Crisis y racismo. El inmigrante como chivo expiatorio

En tiempos de crisis, el conflicto de intereses entre la clase trabajadora y la clase capitalista se hace aun más evidente. Tanto es así que ahora nos encontramos en un punto donde cada vez son menos las personas capaces de negar que este sistema político y económico beneficia principalmente a un sector muy reducido de la población. Teniendo en cuenta este hecho, que el actual status quo se mantenga prácticamente inalterable, que los conflictos de clase no se extiendan, requiere de diferentes estrategias a desarrollar por parte de aquellos/as que tienen el Poder.

Un clásico en tiempos difíciles ha sido el uso de un chivo expiatorio. El elegido en esta ocasión para pagar los platos rotos es la población migrante.

En Grecia y en España, pero en menor medida, la clase política no se ha cortado ni un pelo, con declaraciones más propias de políticos alemanes de los años treinta que de supuestos demócratas, como las realizadas por Ana Mato, ministra de Sanidad, donde aseguraba que “la tarjeta sanitaria (y por tanto, la atención médica dentro del Sistema Nacional de Salud) es para los españoles”, o las palabras del ministro griego de Orden Público que calificaba como “invasión histórica” la actual situación en el Estado griego.

Representados como una carga económica para el país, como un pozo sin fondo donde van a parar los escasos recursos del Estado, los/as inmigrantes tienen que cargar además, con unos tópicos ya tristemente “clásicos” (que si son responsables del aumento de la delincuencia, del paro de la población autóctona, etc.) que realmente son fácilmente desmontables al observar las estadísticas y datos reales. Todo patrañas, pero de fácil calado entre la población.

Por ello debemos mantenernos alerta y críticos/as para desestructurar el discurso racista, porque “la división de los de abajo es una garantía de que la rabia de la gente no se volverá de una manera eficaz contra los verdaderos responsables de las desigualdades sociales, o sea, los capitalistas locales y extranjeros”.

A continuación, hacemos mención a dos noticias de especial gravedad relacionadas con el tema en cuestión.

Operación Zeus Xenios o la hospitalidad del calabozo

Hace unos días se realizó en el centro de Atenas y en la provincia de Evros (frontera con Turquía), una gran operación policial «de control, detención y deportación de extranjeros ilegales». Bueno, la “opinión pública” ha picado el cebo desde hace mucho tiempo: los “extranjeros” son responsables de todo: del desempleo, la delincuencia, el virus del Nilo occidental, la tuberculosis, las deficiencias en los hospitales (lo había dicho Loverdos, un ministro del gobierno anterior, y lo anda reproduciendo toda la chusma fiel al Régimen), la difícil situación económica de la Compañía de Electricidad. […] Hace mucho que hemos sobrepasado los límites de la inversión de la realidad. Los gobernantes ya están bromeando abiertamente: ¿de qué otra manera se podría interpretar la denominación “Zeus Xenios” propia de una parodia, empleada para una operación de detención de inmigrantes? […] La historia lo ha demostrado: la violencia, la arrogancia, el despotismo y el sarcasmo son las armas de los soberanos siempre que se sienten inseguros y débiles. La historia lo ha demostrado: la solidaridad de los de abajo les arrasará como una dulce venganza”.

Durante el fin de semana del 4 y 5 de agosto, el Estado griego dio comienzo a una ofensiva contra la población extranjera. La operación cínicamente llamada Zeus Xenios (Xenios significa “hospitalario, amigo del extranjero”) en la que participaron miles de policías, finalizó con la detención de hasta 6.000 personas documentadas e indocumentadas, de las cuales unas 1.600 han sido o serán deportadas. Este pogromo, sin precedentes, no se limitó exclusivamente a la realización de detenciones masivas en la calle, sino que fue acompañado de redadas en casas, tiendas y lugares de reunión de inmigrantes; humillaciones y palizas; etc. Los/as detenidos/as fueron trasladados a varios campos de reclusión, montados unos días antes, así como a dos Escuelas de Policía.

Según diferentes colectivos, la fecha elegida no es para nada casual pues esta acción “se trata de la distracción racista más vil de un gobierno que está preparando un nuevo memorándum, con fuertes recortes que van a sembrar pobreza y miseria, con el cierre de hospitales, guarderías y escuelas, con reducciones en salarios y pensiones, con recortes en gastos sanitarios, con el saqueo de la riqueza pública y de las instituciones públicas, y con su venta a particulares”.

