Santuarios: Territorios libres de crueldad

Mejor que la muerte, siempre se puede encontrar algo”. Los músicos de Bremen (1812)

Es un clásico comenzar un texto didáctico-divulgativo con la definición del concepto a describir, pero conocer lo que albergan las palabras nos permite emprender el camino. Damos los primeros pasos, consultando el significado de santuario en un diccionario de lengua española. Encontramos como principal acepción “Templo donde se venera la imagen o reliquia de un santo de especial devoción”. No es nuestra intención escribir sobre lugares de culto, en principio. En cambio, si buscamos el término anglosajón sanctuary, hallamos la explicación que da sentido a los espacios sobre los que escribiremos en este artículo. En inglés el término nos habla de “lugares de seguridad, protección y refugio”. Ahora bien seguridad, protección y refugio ¿Para quién?

Para las/os animales no humanas/os que sufrieron la opresión, explotación, maltrato y demás vejaciones ligadas al abastecimiento de los privilegios humanos.

Labor desarrollada por los santuarios

Para no redundar durante el texto, agilizando su lectura en lo posible, a partir de este punto el conjunto de animales no humanas/os se expresará como animales. No obstante, ha de quedar claro lo siguiente. Las/os humanas/os también somos animales. Cada animal (independientemente de la especie) tiene valor como individua/o, pese a desdibujar sus características vitales-personales como individua/o al agruparlas/os en un término. Enmarcamos más el tema exponiendo que trataremos de los santuarios encargados de atender, intentar devolver la vida y dignidad robada, a aquellas/os animales procedentes de la industria alimentaria (por ejemplo cerdas/os, vacas, gallinas, etc.); del trabajo de tiro, carga u ocio humano (burras, caballos, etc.); animales de “compañía” (perras/os, gatas/os, cerdas/os vietnamitas) y pequeñas/os roedores originarias/os de la experimentación realizada en “beneficio” de la ciencia.

Las/os animales derivadas/os de industrias esclavistas como los zoos y los circos son acogidas/os en otros santuarios, con otros requerimientos, no tratados aquí por desconocimiento. Cada santuario es un pequeño mundo con sus características y peculiaridades. Aquí trataremos sobre las motivaciones y generalidades compartidas por estos territorios. Hechas las aclaraciones, continuamos.

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Si la opresión funciona a diferentes niveles, diversificar la lucha es una estrategia plausible. Dentro la liberación animal podemos establecer diferentes frentes, todos interconectados, de igual importancia, trabajando por las/os protagonistas de esta batalla: las/os demás animales. Todos los estratos son necesarios, como las personas que los forman y llevan a cabo. Nuestro imaginario en referencia a la liberación animal, normalmente se nutre de imágenes y lecturas relacionadas con personas que realizan rescates de animales torturadas/os (violaciones, castraciones, insultos, separación de madres y crías; sólo son algunas prácticas sufridas por nuestras/os compañeras/os), explotadas/os, hacinadas/os en jaulas y demás agresiones realizadas para resolver las “necesidades” humanas. De la misma manera pueden estar más visibilizadas, las investigaciones desarrolladas para conocer la realidad tras los muros de los centros de explotación especista, nombrados anteriormente, para desmentir la publicidad bucólica vertida por estas factorías en relación a sus productos, mostrándonos “animales felices en sus instalaciones”. La cantidad y diversidad de vías laborando por poner fin a la injusticia del especismo es amplia, pero vamos al tema que nos ocupa.

Hay una labor menos conocida, aunque cada vez tiene más empuje. Es una herramienta necesaria para la causa animalista. Cabe preguntarse qué es lo que sucede con aquellas/os animales que no pueden ser liberadas/os directamente al medio natural, ya sea porque son animales domesticadas/os no conocedoras/es de cómo vivir en libertad; por la interacción con otras/os humanas/os que no las/los respetan como individuas/os en sí mismas/os suponiendo un peligro para sus vidas y en muchos de los casos la gran herida realizada por la explotación en sus cuerpos, complica su valía para vivir en la naturaleza. Aquellas/os animales con secuelas de esa experiencia vital de las cuales necesitan recuperarse para vivir su propia existencia, precisan un espacio en el que puedan desarrollarse verdaderamente como individuas/os con sus intereses, deseos, requerimientos y capacidad de elección.

