referencias teóricas, suele ser fácil considerar una teoría como verdad absoluta. Nosotras queremos darle margen a la duda, cuestionar a l@s autores/as y estar en auto formación constante. No queremos tener miedo a cuestionarnos ya que creemos que es el camino para avanzar y seguir creciendo.

Por otro lado creemos que todavía nos falta camino para ser un colectivo realmente horizontal dónde las opiniones de todas las personas sean consideradas igual, dónde el trabajo este repartido según las posibilidades de cada un@ y dónde también estén cuidadas las cuestiones de género.

Más información en: http://proyectotartaruga.blogspot.com

Comparte y difunde

Un comentario en «Entrevista a Tartaruga, proyecto de pedagogía libre»

Los comentarios están cerrados.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad