Alcorcón o Valdecarros, ¿Los nuevos Las Vegas?

Con el nuevo año vuelve a saltar a la actualidad mediática, después del parón electoral, el nuevo megaproyecto de moda, la construcción de un complejo de casinos, campos de golf, hoteles, centros de convenciones… de unas medidas descomunales. Se habla de millones de euros, de cientos de miles de puestos de trabajo, inversiones, turismo… Las posibles candidatas a acoger este proyecto serían Madrid o Barcelona, o más bien, sus poblaciones limítrofes o barrios de las afueras. Desde entonces hasta ahora, la bola ha ido creciendo. Se suceden las reuniones y las declaraciones de los/as  presidentes/as autonómicos y de los/as alcaldes/esas implicados/as. Parece que por ahora anda con ventaja la Comunidad de Madrid, pero el presidente catalán Artur Mas ya ha dicho que también entran en la carrera.

La idea es sencilla, se piensan invertir entre 15.000 y 18.000 millones de euros a diez años para la construcción de un megacomplejo con seis casinos, doce hoteles de lujo con 36.000 habitaciones, nueve teatros y tres campos de golf. Se prevén (no sabemos si mejor que previeron la crisis) la creación de más de 200.000 puestos de empleo entre trabajos directos e indirectos (y todo ello sin contar con los generados por la construcción de todo este tinglado). Para ello, el promotor de esta iniciativa, un magnate americano del juego, marca la senda, quiere construir un casino y con el dinero que éste genere ir levantando su proyecto completo, al que ya se ha denominado EuroVegas. Eso sí, de primeras necesita que el gobierno le avale ante el Banco Europeo de Inversiones para solicitar un crédito de unos 25 millones de euros.

Y cómo no, a los/as políticos/as (y a muchos/as otros/as) se les hace la boca agua. Se habla de los numerosísimos puestos de empleo que se generarían, del turismo que vendría y de las posibilidades de negocio. Aquí en Madrid, a las ya planteadas como posibles ubicaciones, Alcorcón y Valdecarros (Villa de Vallecas), ya se han lanzado otros ayuntamientos como el de El Molar, Leganés o Móstoles, y ya hay quien está pidiendo solicitudes de empleo. Eso sí, todo está en stand by hasta el posicionamiento claro del nuevo gobierno estatal, que tiene la última palabra en muchos de los cambios legislativos que este proyecto requiere; pues en eso se centrarán menos “nuestros/as” políticos/as, en las peticiones que ese han hecho en cuestión de regímenes fiscales, laborales o urbanísticos, o en las consecuencias a nivel social o ecológico de todo esto.

Bienvenido Mr. Adelson

Como si de una película se tratara, todo este revuelo y pomposidad viene de la mano de un anciano empresario estadunidense, Sheldon Adelson, que actualmente se encuentra entre las 20 mayores fortunas del planeta, según la revista Forbes, y toda ella proviene del negocio del juego. Este hijo de inmigrantes lituanos posee en la actualidad tres complejos de casinos en el mundo, uno en Las Vegas (EEUU), otro en Macao (China, siendo ésta la única ciudad del país en la que se permite el juego) y un último en la ciudad estado de Singapur. El complejo americano, Las Vegas Sands, fue su primer gran negocio, con el que hizo gran parte de su fortuna. Para hacer frente a la crisis decidió probar suerte en el mercado asiático, más boyante en estos momentos, y a partir de entonces, la marca Adelson recobró la pujanza perdida en EEUU y ahora la mayor parte de sus beneficios provienen de esta parte del mundo. Europa es su próximo paso.

Adelson puede considerarse como el máximo exponente del sueño americano, como ir ascendiendo desde lo más pobre de la clase trabajadora hasta alcanzar esa “gloriosa” posición de ricachón que ahora ostenta, pisando para ello a todos lo que haga falta. En la actualidad, como el sentido común (y las películas) nos marcaría, este hombre está implicado en numerosas investigaciones judiciales, tanto por tratos con el crimen organizado como por fraude, pero también era de esperar, estas suelen acabar en nada y, más aún, carecen de importancia cuando pones sobre la mesa tanto dinero como en este caso.

