155

Autor: Agustín Comotto. Editorial Nórdica Libros. 270 páginas. Octubre de 2016

 

Ushuaia, Tierra del Fuego. Al sur del mundo, casi al final, junto al mítico Cabo de Hornos. Allí comienza esta historia, o al menos parte de ella. A miles de kilómetros nos encontramos la aldea rusa (actualmente parte de Ucrania) de Stepanitz, el otro punto de partida. El nexo de unión entre tan distantes parajes es doble, por un lado, la violencia y la barbarie, ya sea la que se desprende de las heladas y deshumanizadas jaulas del penal de Ushuaia, o la que acompaña a uno de los cientos (o miles) de pogromos en los que se atacó, robó y asesinó a población judía en el este de Europa entre finales del siglo XIX y principios del XX. Por el otro, un hombre, aunque con dos nombres, Simón Radowitzky para unos, Shimele Radowitzky para otros.

A partir de ahí comienzan a desplegarse las viñetas que dan forma a la vida de este hombre. Una historia real, aunque novelada, en la que seguiremos los pasos del anarquista ruso de origen judío que entró en los libros de historia de la mano del asesinato del jefe de policía de Buenos Aires, Ramón Falcón, responsable de la sangrienta represión del 1º de mayo de 1909 (Semana Roja). Un recorrido vital errante, de constantes viajes, fugas y exilios, que arranca en una de las muchas aldeas de mayoría judía del oeste del imperio ruso, en una familia pobre, para un chaval que ya desde pequeño conoció la violencia, la migración forzosa y el trabajo en talleres y fábricas. En este contexto comienza su militancia anarquista, en medio de la pujante (y derrotada) revolución rusa de 1905, la que vio nacer los primeros soviets de trabajadores. De ahí al exilio, al otro lado del mundo, a Buenos Aires, al centro de otro movimiento obrero combativo, y de ahí a Ushuaia. Un viaje que debía ser sólo de ida. Más de dos décadas de presidio en el fin del mundo, más de dos décadas de torturas y humillaciones, acompañadas desde fuera de una campaña de apoyo a Simón casi sin precedentes.

Y lo que debería haber sido el final, se convirtió en el principio de un nuevo periplo, un nuevo viaje para un más que cascado luchador, un viaje de ida y vuelta entre Europa y Latinoamérica. Uruguay, la España revolucionaria, el nuevo exilio francés y de vuelta a México. Una vida sin descanso, una vida en lucha por sus ideales, sin importar unas fronteras en las que nunca creímos.

Más allá de todo esto, algo muy destacable de esta obra es el gran trabajo de documentación realizado por Comotto, que nos trasporta por medio mundo de la mano de Simón, recorriendo algunos de los puntos geográficos claves para entender los grandes hitos del movimiento obrero revolucionario del primer tercio del siglo XX. Todo ello, acompañado al final de la obra con las biografías de algunos de los personajes más importantes que aparecen en el libro, así como una bibliografía muy recomendable.

A un nivel técnico, 155 destaca (al menos desde mi gusto y perspectiva) por un nivel gráfico muy compacto y elaborado, con un dibujo muy detallista, todo en blanco y negro, con un único color que rompe la paleta de grises, el rojo, el que marca los momentos más duros de la historia, cuando la violencia se hace más explícita. Sin más, una novela gráfica muy completa.

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