Madrid en transporte público

Poca gente se ha enterado de que a partir de cctubre dejarán de funcionar los llamados “búho metro”, los autobuses nocturnos que recorrían las líneas de Metro de Madrid. Ya hemos olvidado el ta­rifazo del billete sencillo de Metro, el que se hayan cerrado bocas de entrada a las estaciones o que privaticen líneas y les pongan nombres de empresas. Cuando la degradación de un servicio se hace cotidiana y la gente la asimila, mal vamos. Cuando no existe ningún espacio organizado donde plantear alternativas y vías de lucha contra la miseria a la que están condenando al trans­porte público madrileño, estamos sin salidas. Suerte que parece que algo se mueve, y ya se ha creado una campaña en favor del transporte público, que aúna a trabajadores y usuarios, a través de sus respectivas organizaciones sin­dicales o asambleas barriales.

La situación actual del transporte

Con un presupuesto recortado por las dos vías de financiación: presupuestos públicos y afluencia de viajeros (los/as parados/as no tienen que desplazar­se a su trabajo…), se provoca un deterioro que no es casual, sino premeditado, con el fin de desprestigiar el transporte público y abrir la vía a la privatización. De hecho, el servicio de limpieza de Metro ya está privatizado y hay un estu­dio encargado por Metro de Madrid para ver la viabilidad de la privatización. Lo que supondría que la gestión se guiase, aun más, por criterios de rentabilidad, reduciendo costes: menos trenes y menos líneas.

A los recortes habría que sumar la nefasta planificación y la su­peditación de los intereses sociales a los particulares por parte de la dirección de Metro. Ejemplo de ello son las desorbitadas campañas publicitarias de autobombo, el millón de euros que cuesta una tele­visión que a nadie le importa o trenes nuevos valorados en más de 100.000€ que no se mueven. Eso sí, la culpa de todo la tienen los/as trabajadores/as que hacen huelgas salvajes…¡No te jode!

Cuestión de clase

Quienes sufrimos esto somos los/as mismos/as que sufrimos los despidos, subidas de tasas, recortes sanitarios o bajadas de pensiones. La crisis sirve como excusa para aumentar los beneficios de la clase dominante, y este aumento no procederá nunca de expropiaciones al Capital o friendo a impuestos a las grandes fortunas, siempre vendrá del recorte a los servicios de los que dependemos la mayoría. Por lo que sabemos que no es un mero problema de gestión del transporte, es el modelo al completo en el que el transporte cumple una mera función de tráfico de mercancías, el Capitalismo que todo lo engulle. Por ello esta es una lucha más por el todo, la socialización de los servicios mediante gestión comunitaria.

Tenemos ejemplos de lucha en los transportes recientes, el famo­so movimiento “Passe Livre” brasileño, que tuvo al país en vilo por la fuerza, radicalidad y potencialidad que alcanzó, que empezó por el transporte y acabó uniendo y dando voz a mayores demandas.

La lucha que comienza

Bajo el nombre Madrid en transporte público, co­mienza una campaña que agrupa a diversidad de colectivos sociales, asambleas del 15M, agrupacio­nes de desempleados/as o sindicatos, bajo un mismo propósito: devolver al transporte público su función social como medio de transporte mayoritario de la clase trabajadora.

La campaña denuncia la escalada elitizadora del transporte madrileño, con precios cada vez menos accesibles, llegando incluso a aislar a las personas con me­nos recursos en sus barrios periféricos. Ante ello se va a poner en marcha un proceso de desobediencia civil, con diversidad de acciones reclamando, como eje principal, la gratuidad para des­empleados/as a través de un Abono Transportes Social de carácter urgente; para ello se tratará de contar con la complicidad de los trabajadores del transporte, presentes en la campaña a través de sus sindicatos. También se tratará desde la campaña las redadas racistas que habitualmente ocurren en las estaciones, donde po­licías de paisano someten a registros aleatorios a ciudadanos ex­tranjeros, con el fin de encontrar indocumentados que mandar a algún oscuro CIE.

De una manera organizada y amplia, la campaña recoge el testigo del espontáneo “yonopago” de hace ya unos años que organizaba co­ladas masivas en el Metro. Aunar fuerzas, confluir diversas sensibili­dades políticas en la asamblea, un trabajo más concreto y delimitado puede ser lo que faltaba para crear un tan necesario movimiento en torno a la defensa del transporte público.

Para más información sobre la campaña: transporte.publi­co.2013@gmail.com

 

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