We are the owners. La aventura de los/as red rebels y su efecto en el Estado español

Pocos/as de los/as asistentes a la reunión que tuvo lugar el 19 de mayo de 2005 en el Manchester Methodist Hall serían conscientes de la posterior repercusión de lo que allí se habló. Pero empecemos por el principio. Acaba de empezar el mes de mayo de ese mismo año y los/as aficionados/as del Manchester United se levantan con la noticia de que el multimillonario yanqui Malcolm Glazer quiere hacerse con su club. La indignación entre los/as hinchas se extiende pues saben que la única intención de Glazer es sacar rédito económico de su inversión a costa de una profunda mercantilización de su equipo (por ejemplo, el club pasaría a ser el primero en cotizar en la bolsa de Wall Street). Por ello, los/as aficionados/as se organizan en diversas plataformas, convocando las primeras manifestaciones, así como popularizando la bufanda verde y amarilla, los colores originales del Manchester United, convirtiéndose éste en todo un símbolo de protesta contra el fútbol negocio, que acabó extendiéndose entre otras aficiones, como entre la del Atlético de Madrid. Pero la indignación va en aumento, y la principal agrupación de aficionados/as, se plantea la idea de recomprar el club a Glazer. Pero ante la dificultad de esta opción, entre un sector se abre el debate de refundar el Manchester, en base a unos principios alejados de los valores predominantes en el futbol actual. Y esta idea, comienza a cuajar en la reunión que mencionábamos en un principio.

Estas personas, conocidas como The Red Rebels, consiguen el apoyo social y económico de más de cuatro mil aficionados/as, por lo que, en julio de ese mismo año, comienza la andadura del FC United of Manchester, que en palabras de sus promotores se convierte en “el Manchester United que nosotros queríamos. La característica principal de este nuevo proyecto es que son los/as propios/asaficionados/as los/as dueños/as del club, es decir, la gestión y la toma de decisiones no recae en una junta directiva sino en su entorno social. Además, durante este tiempo, el FC United se ha caracterizado por su compromiso con la comunidad local así como por su participación en diferentes campañas como, por ejemplo, contra la homofobia o el racismo.

En lo estrictamente deportivo, el club comenzó en lo que equivaldría a las décima división inglesa, rompiendo todos los récords, pues registró una asistencia media de seis mil espectadores/as, la mayor en la historia de esta competición. En estos años, ha conseguido situarse en la séptima categoría del fútbol inglés, y está construyendo su propio estadio, el Moston Community Stadium.

fc-united-of-manchester-parte-la-consultazion-l-uiya0tUna de las hazañas más relevantes en la breve historia de este club, tuvo lugar cuando en una eliminatoria de la FA Cup, eliminó a un club de la tercera división inglesa, con un gol en el minuto 94. Un periodista local relató este hecho de la siguiente forma: “Y lo mejor estaba por llegar, corría el minuto 94 de partido, […] el delantero Mike Norton […] encara una portería destruida por el grito de los miles de aficionados del FC United […] una clasificación histórica que nos enseña a los verdaderos aficionados al fútbol que no somos simpatizantes de las grandes superpotencias que aún podemos creer en este deporte. Fue entonces cuando todos cantaron una canción que conmemora un día real en Inglaterra y a partir de ahora también una gesta de unos locos que fueron capaces de desafiar al poder y de plantarle cara: Remember, Remember, the 5 of November”.

Aunque el primer equipo fundado en los últimos años en base a dicho modelo de gestión popular fue el AFC Wimbledon, ha sido el FC United quien ha conseguido cierta repercusión mediática convirtiendo su aventura en ejemplo, no sólo para otros clubs ingleses, sino también para aficionados de toda Europa. Concretamente, en el Estado Español, es el CAP Ciudad de Murcia quien recoge el testigo, poniendo en marcha una experiencia pionera en nuestra liga de fútbol.

El Ciudad de Murcia fue fundado en 1999 por el empresario Quique Pina, y en tan sólo cuatro años, consigue alcanzar la segunda división, rozando el ascenso a primera hasta en dos ocasiones. Pero, en el 2007, repentinamente, Quique Pina decide vender el club, trasladándolo a la ciudad de Granada. El último partido del Ciudad de Murcia se convierte en una protesta masiva contra Quique Pina con las gradas llenas de billetes de 500 euros con su cara.

Tras el desconcierto inicial, una parte de la afición se moviliza con la intención de recuperar su equipo, convocando una primera reunión el 12 de septiembre de 2010.

El nuevo club decide gestionarse bajo la forma del accionariado popular, donde los/as propios/as aficionados/as son los/as accionistas del club, limitando la adquisición de acciones a una por persona para que nadie pueda disponer de mayor poder e influencia. Ellos/as mismos describen su modelo organizacional como “el club es una organización autogestionada y sin fines lucrativos, todos los beneficios son para la mejora del equipo, […] Sólo se puede comprar una acción por persona, y esa acción da derecho a un voto. Por lo tanto, las decisiones adoptadas por los miembros se decidirán en base a un voto por cabeza. La estructura es horizontal, asamblearia y democrática.”

El25 de septiembrede2011, el nuevo Ciudad de Murcia, rebautizado como CAP (Club de Accionariado Popular) Ciudad de Murcia, debuta en la segunda división autonómica. En estos tres años, ha conseguido dos ascensos, quedándose a sólo un paso de la tercera división.

Otros clubs que han elegido modelos similares de gestión popular en los últimos años, son el UD Ceares (Gijón), el FC Tarraco (Tarragona), el CD Palencia o el SD Logroñés, por poner algunos ejemplos.

A día de hoy, en un la liga de fútbol profesional caracterizada por las cifras desorbitadas que se manejan, el “bipartidismo” del Madrid y del Barça, la cantidad de clubs al borde de la quiebra, su ingente deuda con las arcas públicas, su estrecha vinculación con el mundo del ladrillo y la especulación, los exóticos inversores extranjeros, su subordinación al dictado de las televisiones, la progresiva expulsión de la clase trabajadora de los estadios, los amaños e intercambios de favores, la criminalización de los ultras, etc., se hacía necesario el nacimiento de alternativas que recuperaran las raíces del fútbol, pero además, estos proyectos proponen un nuevo modelo comprometido con las comunidades donde se encuentran y basado en una gestión horizontal donde el aficionado pasa de ser un mero consumidor a un sujeto activo en el día a día de su club. Menotti dijo una vez que “el fútbol se lo robaron a la gente”. La gente, poco a poco, en lugares muy diferentes, está tratando de recuperarlo.

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