Una aproximación al Conflicto Sirio

Siria, como Libia, supone desde hace ya tiempo una de las caras más amargas de la llamada primavera árabe. El país ha acabado sumido en una guerra entre las Fuerzas Armadas Sirias y los grupos armados que se oponen al gobierno de Bashar Al-Asad. Por mucho que entendamos el proceso de la primavera árabe como un levantamiento de los pueblos árabes oprimidos, no podemos explicar el caso sirio desde esta perspectiva (o no solo). A las protestas legítimas contra el régimen Al-Asad se sumaron desde el primer momento acciones armadas destinadas a desestabilizar el país, financiadas por potencias extranjeras como EEUU, Francia y Gran Bretaña.

En el caso de Siria, con la importancia geoestratégica de la región (país clave en la conducción de petróleo) los cambios en el ejercicio de poder en la zona como resultado de la emergencia popular afectan de manera decisiva a las relaciones de poder mundiales. Todos los actores (internos y externos) han movido sus cartas en esta partida.

La intervención en Siria no sigue un esquema simplista. A nivel internacional algunos hablan de dos bandos (Rusia, Irán, China y el gobierno de Al-Asad en contra de EEUU, Francia, Gran Bretaña, Qatar y Arabia Saudí) pero lo cierto es que entre los actores de un mismo bando también existen importantes divergencias y enfrentamientos. Por lo mismo tampoco es cierta la idealización que sitúa al gobierno de Al-Asad como parte de un bloque antiimperialista (más bien nos encontraríamos ante un enfrentamiento entre potencias imperialistas de distinto signo). Por último, aunque se mezclan motivos étnicos y religiosos (alauíes, chiíes y cristianos contra suníes) no basta esto para determinar que se trate de una auténtica guerra civil, ya que buena parte de los rebeldes no son otra cosa que mercenarios a sueldo.

El objetivo de este artículo es arrojar un poco de luz sobre lo que está pasando en Siria y los intereses geopolíticos que intervienen en el conflicto. Y para ello analizaremos qué actores intervienen en la guerra en Siria.

El gobierno de Al-Asad

La familia Al-Asad es alauita (una vertiente del chiísmo) que es una minoría en Siria a diferencia de los sunitas, mayoría en el país. El padre de Bashar Al-Asad, Hafez Al-Asad, reprimió revueltas sunitas generando matanzas como la Masacre de Hama. Durante su gobierno, Hafez buscó acercamientos con las URSS y luego se alió con Egipto en la Guerra de Yom Kippur contra lsrael.

Bashar Al Asad, al igual que su progenitor, tiene orígenes militares y forma parte del Partido Baath Árabe Socialista, que se mantiene en el poder desde 1963. Las élites sirias, formadas por el partido Baath, junto a los militares y la burocracia estatal, respaldaron la candidatura de Bashar al poder en 2000. Desde entonces se ha mantenido en el poder gracias a una política diversa que le ha permitido blindar su república hereditaria.

A nivel de interior, la política de Bashar Al-Asad puede considerarse aperturista y liberal en lo económico. El 10º Plan Quinquenal del gobierno de Bashar al-Asad para los años 2005-2010 fue alentado por Estados Unidos y la Unión Europea. Los objetivos de este plan son típicamente neoliberales: bajos niveles de inflación, privatizar las empresas estatales, revisar los subsidios, liberación gradual de los precios y los mercados y apertura de las fronteras al comercio (reducción o eliminación de impuestos aduaneros y aliento a la inversión extranjera).

Es cierto que el aperturismo económico no vino acompañado de mayores libertades públicas. El nivel de represión no ha disminuido durante los años de gobierno de Al-Asad. El constante estado de emergencia, las leyes marciales y la falta de pluralismo político marcan la sociedad siria. La minoría kurda, comunidad étnica no árabe que representa el 10% de la población, sufre un notorio ostracismo político, social y económico. El Partido de la Unión Democrática (que reclama “el levantamiento de las barreras a la lengua y la cultura kurdas y el reconocimiento de la existencia de la nacionalidad kurda dentro de la unidad del país”) es ilegal y sus miembros son constantemente encarcelados.

