Caza migrante en Evros: Las devoluciones en caliente perpetuadas por la ciudadanía

Texto de la Open Assembly Against Border Violence Lesvos. Traducido al castellano por Heura Negra

Los incendios forestales vuelven a hacer estragos en el sur de Europa. En Grecia ya han quedado destruidas 500.000 hectáreas de bosque y varios pueblos. Innumerables personas y animales se han visto desplazados y han perdido sus hogares.

Se podría decir que esto ocurre todos los años. Se podría decir que los incendios son una “catástrofe natural”. Pero no. La realidad es que el gobierno fascista de Nueva Democracia ha hecho todo lo posible para que sea imposible prevenir los incendios o sofocarlos. El cuerpo de bomberos lleva años pidiendo 17 millones de euros para mantener una infraestructura suficiente, y sin embargo sólo han recibido 1,7 millones de euros del gobierno de Nueva Democracia. El Estado no ha contratado nuevo personal tras las jubilaciones, lo que ha creado una vacante de entre 3500 y 4000 bomberos. Además, desde 2006/2007 se ha desmantelado la unidad especializada en incendios forestales y se ha enviado a personal del cuerpo de bomberos urbano a hacer frente a los incendios forestales. En la primavera de este año, el gobierno declaró que tenía un plan para prevenir los incendios. A pesar de que sólo ha habido la mitad de incendios que el año pasado, la superficie quemada ha aumentado notablemente este año. Demasiado para el gran plan de Nueva Democracia. En su lugar, quienes luchan contra los incendios son a menudo grupos autoorganizados de los vecindarios locales.

Aunque aún hay más de 100 incendios forestales activos en Grecia, el de Evros es el más peligroso y el más grande registrado en Europa desde hace años. La policía y el cuerpo de bomberos informaron de que los incendios fueron causados por los rayos de las tormentas. Sin embargo, Nueva Democracia juega la misma carta racista de siempre en estas ocasiones: culpar de todo a las personas migrantes, la misma gente a la que intentan dar cazan y obligan a esconderse en los bosques. Esto es útil. Culpar a las personas migrantes elude sus propias responsabilidades y los fallos del Estado. Los discursos hostiles hacia las personas migrantes crean más apoyo para implementar la política de “mano dura, pero justa” de Mitsotakis, el presidente del gobierno.

Esta política se ha cobrado la vida de 26 personas más. En la región de Evros se han encontrado sus cadáveres en los últimos días, y tememos que se produzcan más muertes. Hay más informes de que la gente que migra está rodeada por el fuego sin esperanza de ayuda por parte de las autoridades que siguen haciendo devoluciones en caliente a la gente de vuelta a Turquía, o fingiendo que no pueden localizarles. Sus técnicas de vigilancia sólo parecen funcionar cuando son útiles para hacer devoluciones en caliente.

El ministro de migración ha culpado cínicamente a las 26 personas migrantes de sus propias muertes, declarando que murieron como resultado de un “cruce ilegal”. Incluso para sus estándares, esto es caer muy bajo. Pero las cosas han ido aún a peor: mientras que los incendios siguen ardiendo, los políticos de extrema derecha están llamando a “sus milicias” para “hacer eso que saben hacer” con las personas en movimiento. Sus llamamientos han sido recibidos con entusiasmo.

Hace unos días se publicó en las redes sociales un vídeo de un hombre que afirmaba haber capturado a 13 personas en movimiento, acusándolas de iniciar los incendios. Junto con dos cómplices, secuestró a estas personas y las encerró en su caravana. En los comentarios del vídeo, la gente escribió que debían “ejecutarles o quemarles en el acto”.

Este secuestro no es nada nuevo. Es habitual que los hombres de uniforme griegos secuestren a migrantes en esta región, les desnuden, les roben sus pertenencias, les metan en la parte trasera de furgonetas y les lleven de vuelta a Turquía. Esta vez los secuestradores fueron detenidos, pero sólo para que la policía pudiera mantener su monopolio de la violencia contra las personas que se desplazan y, lo que es igualmente importante, su monopolio de los bienes que les roban.

Según las personas que viven en la zona, uno de los autores es bien conocido en la región por estar relacionado con las redes de tráfico y está estrechamente vinculado al partido de Nueva Democracia. Los secuestradores fueron detenidos y han comparecido ante el tribunal para una declaración inicial (απολογια) por los cargos de secuestro criminal, puesta en peligro al encerrar a trece migrantes en un zulo, todo ello con el agravante de motivación racista.

