Contra su represión, solidaridad. Sobre la detención de cinco anarquistas en Barcelona.

Probablemente no sea nueva para quien lea estas líneas la noticia de cinco anarquistas detenidas/os el pasado 13 de noviembre en Barcelona. Por desgracia hemos podido verlo, leerlo y escucharlo en más medios de comunicación de los que desearíamos. En cualquier caso, queremos hacer un breve repaso a lo ocurrido antes de compartir algunas reflexiones sobre ello.

Primero, la detención: decenas de antidisturbios controlando la zona mientras fuerzas especiales con chalecos antibalas y armadas hasta los dientes invaden la casa, arrestan a las cinco personas y buscan como locos/as explosivos y cualquier tipo de prueba, encontrando material tan incriminatorio como cerillas y propaganda anarquista.

Después, las acusaciones: pertenencia a organización terrorista, concretamente a un tal Comando Mateo Morral, supuestamente responsable también del atentado a la catedral de La Almudena en Madrid (algún nombre y algún atentado había que ponerle a la “organización terrorista” para que lo fuera, que si no lo es, un delito menos…), estragos (por los daños provocados a cinco bancos de madera en la explosión de una bomba en la Basílica de Pilar de Zaragoza), y tentativa de estragos (por los supuestos planes para un atentado al Monasterio de Montserrat en Barcelona). De ahí, el traslado a Madrid y su aislamiento durante cinco días hasta declarar el 17 de noviembre en la Audiencia Nacional ante el juez Eloy Velasco, quien decreta prisión provisional para dos de estas personas, Francisco y Mónica.

Entretanto, la puesta en marcha – y a todo gas- de la maquinaria mediática. Se difunden las imágenes de la espectacular detención, se hacen públicos los nombres y rostros de los/as detenidos/as, aparecen por doquier titulares a cada cual más delirante, desde el morboso “El bombazo de ‘Cariñoso’ y ‘Moniquita’” (El Mundo, 17 noviembre) hasta el lamentable “El terrorismo ácrata copia a Al Qaeda” (El País, 17 noviembre). Brotan las teorías de conspiración mundial, haciendo hincapié en el origen extranjero de las cinco personas detenidas y en la vinculación de dos de ellas con el “caso Bombas” en Chile. Poco importa que tras ser juzgadas fueran halladas inocentes y absueltas, con tirar la piedra es suficiente, y cuando se trata de un bombardeo continuo de piedras de este tipo, se puede llegar a conseguir el efecto deseado.

Y es que toda esta histeria mediática no es casual, responde a un objetivo y difunde un mensaje claro: los/as anarquistas son el nuevo (viejo) enemigo, una temible amenaza dirigida contra la democracia y contra el orden. Un enemigo interno que era necesario recuperar tras la desaparición de ETA y como elemento indispensable para justificar el endurecimiento de la represión y la mano dura que ya se viene anunciando de muchas formas (reforma del Código Penal, Ley de Seguridad Ciudadana, etc.).

Pero todo esto ni es nuevo ni nos pilla por sorpresa. En los últimos meses venimos encontrando en la prensa noticias esporádicas sobre el famoso “triángulo anarquista” Italia-Grecia-España, sobre visitas de “radicales” de estos países para adoctrinar a los “grupos antisistema”, infiltraciones de anarquistas en el 15M y en cualquier huelga o conflicto que parezca radicalizarse… Es de esperar, pues, que esta no sea la última noticia de este tipo.

Ante esto, conviene saber a qué nos enfrentamos y estar todo lo preparadas/os posible para reaccionar a estos ataques. Contra la manipulación mediática, hacer oír nuestra voz por encima de tanto cacareo. Contra la represión, solidaridad. Desde aquí todo nuestro apoyo a Francisco, Mónica, Gerardo, Valeria y Rocío.

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