Este es el papel desarrollado por los santuarios. Estos lugares son territorios libres de crueldad, donde el sufrimiento animal, si existe, es consecuencia de los cuidados para restablecer el cuerpo y la mente, tras esa vida anterior de agonía. Además son territorios donde ser alguien y no una sombra productora o mera mercancía. Por ello, los santuarios son espacios que recogen la esencia de la liberación animal.

Esto se consigue gracias al trabajo, compromiso, renuncia de los privilegios y éxito individual, realizado por las personas decididas a tomar una posición activa frente al problema; construyendo con sus manos y compartiendo una realidad libre de la opresión arbitraria que es el especismo. Veamos cómo se camina hacia este objetivo.

Vida en los santuarios

Si podemos zonificar la lucha por la emancipación animal, en los santuarios existen diversos nichos que son necesarios ocupar para la viabilidad de estos proyectos, permitiendo desarrollar la vida de todas/os las/os habitantes del santuario. A nivel general diferenciamos dos partes no estancas: Interior y exterior.

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En el interior del santuario encontramos a las/los habitantes (tanto humanas/os como resto de animales). Las/os habitantes humanas/os (ya vivan en el santuario o sean colaboradoras/es asiduas/os o puntuales) aceptan dos principios-compromisos, una vez que entran a formar parte de la cotidianidad del santuario: las/os habitantes animales tienen derecho a desarrollar su vida en libertad dentro del santuario. Por extensión de lo primero, las/os humanas/os que comparten ese espacio, tendrán que renunciar a ciertos privilegios heredados por el hecho de ser humanas/os. Con esto queremos decir lo siguiente: si alguna/o de las que estáis leyendo estas líneas os entran unas ganas imperiosas de conocer un santuario (de lo cual nos alegraríamos) debéis tener en cuenta que durante esos días, el eje de vuestra estancia será atender las necesidades, requerimientos y mimos (si ellas/os los solicitan) de las/os habitantes animales. Esto no significa no descansar, reír, comer (todas/os nos alimentamos de lo mismo, rica comida vegana), reflexionar, acariciar, llenar los pulmones de azul clarito y sentir paz (así lo vivimos en nuestro caso); pero siempre será cuando todas/os las/los habitantes animales estén atendidas/os en primer lugar. Si surgiera cualquier emergencia con las/os animales, se la dará prioridad a cualquier hora del día.

Las rutinas diarias consisten en las tareas básicas y esenciales del cuidado: limpieza, construcción, mantenimiento de los lugares donde habitan las/los animales, cura y medicación para tratar las dolencias, alimentación, acompañamiento, cariño y alegría. Las/los animales llegadas/os al santuario, tanto por las condiciones de estrés como por las enfermedades derivadas de la explotación, viven un periodo de cuarentena donde se les dará apoyo veterinario para determinar qué les ocurre, donde conocerán a las/los humanas/os que les atenderán a partir de ahora. Muchas/os de ellas/os tuvieron experiencias tan traumáticas con las/los humanas/os que al ver una figura alargada, la rechazan, la rehúyen. Vencer esta situación sólo se consigue con paciencia y respeto a los procesos de reposición de la confianza perdida frente a las/los humanas/os. Llegando al fin del periodo de cuarentena y si la salud lo permite, comenzarán a sociabilizarse con las/os otras/os habitantes del santuario. Terminada la cuarentena las/los animales irán al espacio donde vivirán dentro del santuario con las/los demás habitantes.

Recomponer la vida de las/os habitantes animales tras la objetivación capitalista, en ocasiones es complejo. Algunas/os animales mueren tras ser liberadas/os o al tiempo, tras hacer todo lo viable dentro de las posibilidades de las/os habitantes humanas/os del santuario. Poder acompañarlas/es durante su marcha, alejándolas/os de la soledad anónima de la masa, del ruido de fondo de las jaulas, del olvido, es una amarga victoria. Seguiremos adelante por ellas/os, hasta la última jaula.

Otro trabajo realizado por los santuarios, no detectado a simple vista, es mostrar cómo son verdaderamente las/los animales y cómo establecer las relaciones desde el respeto (tanto intraespecíficas como interespecíficas). Esta realidad permite deconstruir el pensamiento humano inculcado sobre cómo tenemos que interaccionar con las/os demás animales. Pedagógicamente es un instrumento muy útil para la educación en base al respeto conociendo realmente a las/os demás animales.