Lo mejor, las condiciones

«Si hay que hacer cualquier modificación que esté dentro de mis principios, se hará»

Con esta aclaratoria frase se expresó en su día la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sobre las condiciones que el señor Adelson ha puesto para que su proyecto de EuroVegas recale finalmente en nuestras tierras. La lista de condiciones es bastante larga, pero se pueden destacar algunas de las más significativas:

Condiciones laborales: en este ámbito, las principales propuestas son la de “relajar” el Estatuto de los Trabajadores reduciendo la rigidez del los convenios colectivos –en esto ya se le ha adelantado el PP- y la de que se le otorgue a EuroVegas una exención en el pago de las cuotas por trabajadores a la Seguridad Social de dos años y una rebaja del 50% en los tres siguientes.

-Urbanismo e infraestructuras: por este lado, Adelson ve imprescindible que se realice una conexión directa del complejo de casinos con el AVE, el aeropuerto y las principales carretas de la región (en el caso de Madrid, con la M-30,40 y 50). Igualmente requiere una cesión del suelo público de la zona sobre la que se levante su proyecto, la reubicación en otro lugar de todas las viviendas protegidas cercanas, el enterramiento de las redes de suministro de agua, gas y electricidad, y, en el caso de algunos de los posibles lugares de construcción en Madrid, que se acabe con ciertos asentamiento de la Cañada Real Galiana y se mueva de sitio el vertedero de Valdemingómez –el mayor de España-.

-Fiscalidad, ayudas y otras leyes: las ventajas que EuroVegas “reclama” en materia fiscal son impresionantes, y van desde clausulas de no competencia, licencias sin concurso, generación de una zona franca exenta de IVA, menor control aduanero o el no pago de impuestos sobre el juego, la construcción y patrimoniales. También le interesa suavizar las leyes contra el blanqueo de capital o aquellas que dificultan las grandes apuestas -donde realmente está el dinero-. En cuanto a las ayudas, se pide la financiación de gran parte de la formación a trabajadores y de las medidas en materia medioambiental que se deban aplicar para cumplir las normativas vigentes. Otros cambios que propone son que se permita la entrada en los casinos de menores y ludópatas o que se deje fumar en recintos cerrados.

Ante semejantes peticiones, indispensables según Adelson para la viabilidad del proyecto (en esto le damos la razón, es bastante más fácil hacer dinero así), nadie, a excepción de Esperanza Aguirre, se atreve a dar públicamente un buen espaldarazo a la propuesta; sin embargo, las reuniones prosiguen, cada pocas semanas se habla de un nuevo encuentro con el magnate estadunidense y se vuelve a poner el tema sobre la mesa.

Capitalismo sin complejos

“Es un rayo de luz en estos momentos de oscuridad”

Al contrario, nuevamente, de lo opinado por Esperanza Aguirre, para nosotros este nuevo megaproyecto no representa ningún rayo de luz, sino más bien una nueva muestra de que todo esto es un despropósito. Con la llegada de la crisis, todo vale si se nombran las sacrosantas palabras “puestos de empleo”, poco importan las condiciones de mierda de estos nuevos curros, poco importa si con todo esto le da alas al blanqueo de dinero de alto standing o si esas mismas mafias –legales o ilegales- que trafican con sexo sacan grandes beneficios. A nadie le parecerá indeseable promocionar un sector que tantas desgracias sociales y médicas produce. Nadie se preguntará qué tipo de ocio es este que nos tratan de vender.