A nivel de política exterior, sus alianzas con Irán, Hezbolá y Hamás han mantenido su componente nacionalista árabe. Siria apoyó a Hezbolá cuando Israel emprendió una guerra contra la milicia en el sur del Líbano. Fruto de estas alianzas, que la enfrentan a Israel, el gobierno de Al-Asad encuentra hoy en Occidente defensores que le sitúan como parte de un frente de resistencia antisionista y antiimperialista. Si bien es cierto que ha logrado mantener estas alianzas a pesar de las presiones de Occidente, esto no puede ocultar la imposición de un estado policial a la población siria, ni el impulso del gobierno a las políticas económicas del neoliberalismo, siempre en defensa de los intereses de las élites sirias, que mantienen a un tercio de la población siria bajo el umbral de pobreza.

De cara al actual conflicto, podemos nombrar a Irán, Rusia y China como los principales aliados económicos y militares del país. Rusia posee una base militar en Siria fuertemente armada. Irán, a través de Hezbolá en Siria, puede mantener amenazado a Israel. Con todo, el apoyo de Irán, Rusia y China al gobierno de Al-Assad presenta distintas intensidades y formas.

La oposición armada siria

El Consejo Nacional Sirio (CNS) fue la primera institución que se creó con el objetivo de aglutinar a la oposición. Apoyada en su momento por Turquía, Egipto, Qatar y Hamas tenía una fuerte presencia de los Hermanos Musulmanes (HM) en su seno. Excepto Turquía, el apoyo del resto de actores se ha puesto en duda con la caída de los HM en Egipto y la transferencia de poder en Qatar. Esto dio como resultado una pérdida significativa del poder de los HM en la región (algo celebrado en principio por el gobierno).

Otra institución aglutinadora de la oposición es la Coalición Nacional de las Fuerzas Revolucionarias y de Oposición Sirias (CNFROS). El motivo oficial de su creación es que el CNS falló en su objetivo de controlar las tropas en el terreno, aunque como motivo de fondo se encuentra la desconfianza que los HM (que dominaban el CNS) generan tanto en Arabia Saudita como en Estados Unidos. La CNFROS ocupó el lugar de Siria en la reunión de la Liga Árabe que tuvo lugar el 26 de marzo pasado y fue reconocida como la representante legítima del pueblo sirio por 120 Estados y organizaciones (Estados Unidos, la Unión Europea, Turquía, la Liga Árabe y el Consejo de Cooperación del Golfo entre otros). Las disputas en el interior de la CNFROS reflejan las existentes entre Qatar y Arabia Saudita y los pesos relativos de uno y otro Estado en el manejo del conflicto. Cuenta con el apoyo del Ejército Sirio Libre (ESL) pero no de otras agrupaciones armadas que están combatiendo en el terreno, como el Frente Al-Nusra.

Respecto a las tropas opositoras en el terreno, la más importante (aunque no la más numerosa) es el ESL. Fue formado en agosto de 2011 por desertores del ejército sirio que se asentaron en Turquía. A pesar de lo que indica su nombre, el ESL no es un grupo homogéneo, sino que existen varios hombres que son proclamados o se proclaman como líderes del mismo. Para ponerle fin a esta situación, en diciembre de 2012 se formó, con el apoyo de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Arabia Saudita, Qatar y Turquía, el Comando Supremo Militar. Su objetivo es centralizar el mando y la coordinación de las operaciones.

Entre los grupos armados nucleados en torno de una identidad religiosa, se encuentran el Frente Al-Nusra y el Frente Islámico Sirio. En cuanto al primero, designado por Estados Unidos como una organización terrorista, se trata del frente de este tipo más poderoso del país y fue fundado con la ayuda de Al-Qaeda en Irak. Respecto al segundo, es un frente que incluye distintas agrupaciones salafistas que están luchando en Siria.

