
Por @CastellaNatura (Alimañas)
El lobo en Castilla La Mancha es hoy una sombra de lo que fue en el pasado reciente; a finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX habitaba por prácticamente cualquier zona montañosa y forestal de la región, pero la caza, el veneno y la persecución brutal que sufrió especialmente en la segunda mitad del siglo XX acabó en un exterminio casi total.
La situación actual del lobo ibérico en Castilla La Mancha es crítica; de las 333 manadas que según el último censo estatal publicado por el MITECO (Censo Nacional 2021-2024 del Lobo ibérico) para todo el territorio de España, sólo hay 4 manadas en Castilla La Mancha y de estas sólo 2 manadas son exclusivas, las otras 2 son compartidas con Madrid y Castilla y León. Y aunque la situación ha mejorado en los últimos años y a nivel estatal ha experimentado una expansión por el cuadrante noroeste peninsular, el lobo sigue amenazado por multitud de problemas (persecución directa, conflictos con la ganadería, carreteras, cuello de botella genético, etc.) y su expansión se está viendo limitada y frenada; es prácticamente imposible que continúe su expansión hacia la mitad sur o hacia el cuadrante noreste por la persecución de ganaderos y cazadores, amparados por los gobiernos autonómicos, que sin ir más lejos recientemente eliminaron la protección al lobo ibérico al sacarlo del LESPRE (Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial) en las zonas donde hay presencia.
En Castilla La Mancha actualmente sólo hay presencia en el extremo norte de Guadalajara, en el resto de la región donde hasta hace pocas décadas había presencia estable, ya no queda ni rastro. El lobo se ha esfumado de casi toda Castilla La Mancha sin que ninguno de los gobiernos que ha tenido la región en décadas haya hecho absolutamente nada por proteger a los lobos que aún quedaban en Sierra Morena, ni por facilitar su recuperación ni su posible recolonización, pese a que están obligados a ello; en Castilla La Mancha el lobo ibérico está catalogado como «En Peligro», así figura en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha (Decreto 33/1998, de 05/05/1998), y la Ley de Biodiversidad obliga a la puesta en marcha de un Plan de Recuperación en un plazo máximo de 3 años desde su catalogación (art. 59,1,a) de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad), pero en ningún momento se ha desarrollado ningún plan ni acción alguna para revertir la situación del lobo en Castilla La Mancha.
Así pues, decidí enviar una consulta a la Consejería de Desarrollo Sostenible de la Junta de Castilla La Mancha a través de su sede electrónica, preguntando por qué no hay ni ha habido en todos estos años ningún Plan de Recuperación para el lobo ibérico. Su respuesta fue que Ley de Biodiversidad permite integrar los planes de recuperación de especies En Peligro en los planes de gestión de los Espacios Naturales Protegidos (ENP) donde habiten las especies amenazas en cuestión, que en este caso se ha integrado en los planes de gestión de la ZEC Sierra de Ayllón y ZEC Sierra Morena, con medidas como la consideración de “áreas críticas” para la conservación y recuperación de especies clave como el lobo ibérico, entre otras medidas. Y esto es una bomba de humo; lo primero, que otras especies catalogadas como En Peligro en Castilla La Mancha como el lince ibérico, el buitre negro o el águila imperial por nombrar algunas, cuentan con sus propios planes de recuperación específicos, que son complementarias a las medidas integradas en los planes de gestión de los ENP en los que mayormente habitan. Si el lobo ibérico no cuenta con una plan de recuperación específico es sencilla y llanamente por motivos políticos y electoralistas, dada su situación de conflictividad con la ganadería y la caza, adoptar medidas para recuperar a la especie y facilitar su expansión e incluso la reintroducción en el resto de zonas de la región donde habitó hasta hace unas décadas, sería problemático a nivel político para el gobierno de turno. Por comparar, en la recuperación del lince se han invertido millones de euros en varios proyectos LIFE, y de hecho ahí tenemos a las imágenes de políticos de la Junta haciéndose la foto con la suelta de ejemplares de lince ibérico para las reintroducciones, enarbolando la bandera de haber salvado de la extinción. El lince es rentable a nivel político porque apenas genera conflictos con intereses particulares y han convertido su recuperación en un circo electoralista, pero del lobo si pudieran no dejaban ni el recuerdo.
Lo segundo, es que pese a que en la respuesta se afirmaba que hay declarada un área crítica para el lobo ibérico, no la hay; las áreas críticas de fauna que actualmente hay en la región son para águila imperial, águila perdicera, cigüeña negra, buitre negro y lince ibérico, que son las especies que cuentan con planes de recuperación específicos. El lobo ibérico no tiene y los planes de gestión de las ZEC mencionadas antes tampoco lo incluyen. Y siguiendo con los planes de gestión de estas ZEC, el único que cuenta con alguna medida más específica es el de Sierra de Ayllón, pero eso sí, muy somero y limitado, con medidas orientadas a no molestar a los ganaderos de la zona pero no a asegurar la estabilidad de las escasísimas manadas que actualmente hay, ni a facilitar la llegada de nuevas ni la expansión a nuevos territorios. En la ZEC Sierra Morena no hay ninguna medida de gestión para recuperar las poblaciones de lobo, ni para facilitar la llegada de nuevas manadas, simplemente hay una única mención en todo el Plan de Gestión, para seguimiento de rastros, nada más. Como ejemplo paradigmático de todo esto, a finales de 2023 se confirmó la presencia de un lobo en la provincia de Ciudad Real, probablemente un ejemplar divagante procedente de la zona sur de Ávila, y aquello que en condiciones normales sería una grandísima noticia que podría significar la apertura de un corredor ecológico entre las poblaciones loberas de Gredos y zonas como Montes de Toledo y Sierra Morena, acabó silenciado y archivado; tan pronto como se conoció la noticia, asociaciones de cazadores con la Fundación Artemisan a la cabeza, pidieron que el lobo fuera “retirado”. Y dicho y hecho, no se supo nada más de ese lobo, no sabemos qué fue de él, silencio absoluto pese a que los trabajadores de la Junta conocían sus pasos (por fototrampeo y observaciones directas). El gobierno de Castilla La Mancha está completamente vendido y supeditado al sector de la caza, y es que sin ir más lejos tenemos el reciente escándalo del Reglamento de Caza, anulado por sentencia judicial tras la denuncia de Ecologistas en Acción por la mala fe en la elaboración a medida de los intereses cinegéticos y por numerosas ilegalidades en su tramitación, siendo sólo el último caso de una larga lista de concesiones al lobby cinegético y de atentados contra la naturaleza y los derechos comunes.
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