Han sido puestos bajo arresto domiciliario, a raíz de un “desacuerdo” entre la fiscalía y el juzgado de instrucción sobre la aplicación de la prisión preventiva. A pesar de sus detenciones, el Estado ha dado legitimidad a estas acciones, acusando a las personas secuestradas de provocar el incendio. Aunque las trece personas migrantes ya han sido puestos en libertad sin cargos, esa respuesta inicial de la fiscalía sirvió para avivar la el fuego en contra de la migración, contribuyendo a que se dieran más cacerías.

Los secuestradores fueron recibidos con simpatía por diputados y grupos de extrema derecha de todo el país. Paris Papadakis, diputado de Evros por Solución Helénica, es el presidente de la Asociación Ainisio Delta, un grupo de extrema derecha que se formó en 2020 para organizar ataques armados contra migrantes en la región de Evros. Afirmó en las redes sociales que los “inmigrantes ilegales” están “obstaculizando el trabajo de los profesionales” que estaban apagando los incendios (¿cómo demonios va a ser esto posible?) y llamó a los miembros de su asociación a “pasar a la acción”, declarando “¡Estamos en guerra, hombres!” Cabe mencionar, que no ha estado en el lugar de los hechos desde que estallaron los incendios, sino que estaba disfrutando de sus vacaciones.

Los medios de comunicación han echado más leña al fuego. Un periodista preguntó a un representante sindical de la policía en qué momento es legal tomarse la justicia por su mano. Como de costumbre, no dudan en deshumanizar a las personas en movimiento hasta el punto de que la pérdida de sus vidas ni siquiera cuenta. Tomemos como ejemplo a Alexandra Douvara en ERT News, que afirmó: “No hemos llorado la pérdida de vidas humanas aparte de esas 18 personas que murieron en los bosques de Dadia”.

Esta retórica ha dado en el blanco. Un grupo organizado por aplicaciones de chats de “cazadores migrantes” conocido como “Hooligans in action” escribe “A quien encuentres, mátales inmediatamente. No sientas pena por ellos. Conviérteles en cadáveres. Sólo así aprenderán”. Las personas locales de la zona organizan públicamente cacerías humanas. Un vídeo que circula por las redes sociales muestra a un hombre con uniforme militar diciendo a una multitud que busquen migrantes, pero que no lleven armas ni cuchillos (ya que el Estado no se lo permitiría), mientras un hombre de la multitud pregunta “¿pero podemos matarlos?”.

Ya hemos pasado por esto antes. Lo mismo ocurrió en marzo de 2020, pero el Estado griego hizo la vista gorda. No lo detuvo entonces y no lo detendrá ahora. En su lugar, estas narrativas permanecen latentes en la sombra, a la espera de resurgir y volver a explotar. Las políticas migratorias del Estado dependen mutuamente de estas narrativas, mientras que se ven reforzadas por ellas. Les mantienen con vida en el poder y les otorgan legitimidad. A la vez que la política migratoria griega eleva la radicalidad de sus propuestas, el Estado acoge las propuestas aún más radicales de los fascistas. La última vez que los grupos fascistas se tomaron la justicia por su mano, Nueva Democracia cedió a sus demandas aumentando las devoluciones en caliente, una guerra no declarada contra las personas migrantes que cedió a las demandas fascistas. Entonces, el Estado griego hizo en secreto lo que los fascistas estaban intentando en las calles. Ahora, tras años de aceptación silenciosa, los fascistas promulgan abiertamente las prácticas antimigrantes encubiertas del Estado.

Culpar a las personas migrantes de provocar los incendios es un intento deliberado de ocultar los fracasos del Estado. Que los fascistas pidan sangre y organicen patrullas públicamente sólo beneficia al Estado, al hacer que sus medidas parezcan al menos más moderadas en comparación.

Mientras tanto, los bosques seguirán ardiendo por falta de infraestructuras y la gente seguirá muriendo en ellos.

Pero no se equivoquen. Estos fascistas parecen tener visibilidad, al menos cuando actúan en grupo o detrás de la pantalla de sus ordenadores. Mientras sean útiles, cuentan con la protección y el apoyo del Estado. Pero esto no significa que se vayan a salir con la suya. Son múltiples las muestras de solidaridad con las personas afectadas por los incendios, las respuestas de emergencia autoorganizadas y el apoyo a las personas migrantes, especialmente con las 13 que fueron secuestradas. En pocos días se recaudaron fondos suficientes para su apoyo jurídico. No nos quedaremos de brazos cruzados ni dejaremos que los cobardes fascistas se salgan con la suya. Ni en Evros, ni en Grecia, ni en ningún otro sitio. Tarde o temprano, los cazadores serán cazados.

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