Insurrección en África del Norte: ¿revuelta “democrática” o contra la carestía de la vida?

No conozco a un solo árabe […] que no afirmaría rotundamente que la entrega del monopolio de la coercitividad al Estado ha […] originado una inmensa hostilidad entre gobernantes y gobernados y ha servido para otorgar un mayor valor al conformismo, al oportunismo, a la  adulación y al ‘llevarse bien’ que al riesgo de desarrollar nuevas ideas, a la crítica o a la disidencia” – Edward Said (escritor palestino).

En el momento en que se escriben estas líneas, se ha formado en Túnez un gobierno de «unidad nacional» y las fuerzas de seguridad han intentado tomar medidas drásticas contra el movimiento. No obstante, las manifestaciones continúan, varios ministros han dimitido, el partido del ex-presidente Ben Ali se desmorona y varios edificios gubernamentales se encuentran asediados o saqueados.

El hecho detonante de la revuelta en Túnez

La autoinmolación de Mohammed Bouazizi, un vendedor de frutas, frente a un edificio gubernamental en la ciudad tunecina de Sidi Bouzid en protesta por las arbitrariedades del régimen y la falta de perspectivas de vida fue el detonante de un movimiento de protesta primero en esa localidad y su entorno, después en todo Túnez. La población de las cuencas mineras, la abogacía, algunos/as periodistas y la juventud de los barrios populares fueron y continúan siendo los sectores más activos y con mayor visibilidad en las protestas.

Estas protestas no tardaron en extenderse a Argelia (y, muy recientemente, a Libia), donde la situación socio-económica es similar, si bien el régimen político argelino es democrático mientras que el tunecino es dictatorial.

La revuelta en Argelia

Para Occidente, la revuelta comenzó en Argelia el pasado miércoles 5 de enero, cuando miles de argelinos/as salieron a la calle para protestar por el altísimo nivel de desempleo (del 25%, al igual que en Túnez) y la subida del precio de los alimentos. El precio del azúcar, el aceite y la harina se han duplicado (mientras que en España las cebollas, el tomate y la lechuga han subido en 2010 un 11,4%, 7,3% y 6,4% respectivamente). Poco eco se hizo en su día en los medios de comunicación españoles sobre las protestas y huelgas previas y no fue hasta que se recrudecieron los enfrentamientos con la policía – tanto en Túnez como en Argelia – que no empezaron a aparecer en los telediarios.

Las protestas en Argelia han ido disminuyendo desde que el gobierno tomó la decisión de bajar el precio de los alimentos básicos a mediados de enero. El Ministerio del Interior argelino reconoció que al menos ocho personas fallecieron a manos de la policía durante los disturbios más duros de enero, aunque las cifras no oficiales hablan de 20 a 30 muertos/as.

La situación en Túnez

Es innegable que un sector de los/as manifestantes tunecinos/as exige una apertura democrática y el cambio de rumbo de una política económica anti-popular dictada por los organismos financieros internacionales. No obstante, estas voces en la actualidad constituyen una minoría, a pesar de que los medios de comunicación occidentales tratan de retratar la revuelta tunecina como una lucha “democrática”. La insurrección en estos países norteafricanos se trata más bien de una protesta contra la carestía que refleja las nefastas perspectivas de la juventud.

El suicidio de Bouazizi provocó una fuerte oleada de protestas y huelgas que aún no ha terminado. Desde que la policía fracasara en su intento de acordonar la ciudad de Sidi Bouzid ese día (18 de diciembre de 2010), ha habido múltiples manifestaciones, huelgas y enfrentamientos que, en ocasiones, se han saldado con varios/as muertos/as. Por ejemplo, el 8 de enero murieron en Regueb, Thala y Kasserin 35 manifestantes y en la cárcel de Monastir fallecieron 42 presos durante un motín el pasado 15 de enero. La cuenta oficial de muertos/as hasta la fecha es de 78.

Tras los enfrentamientos en la región de Sidi Bouzid, y contrariamente a lo que ocurrió en los levantamientos de la cuenca minera de Gafsa y de Ben Guerdane, las manifestaciones de solidaridad se están extendiendo a distintas ciudades del país. Las consignas de los manifestantes de Sidi Bouzid se van oyendo en todo Túnez: “El trabajo es un derecho, banda de ladrones”, “abajo los verdugos del pueblo”, “trabajo, libertad, Justicia social”; “no a los saqueadores del dinero público”, etc.

La amplitud del movimiento de respuesta ha sorprendido a las autoridades, lo que ha obligado al propio presidente Zine El Abidine Ben Alí a intervenir el martes 18 de enero en la televisión para amenazar al pueblo y justificar la revuelta con los conocidos mensajes de las dictaduras: “minorías extremistas e instigadores a sueldo del exterior”, “dañar la imagen del país y perjudicar el turismo lo que aumentará el paro”, “la ley será aplicada con toda firmeza” y acusando a cadenas como AlJazyra de difundir mentiras sobre Túnez y exagerar lo ocurrido.

Información extraída de www.klinamen.org y www.anarkismo.net

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