Los enfrentamientos entre los opositores al gobierno sirio no se reducen a aquéllos existentes entre el Frente Al-Nusra, con vínculos con Al-Qaeda, y el Ejército Sirio Libre (ESL). Como ya se ha mencionado, existen también divergencias entre los socios de la Península Arábiga: Arabia Saudita y Qatar. Mientras que Riad apoya a unos, Doha hace lo propio con otros. Sus aliados más cercanos también difieren: en el campo saudí pueden ser colocados, aunque también con diferencias, Estados Unidos y Jordania; en el qatarí, Turquía y (hasta la caída de los Hermanos Musulmanes) a Egipto y sus aliados de Hamas.

Como también se ha comentado, esta tensión entre países del Golfo podría verse aliviada por la renuncia del ex Emir de Qatar, Hamad bin Khalifa Al-Thani, y la llegada al poder de su hijo, Tamim bin Hamad Al-Thani. Sin embargo, entender las causas y consecuencias de la transferencia de poder en Qatar excede los objetivos de este artículo.

El papel de los revolucionarios y las minorías kurdas

La primavera árabe en Siria, como en el resto de países donde se vivió este proceso, tuvo un importante componente de levantamiento de los pueblos oprimidos contra gobiernos autoritarios. A darle esa dimensión revolucionaria a las protestas contribuyeron múltiples actores, entre ellos las minorías kurdas y libertarios como Omar Aziz.

Este último, que regresó a Siria desde el exilio en los primeros días de la revolución siria, publicó un documento de reflexión sobre los Consejos Locales. Establecía a estos como el foro en el cual gente de diversas culturas y diferentes estratos sociales podrían trabajar juntos para conseguir tres objetivos principales: controlar sus vidas independientemente de las instituciones y órganos del estado, proveer el espacio para habilitar la colaboración colectiva de las personas, y activar la revolución social a nivel local, regional y nacional.

Durante los primeros compases de la revolución, los revolucionarios trabajaron por llevar a la vida diaria los valores que se esgrimían en las protestas contra el gobierno. Múltiples iniciativas surgieron por todo el país: servicios de emergencias médicas y legales voluntarios, conversión de casas en hospitales de campaña, distribución de cestas alimentarias a la población…

La principal forma de organización revolucionaria ha sido el desarrollo de los tansiqiyyat, comités locales establecidos en barrios y pueblos por todo el país. Un ejemplo de esto son los esfuerzos en Yabroud (un suburbio de Damasco) para organizarse sin estado en octubre de 2012. Algunos comités locales eligieron representantes como en Kafrandel Idlib, donde un comité de representantes electos crearon su propia constitución en diciembre de 2012.

En las ciudades y los distritos se establecieron consejos revolucionarios llamados majlis thawar. Son la principal estructura civil administrativa en áreas liberadas del Estado, y también en algunas áreas que siguen bajo control estatal.

Han surgido varios grupos coordinadores para entrelazar el nivel regional y el nacional, aunque la mayor parte de la actividad es a nivel local. Ninguno de estos grupos representa la totalidad de comités y consejos locales. Además varían en sus estructuras orgánicas y su nivel de relación o rechazo con la oposición, puesto que algunos consejos incluso han caído bajo el control de fuerzas reaccionarias.

Para más información sobre la actividad de los grupos revolucionarios y sus formas de organización se puede leer en internet el siguiente artículo en alasbarricadas.org, de donde hemos extraído esta información: www.alasbarricadas.org/noticias/node/26064

Respecto a las minorías kurdas, estas participaron desde un primer momento en las protestas revolucionarias, pero fueron marginadas por la oposición. Durante el comienzo de la guerra, la minoría kurda en Siria adoptó una posición contra Al-Asad y también contra la oposición siria. En palabras de Asia Abdula, una de las líderes del Partido de la Unión Democrática (PYD), principal partido del kurdistán occidental: “Nuestra propuesta desde un principio era la de una revolución pacífica y nuestra posición la de la autodefensa. Desde el 19 de julio de 2012 controlamos nuestras áreas a pesar de los problemas puntuales como en Qamishlo o en Serekaniye. Sufrimos a los Assad durante décadas y la oposición nos ha dado la espalda por lo que ningún kurdo del oeste permitirá a nadie de fuera interferir en nuestras propias decisiones.” Asia se expresaba así en una entrevista a Gara que merece la pena consultar: www.gara.naiz.info/paperezkoa/20130727/415217/es/El- Siria-es-caos-controlado.

