Medios de comunicación: Lo que la verdad esconde

Estas páginas son diferentes. Su contenido es poco habitual. Por una vez vamos a dejar los datos de lado y a basarnos sólo en nuestra experiencia y el análisis que de ella surge. Aquí vamos a hablar de los Medios de Comunicación, de lo que leemos y oímos cada día en periódicos, radios y canales de televisión, y también de lo que no.

Comunicación, independencia, dinero…

Siempre nos ha hecho gracia asomarnos al kiosko y ver titulares completamente contradictorios en las portadas de los distintos periódicos. El contenido de estas contradicciones puede ser tan variopinto como los colores del equipo de fútbol que marcan la línea de un diario deportivo o, en una línea más seria y, por poner un ejemplo más cercano, las expectativas para la huelga general del 29M.

Tras encontrarnos cosas como estas, contradicciones enormes resumidas en un par de frases, la pregunta que nace es sencilla ¿Quién está diciendo la verdad? Probablemente nadie. Que no cunda el pánico, reconocemos abiertamente que Todo Por Hacer no ha visto la luz para explicar la verdad de lo que está pasando en el mundo, pues creemos que la objetividad no existe y que detrás de todo lo que escribimos hay un punto de vista y, generalmente, una opinión ya formada sobre el tema.

Sin querer caer en un relativismo absurdo, tenemos claro que la objetividad con mayúsculas no existe, mucho menos la verdad absoluta. Todos/as, al contar cualquier hecho, le imprimimos a unos acontecimientos determinados nuestra forma de verlos, de entenderlos, nuestra propia experiencia. Nosotros/as no tratamos de engañar a nadie, cuando contamos una noticia nos posicionamos, buscando diferentes puntos de vista ante los hechos en cuestión, hablando, preguntando o buscando información de primera mano (citando estas fuentes, dejando constancia de espacios donde informarse más sobre el tema), pero sin tratar de ser asépticos/as informadores/as. Quien se autoproclame como tal no es más que un mentiroso. Es más, todos/as estamos condicionados/as, por las relaciones de clase, por nuestro bagaje cultural, por nuestro posicionamiento político, por nuestra ética…, es lo que hay. Ni mentimos, ni inventamos, pero que nadie espere impersonalidad en nuestros escritos.

Sabemos a qué responde esta falta de honestidad de quien dice ser objetivo/a. Como en tantas cosas lo que hay detrás son intereses económicos. A fin de cuentas los periódicos, las cadenas de televisión y los diales de radio suelen pertenecer a grandes grupos empresariales que sólo buscan beneficios. El Grupo Prisa (con El País, Cadena SER, Canal +…), el Grupo Vocento (ABC, Telecinco…) o Unidad Editorial S.A. (con El Mundo, Marca, Expansión…) son todos ellos grandes emporios mediáticos que acumulan cadenas televisivas, radios o editoriales (tanto aquí como en Latinoamérica), todos en constante pelea por cotas de consumidores/as, lo que a su vez se reflejará en posibilidades de negocio con los distintos anunciantes (verdadero filón y subsistencia económica para los medios de comunicación). Cada uno tendrá su peculiar posicionamiento político, algo a la derecha o algo a la izquierda, pero a fin de cuentas, todos miran por sus beneficios económicos, supeditando a los mismos sus tendencias políticas, como pudo comprobarse a raíz de la disputa entre Mediapro (antiguo grupo al que pertenecía La Sexta y Público) y el Grupo Prisa por los derechos televisivos del fútbol, que acabó conllevando un ataque constante al gobierno de Zapatero por parte de El País, siempre cercano a los gobiernos socialistas. De todo esto podemos esperar poca crítica y nula posibilidad de sobrepasar los márgenes que impone el sistema. A todo esto es a lo que llaman “independencia informativa”.

Un ejemplo de cómo los intereses económicos pueden afectar a las opiniones reflejadas por los medios de comunicación es el trato que se ha estado dando a la huelga general del 29M. La mayoría de los medios han reflejado una postura anti-huelga, con argumentos que cubren un abanico que va desde que la mayoría de la gente no quiere ir a la misma (aquí destacarían las “inocentes” y “objetivas” preguntas que El País formuló en una de sus varias encuestas sobre el tema, que adosamos en un cuadro en esta misma hoja), pasando porque es obra del PSOE para agitar las calles, hasta que es innecesaria pues la reforma laboral nos beneficiará a todos/as.

El pasado 3 de marzo aparecía en El País la siguiente encuesta sobre la, en ese momento no confirmada, huelga general, con las siguientes opciones: una afirmativa que versaba “esta reforma laboral justificaría una huelga general que forzará al Gobierno a cambiarla y suavizarla”, cuando ni el más ingenuo de los/as trabajadores/as puede pensar que con un día de protestas, avisado con un mes de antelación y con unos preciosos servicios mínimos, se va a echar atrás la piedra angular de las reformas del PP, ni que todo fuera tan fácil; mientras que la respuesta negativa era la siguiente: “en estos momentos una huelga general no servirá de nada y podría empeorar aún más la situación económica”, con la que no se hace más que asustar con más caos y recortes si protestamos… lo dicho, alucinante.

Se nos escapa una sonrisita maliciosa cuando pensamos justamente que estas opiniones vienen transmitidas desde muy arriba, pues es por todos/as sabido que desde que empezó la crisis los ERE en los medios de comunicación han sido prácticamente constantes. La crisis ha cerrado canales, forzado importantes fusiones y acabado con algún que otro diario… Así que ¿a quién sorprende que desde los medios se haya dado esta perspectiva sobre la huelga cuando es justamente a los peces gordos de estos medios a quienes más va a beneficiar la reforma, con su despido barato, el contrato de prácticas de un año, etc.?