En el exterior de los santuarios existen otras demandas relacionadas con el interior. Estas se atenderán, para sostener el proyecto y la vida de las/os habitantes del santuario. Algunas labores realizadas en el exterior son: buscar ideas para la autofinanciación, divulgar la labor realizada, gestionar las/os colaboradoras/es, apoyar a las/os habitantes humanas/os permanentes en el santuario, solucionar conflictos legales y ver si otras/os animales precisan ir al santuario. Como dijimos, todos los niveles son necesarios, todos aportan, necesitando a todas las personas integrantes. La recompensa: vidas en libertad.

Mapeo de santuarios en el Estado español

Los santuarios en el Estado español están viviendo un tiempo de bonanza. Encontramos los siguientes. Si nos olvidamos de alguno, sentimos la torpeza de no incluirlo: El Hogar Provegan, Wings of Heart, Compasión animal, Gaia, Feeling Free Sanctuary, Vacaloura Santuario Animal, El Valle Encantado, León Vegano Animal Sanctuary, Mino Valley Farm Sanctuary, Santuario La Candela.

Les deseamos perseverancia y apoyo en red. Unidas/os somos más fuertes.

¿Cómo apoyar a los santuarios?

Llegado este momento si quieres apoyar a estos proyectos, la primera acción es muy sencilla: comparte la información. Cuántas más personas sepamos sobre la existencia de esta herramienta, más fueguitos estaremos encendiendo para cambiar la realidad de la explotación animal. Luego sigue informándote, visita un santuario y si decides ser parte de la solución en vez del problema, recuerda que hay diferentes niveles de implicación adecuados a tu relación vida personal/compromiso.

Materiales para seguir caminando

Llegamos al final de este recorrido, pero no del camino. Dejamos una reseña relacionada con este mundo nuevo para las/os animales supervivientes de la explotación en primera persona, para las/os que quieran seguir tirando del hilo.

Refugiados: Animales liberados de granjas, mataderos y otros centros de opresión.

Autor: Tras los Muros. Editorial Ochodoscuatro Ediciones. Madrid, septiembre 2015. 56 páginas.

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Refugiados. Animales liberados

Cuando abres este libro, eres consciente de tener un pedazo del compromiso adquirido por un grupo de personas hacia las/os demás animales. También se palpa, se ve y siente el resultado de la convergencia de tres proyectos, tres ejes dentro de la lucha por la liberación animal: el cuidado, la visibilización y la divulgación. El santuario Wings of Heart, el proyecto de foto-activismo Tras los Muros y la editorial Ochodoscuatro Ediciones, nos muestran cómo es la vida de las/los animales rescatadas/os de la explotación animal en su nuevo hogar. La vida como refugiadas/os tras el holocausto especista. El proyecto Tras los Muros utiliza el impacto visual de la fotografía y la sinceridad en sus textos como vehículos para transmitirnos, parte de la experiencia de convivir con las/os habitantes de Wings of Heart. Con estos materiales nos acerca, no sólo al día a día en el santuario, sino también a las biografías de algunas/os de sus moradoras/es; por ejemplo la de Luna, una burra que no puede ponerse en pié por si misma por los problemas que tiene en la pelvis, consecuencia de los veinte años de trabajos forzados como animal de carga y tiro. Los textos también nos invitan a reflexionar sobre las cicatrices, tanto físicas como psíquicas; a replantearnos nuestros privilegios como humanas/os y sobre la elección de tomar parte activa frente al problema de la explotación animal alimentaria humana. Cada año se asesinan cincuenta mil millones de animales (sin contar con las/os animales marinos). Sólo para este fin.

Este contenido se presenta en una edición cuidada y bella, tanto a la vista como al tacto, golpeando la mente y el corazón, invitándonos a posicionarnos y a actuar, en la construcción de un mundo sin crueldad para todas/os las/os animales, sin distinción de especie. Además, los beneficios obtenidos de la venta, irán íntegramente en beneficio del proyecto “Wings of Heart”. ¡Fetén!

Dedicamos este modesto artículo a todas las pezuñas, zarpas, alas, aletas y manos que luchan por la liberación animal en todos sus niveles. Hasta que todas/os seamos libres.

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3 comentarios en «Santuarios: Territorios libres de crueldad»

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