Efectivamente en julio del 2012 milicias kurdas expulsan a las fuerzas del gobierno de los pueblos del norte de Siria y desde entonces se encargan de la defensa y administración de la zona de manera autónoma. Eso les lleva a convertirse en un actor propio dentro del conflicto sirio.

Probablemente en un intento por no abrir más frentes de lucha y asegurarse aliados en el norte, el gobierno de Al-Asad acepta tácitamente el control kurdo sobre la zona declarada autónoma. Los kurdos niegan entonces la entrada de fuerzas del Ejército Libre de Siria en la región dominada por sus milicias, estableciendo una política de autonomía contraria tanto al gobierno sirio como al papel de la oposición mercenaria. En la autonomía de estos territorios, además de kurdos también colaboran árabes y cristianos. El PYD apuesta por una sociedad laica.

La oposición siria durante este tiempo ha atacado repetidamente los territorios autónomos kurdos, registrándose enfrentamientos con el frente Al-Nusra (cercanos a Al Qaida). La crítica a la extracción de recursos naturales de la zona que realizan los kurdos también les enfrenta a EEUU. Del mismo modo dan una importancia sorprendente a la lucha antipatriarcal y al papel de la mujer. De nuevo en palabras de Asia Abdula: “Son dos revoluciones simultáneas: la de nuestro pueblo y la de la mujer.” Así, se encuentran en una posición revolucionaria de crítica tanto al capitalismo occidental como al islamismo.

Las relaciones de los kurdos en territorio sirio con el Partido Democrático del Kurdistán, que gobierna en los territorios kurdos de Irak, son confusas. Viene de lejos el conflicto entre Barzani, lider del PDK, partidario de la creación de un estado kurdo y los kurdos partidarios del confederalismo democrático, proyecto político del PYD y del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Barzani ha impedido durante meses la entrada de kurdos por la frontera con siria, aunque finalmente parece decidido a apoyar a los kurdos en Siria enviando recursos y, quizá, abriendo la frontera.

Las fuerzas internacionales en el conflicto sirio

Respecto a los países que colaboran con la oposición: Turquía facilita el paso de armas y tropas de la oposición siria por su territorio. Francia y EEUU entrenan a tropas en este país. Turquía junto con Qatar ha financiado a los HM sirios. EEUU, además de aprobar en el congreso armar a la oposición Siria, ha desplegado sus tropas en Jordania. El problema de EEUU ya no es si armar o no armar abiertamente a los grupos opositores, sino cómo hacerlo de modo tal que no sean beneficiados los sectores yihadistas, contrarios por lo demás a sus intereses y los de Israel. La CIA también facilita la compra de armas de la oposición siria, financiadas por Arabia Saudí. Israel es el único país que aún se resiste a declararse firme partidario de la oposición, por cuestiones políticas (el apoyo de Israel a la oposición generaría rechazo entre los apoyos árabes a esta). A pesar de ello ha bombardeado instalaciones militares del gobierno sirio.

Entre los aliados de Al-Asad se encuentran, además de las milicias de Hamás y Hezbolá, los Estados de Irán, Rusia y China. La acción económica de estos tres actores es lo único que ha permitido al gobierno sirio evitar una crisis que le impediría mantener a sus tropas. En el caso de Irán, el gobierno sirio es el único aliado árabe que le queda en la zona, por lo que lo ha apoyado con financiación y tropas sobre el terreno. Rusia también ha actuado en favor de su único aliado árabe entregando misiles antiaéreos al ejército de Al- Asad y abogando por una salida negociada al conflicto en instancias internacionales. El apoyo chino ha sido más tibio. En el Consejo de Seguridad ha mantenido la misma posición que Rusia, negándose a apoyar una resolución de este contra el gobierno de Al-Asad. También ha denunciado contactos de la oposición siria con los grupos que señala como desestabilizadores de su región de Sinkiang.

Extraído de www.regeneracionlibertaria.org

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