Pero, ¿qué nos cuentan los medios de comunicación?

Aprovechamos para comentar el muy manido “lo he leído en El País…” o “lo escuché en las noticias de anoche…”. Ya hemos dejado claro que no solemos fiarnos sólo de lo que dicen en tal o cual medio, es palpable que en nuestra actual sociedad los medios de comunicación han alcanzado un gran poder, han penetrado del todo en nuestras vidas; entre radio, televisión, internet, periódicos… no hay forma de quedarse al margen. Y por mucho que lo que los medios digan no siempre corresponda con lo que el/la común de los/as mortales piense, sí que es cierto que nos marcan unos ritmos, unos temas de debate, nos focalizan sobre lo que consideran importante en cada momento, y nosotros/as, muchas veces por comodidad, aceptamos esos temas y con ello se reafirma este círculo. Cuando te quieres dar cuenta, el/la tertuliano/a de turno te está diciendo de qué hablar y cómo hacerlo (curiosamente son capaces de hablar de cualquier cosa como si fueran grandes expertos y cuyos “debates” carecen, por lo general, de cualquier tipo de intención analítica y de generar la reflexión en el receptor del mensaje).

Por otro lado nos preguntamos qué tiene que contener un suceso para convertirse en noticia, aparte de mucha sangre, claro. No es ninguna novedad que el morbo que despiertan algunas imágenes o noticias las da prioridad sobre otros acontecimientos. Tampoco es nuevo que en la mayoría de informativos se tratan muchas noticias muy por encima y que la mayoría de éstas son sangrientas y/o no nos afectan en nuestra vida diaria (salsa rosa, correveydiles entre políticos…), así como que la mitad del tiempo se dedica a deportes (bueno, realmente solo a algunos… concretamente a los que más dinero mueven). Nos da miedo pensar que, de tanto oír los sueldos millonarios de algunos/as deportistas, acabemos por normalizarlos en vez de seguir preguntándonos por qué consentimos semejante desigualdad.

Esto nos hace reflexionar sobre la utilidad real de los noticiarios, es cierto que nos acercan la actualidad de otros lugares, aunque siempre de pasada y sin entrar a analizar qué es lo que ha provocado X situación o qué podemos hacer para entenderla, ayudar o solucionarla más allá de seguir sentados en el sofá acumulando una pequeña parte de la información. Una vez más la inmediatez que domina este momento histórico, impulsada por las actualizaciones constantes de sus webs, deja de lado un análisis más profundo de las situaciones que nos rodean.

En esta misma línea no podemos olvidar los sucesos (en el peor sentido de la palabra) con los que nos bombardean en los medios, muertes, secuestros, palizas, robos… que no son tan frecuentes como nos hacen creer y que nos producen miedo y desconfianza de todo lo que nos rodea, la mayoría de las veces fomentan el racismo y la necesidad de que todo sea más duramente reprimido. Difama que algo quedará.

Y para terminar…

Por nuestra parte, sólo decir que lejos de confiar ciegamente en lo que los medios nos cuentan, creemos que la mejor

forma de enterarse de lo que está pasando (en la medida de lo posible) es acercarse al problema y conocerlo de primera mano, recuperando el contacto entre las personas, el hablar directamente con los/as afectados/as, movernos y buscar información variada. Lógicamente, esto no será siempre posible, y es en este sentido que entendemos primordial recorrer el camino inverso, que seamos nosotras/os mismas/ as quienes demos a conocer aquello que nos está pasando, nuestras reflexiones o investigaciones, que gestionemos nuestros propios medios de comunicación, que confluyamos en las calles para compartir la información. En este sentido, creemos primordial que una vez vistas las miserias de los medios de comunicación convencionales, tratemos de evitarlas en nuestras propias formas comunicativas, no caigamos en lo fácil, en la reproducción de esquemas preestablecidos.

A fin de cuentas, nosotros/as proponemos ahondar en la comunicación real, de tú a tú, y en ello tratamos de trabajar. Es por ello que nos alegra y nos parecen de gran interés los diversos proyectos de autogestión comunicativa que están surgiendo durante estos meses, ya sea la publicación mensual que están editando diversas asambleas del 15M aquí en Madrid o la revista Rebelaos de la Cooperativa Integral Catalana.

Por ahora aquí lo dejamos, estas son algunas de nuestras reflexiones sobre el tema, que esperamos seguir completando con el tiempo.

Trabajadores/as del diario griego Eleftherotypia ocupan la empresa y producen su propio periódico:
La crisis avasalla, y los medios de comunicación no iban a quedar al margen de ella. Como ya hemos dicho, los despidos de trabajadores/as y los cierres de televisiones, periódicos o radios están a la orden del día. Así comienza la historia de este periódico griego, semejante a la del diario Público, aunque, de momento el final difiere completamente. Los problemas económicos derivados de la retirada de publicidad afectaron al grupo empresarial dueño de este periódico, con una línea editorial de carácter izquierdista, y finalmente no dudó en caer en el impago con los 800 trabajadores/as y en acumular una gran deuda. A raíz de esta situación, desaparece la edición en papel, manteniéndose la web hasta que los/as trabajadores/as se ponen en huelga, radicalizando poco a poco sus demandas hasta que han dado una vuelta de tuerca más, y han creado un periódico en papel de los/as propios/as trabajadores/as llamado Los/as trabajadores/as en Eleftherotypia. En esta publicación, de 50.000 ejemplares, publican lo que quieren, sin transmitir ya las consignas de la dirección. Mientras los propietarios tratan de arrebatarles el control del periódico ellos/as continúan recibiendo ayudas para la impresión, de manera que si finalmente dejan de poder utilizar la imprenta propia de la empresa puedan seguir con el periódico en otras.

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