Más aún, ¿De esto nos estaban hablando cuando dijeron que ante la crisis era necesario cambiar el modelo productivo sobre el que se levanta nuestra economía? La verdad que el cambio es poco susceptible, cambiamos ladrillo y turismo por ladrillo, turismo y juego, lo dicho el cambio no es muy grande, y encima a peor.

Para acabar, nos parece que se resume bastante bien esta situación en estas palabras escritas desde Alcorcón y de las que reproducimos una parte:

Todos los obstáculos legales que impiden su implantación han de ser superados, puesto que una oportunidad así no ocurre todos los días…o dicho en palabras del alcalde de Leganés: ‘habría que ser muy obtuso’ para darle la espalda al proyecto, que no sólo crearía innumerables puestos de trabajo, sino que redundaría en beneficios para todxs.

Y es que no se pueden poner objeciones a la senda del progreso. De lo contrario, seremos tildados de <<antiguxs>>, <<cutres>>, <<trasnochadxs>> y de anteponer nuestro ‘egoísmo irracional al bienestar de la mayoría’. La crisis que padecemos en todos los ámbitos exige determinación. No hay que mirar hacia atrás –ni hacia los lados, hay que seguir la vereda que se presenta ante nuestros ojos y aprovecharla. El ritmo acelerado del mundo globalizado nos lo exige, y si no estamos en constante movimiento y renovación, será otrx el que se lleve el gato al agua.

No importa qué es lo que se cree ni bajo qué condiciones se materialice. En el caso de Alcorcón, no importa que se urbanice lo que queda del municipio. No importa que se convierta en una megapoblación de más de 250.000 habitantes. No importa que ya se disponga de los centros comerciales más lucrativos del estado, ni importa que se fomente el uso del vehículo privado y la ejecución de más carreteras para llegar hasta ellos. Las soluciones a los problemas siempre se encuentran adelante, de acuerdo con la fe en el ‘progreso continuo’ de la humanidad, que más que una ‘progresión’ parece una huida. Según esto, no debería inquietarnos de dónde saldrán los recursos energéticos y naturales para abastecer los casinos, campos de golf y lupanares encubiertos, ni para mantener el ritmo normal de una ciudad con la población de Alcorcón: seguro que en un futuro próximo encontraremos algún invento para solventarlo…vivimos en la inmediatez, la velocidad está inscrita en nuestra mentalidad: es pan para hoy y hambre para mañana.

Resulta contradictorio que se empleen los mismos medios que nos han traído hasta donde nos encontramos como receta para resolverlo todo. Es curioso que se hayan adoptado recientemente medidas económicas que dicen perseguir el fraude fiscal y evitar la evasión de capitales, y por otro lado, estas medidas se complementen con la creación de ‘islas’ que se salten la legislación tributaria y que pasen por alto el blanqueo de dinero. Pareciera que para resolver una cosa mal hecha haya que reincidir en ese mal pero multiplicando sus efectos. Según este principio, ante las dificultades para poder acceder a una vivienda, debemos construir más casas que tampoco podamos pagar; ante la falta de espacios donde poder encontrarse y comunicarnos, seguiremos creando ciudades hechas para aislar y atomizar a las personas; y ante un mercado laboral totalmente flexibilizado, lo resolveremos lanzando nuevos puestos de trabajo aún más precarios y con menos garantías de ningún tipo. Porque ante todo, el fondo de la cuestión parece reducirse a la creación de 200.000 puestos de trabajo –que según se estima reduciría a la mitad el paro de la región de Madrid, excusa ésta que lo justifica absolutamente todo. Condiciones laborales a la medida de la empresa, movilidad geográfica y disponibilidad horaria total, salarios irrisorios, contratos por minutos…No es una broma macabra ni un futuro apocalíptico y lejano. Es el presente, es lo que nos espera.

Se puede acceder al texto completo en el siguiente enlace: www.bibliotecalarevoltosa.wordpress.com/2012/02/25/de-casinos-depredacion-y-mendicidad-asalariada/

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