Cien números no son nada

No sabemos cómo ha llegado este periódico a tus manos, pero posiblemente no sea la primera vez que te hayas topado con uno de nuestros ejemplares en los últimos ocho años.

Nacimos como proyecto en un momento de agitación social, en un contexto de huelga general (septiembre de 2010) y de grandes movilizaciones (pre y post 15-M). Desde el anarquismo madrileño percibíamos que nuestras ideas y acciones no hallaban eco entre las personas ajenas a nuestro círculo, por lo que buscamos romper esa dinámica y llegar hasta vosotras. Por eso escogimos priorizar como medio el papel y hacerlo de forma gratuita, para poder encontrarnos con nuestras lectoras en la calle, sin intermediarias ni barreras económicas. Un medio que se encontrara en nuestros sitios de referencia (centros sociales, sindicatos, etc.) pero que también estuviera en bares, en el metro, en bibliotecas, asociaciones de vecinas… con el fin de llegar a cuanta más gente mejor.

Nuestra gestación es paralela en el tiempo a la de las redes sociales, pero nuestro objetivo ha sido desde el inicio romper con el inmediatismo y endogamia de las (ya no tan) nuevas tecnologías, que apenas dejan espacio para la reflexión. Las noticias llegan rápido, sí, pero a las pocas horas las olvidas. Por eso, frente a la novedad, el torrente informativo y el titular fácil, priorizamos un análisis de la realidad más reposado, con la calma y la distancia que nos permite ser una publicación mensual. Esperamos haber contribuido con nuestro trabajo al debate y al cuestionamiento de algunos de los inamovibles paradigmas de nuestros tiempos. Con la intención de continuar haciéndolo, decidimos dedicar este número de aniversario a hacer un breve repaso a algunas de las principales luchas o temáticas que han llenado las 1.600 páginas que llevamos a nuestras espaldas y que conforman el panorama de los movimientos sociales en esta últma década: la lucha por la vivienda, el feminismo, la represión a los movimientos sociales, el “asalto a las instituciones”, las luchas en el terreno de lo laboral, el antiespecismo y la lucha contra el nuevo auge del fascismo.

Después de ocho años, lo que sostienes es el fruto de un enorme esfuerzo, de largas horas de asambleas, de escritura, de corrección, maquetación y distribución, pero también de aprendizaje personal y colectivo, de compañerismo y de satisfacción por la gran acogida que hemos tenido durante todo este tiempo. Y es que, a pesar de que las fuerzas y las cuentas no nos hayan permitido (aún) dar un salto cuantitativo y aumentar la tirada, hemos recorrido un largo camino y afianzado unas redes de distribución cada vez más amplias, contando a día de hoy con un centenar de suscriptoras y decenas de puntos de distribución no sólo en Madrid si no en varias ciudades del Estado.

Nunca hemos ocultado nuestros objetivos: acabar con un sistema despiadado e injusto para construir una sociedad más libre cuyos pilares sean la autoorganización, la solidaridad y el apoyo mutuo. Después de tanto tiempo, sin embargo, tristemente parece que no avanzamos, sino que retrocedemos: estamos asistiendo a una precarización de nuestras vidas, al recorte de derechos y conquistas sociales, al giro autoritario del Estado, a la proliferación de las guerras en el mundo, a la destrucción del medio ambiente y al desmantelamiento del tejido social de nuestros entornos. Se confirma aquello que coreábamos en las manifestaciones hace años: aún está todo por hacer.

Pero no somos pesimistas. Aunque suene muy manido, las utopías sirven para seguir caminando. Todo por Hacer, en su denominación, tiene ese sentido de inconformismo positivo, de que nos queda mucho camino por recorrer y mucho por crear, pero que es posible y está en nuestras manos hacerlo.

Por último, solo queda daros las gracias. Desde febrero de 2011 no hemos faltado ningún mes a la cita con nuestras lectoras y todo esto ha sido gracias al apoyo y la solidaridad constante de nuestras socias y suscriptoras, de grupos musicales y otros proyectos y colectivos que han colaborado desinteresadamente para que podamos afrontar los gastos que supone sacar dos mil ejemplares de prensa libertaria a las calles, al esfuerzo de las personas que nos han escrito artículos o dado ideas, nos han mostrado sus proyectos, han estado siempre pendiente de que estemos presentes en su librería o sindicato, o nos han llevado a su centro social, asociación de vecinas o bar preferido, o nos han repartido el periódico en frías mañanas en el metro o en lluviosas manifestaciones.

Con vosotras a nuestro lado, escribir cien números no ha sido nada y estamos preparadas para sacar otros mil.

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