Londres no es Sevilla

Director: Mariano Agudo. Intermedia Producciones. Sevilla, 2010. 52 mins.

Cuando el amanecer del 30 de noviembre de 2007 la policía irrumpió en el sevillano Centro Social Okupado Autogestionado (CSOA) Casas Viejas, tras ocho metros de túnel encontraron en un zulo a dos activistas encadenados a un encofrado de hormigón. Uno de ellos, Agustín Toranzo, denunció torturas en una rueda de prensa, lo cual fue negado por los agentes. Pero en el zulo había una cámara oculta que lo captó todo. Y el documental Londres no es Sevilla nos muestra, por primera vez, lo que esa cámara grabó: empujones, atarle a una cuerda y tirar de él, insultos, amenazas, etc. Estas técnicas empleadas contra él lograron el dudoso honor de que la prestigiosa revista internacional Torture las incluyera dentro de la categoría de torturas.

Sin embargo, denunciar las torturas no sirvió para que se reparara el daño causado a Agustín. Todo lo contrario. La maquinaria del Estado, en esos tiempos gobernada por el PSOE, empezó a rodar y la Delegación del Gobierno, empujada por el sindicato policial SUP, denunció a Agustín por un delito de calumnias. Como consecuencia fue condenado como “autor de un delito de calumnias con publicidad a la pena de 20 meses multa con una cuota diaria de 10 euros” (es decir, 6.000 euros), al considerar que no había sufrido torturas.

Recurrió en apelación y la Audiencia Provincial de Sevilla rebajó la condena, porque consideró que los hechos eran ciertos (o sea que le provocaron bastante dolor, que le amenazaron con inflar atestados, con meter ratas en el túnel entre otras cosas), reflejaban, según la sentencia, una actuación proporcionada de la policía, de modo que calificarlas de tortura constituye una falsedad que implicaría la comisión del delito de calumnias.

Tras pasar por el Constitucional, finalmente su caso llegó a Estrasburgo. Y el pasado 20 de noviembre de 2018, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó al Reino de España por vulnerar de manera ilegítima el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la crítica política de Agustín.

Más allá del relato del compañero, el documental nos sirve de excelente crónica de las 36 horas de gran resistencia de los okupas de Casas Viejas en el interior del espacio, así como las protestas que se dieron en la calle, la cobertura mediática (acudió hasta el programa de Ana Rosa hasta la escena de los hechos) y la criminalización llevada a cabo por el SUP, que les tachó de simpatizantes de ETA.

Este mítico centro social (que toma su nombre de la Insurrección anarquista de Casas Viejas, en la provincia de Cádiz, de enero 1933, duramente represaliada por el gobierno de la Segunda República) fue desalojado en noviembre de 2007 con el pretexto de destinarlo a fines sociales. Fue derruido en diciembre de 2007 y no se edificó nada en el solar hata el año 2016.

El documental se puede ver completo aquí

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