No es un accidente, es el inevitable final de la ideología racista

A ti que de repente quieres que “se limpie el país”, que se repartan alimentos “sólo a los griegos”, después de haberles chupado la sangre a los jornaleros inmigrantes en el campo, en las fábricas, en las obras públicas, así como en tu propia casa, pues era el inmigrante quien le limpiaba la mierda a tu madre minusválida, mientras te creías un santo por concederle tres horas libres cada domingo. A ti que tratas como enemigos a los izquierdistas y a los anarquistas, pero nunca te pusiste a leer que diablos quiso decir ese Malatesta o ese Marx, o Emma Goldmann, sino que desde que te conoces a ti mismo lo único que haces es reproducir las chorradas trilladas de la extrema derecha sobre “anti-griegos”, “sucios”, etc. De verdad, ¿quién odia el país en el que ha nacido? ¿Él que lleva años luchando en las calles por derechos humanos, libertades, igualdad y justicia, o él que en cuyo sofá se han formado charcos de tanto sentarse a ver porno y programas de telerrealidad?”.

El domingo 12 de agosto, con la Operación Zeus Xenios aun en marcha, un iraquí de 19 años fue asesinado por cinco personas que le atacaron con palos y cuchillos. Este ataque, completamente organizado y premeditado, pues minutos antes, en zonas próximas, otros/as inmigrantes fueron atacados/as bajo el mismo modus operandi, no fue el único que se produjo ese fin de semana: en la isla de Creta, jóvenes griegos/as atacaron a grupos de paquistanís. Además, la semana anterior, también en Creta, cuatro trabajadores indios que esperaban el autobús al amanecer para dirigirse al tajo, fueron salvajemente golpeados. Ante esta situación, los/as inmigrantes de esta zona solicitaron a través de una carta abierta, remitida a los medios de comunicación, protección a la población, denunciando la complicidad de la policía con estos ataques racistas. Hecho, que no debería sorprendernos teniendo en cuenta que, según el diario burgués To Vima, el 50% de los/as agentes votó al partido neonazi Aurora Dorada en las pasadas elecciones, y que, en estos últimos meses, se han producido actuaciones conjuntas entre policías y fascistas en manifestaciones y redadas.
La respuesta al asesinato no se hizo esperar. A las horas de conocerse la noticia, un artefacto incendiario explotó en la sede central de Aurora Dorada. También se realizaron manifestaciones y otros actos de protesta.

Para ir terminando

Aunque es indiscutible que la situación en Grecia es de mayor gravedad, aquí debemos mantenernos atentos/as. A partir del 1 de septiembre, entrará en vigor la reforma sanitaria que deja sin atención médica a aproximadamente unas 150.000 personas por la única razón de carecer de ciertos papeles, una medida claramente racista, que junto con otras medidas del Estado como los controles indiscriminados, los CIEs, etc., evidencian que estamos ante una clase política que tan sólo ve números y cuentas a cuadrar, obviando el drama personal que se esconde tras cada detención, tras cada deportación, tras cada tratamiento médico denegado, tras cada identificación por parte de unos policías rebosantes de testosterona y chulería, etc.

Por ello la lucha contra el racismo debe ser asumida por todos/as, porque no se reduce exclusivamente al enfrentamiento callejero entre neonazis y antifascistas, sino que es algo más amplio, porque “no se trata simplemente de una “confrontación entre dos extremos” sino entre dos mundos enteros: del mundo del totalitarismo, el militarismo, la uniformidad, el odio, la imposición sobre los débiles y la sumisión a los poderosos, y del mundo de la igualdad, la solidaridad, la autogestión, la autonomía, la liberación individual y social. Esta confrontación concierne a toda la sociedad. El fascismo no es algo que se manifiesta de la noche a la mañana. Prepara las conciencias de una manera metódica. No viene del futuro. Está aquí, ante nuestras puertas, se alimenta de la crisis, y al tiempo se aprovecha de la indiferencia de todos. El silencio es complicidad”.

Los textos intercalados en la noticia son extractos de panfletos repartidos en Grecia que han sido traducidos y colgados en la red por el proyecto contrainformativo www.verba-volant.info.

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5 comentarios en «Crisis y racismo. El inmigrante como chivo expiatorio»

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